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El cobre: fue el sueldo de Chile. Por Luis Mesina

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Le Monde Diplomatique – edición

El cobre: fue el sueldo de Chile. Por Luis Mesina

Hace 54 años atrás, un 11 de julio de 1971 el Estado de Chile tomó el control de la gran minería del cobre, mediante una reforma constitucional contemplada en la Ley 17.450.

La nacionalización del cobre fue un proceso impulsado por el presidente Salvador Allende y contó con la aprobación unánime del Congreso Nacional.

La importancia que para el país tuvo ese hecho político fue de tal magnitud, que el presidente Allende lo calificó como la segunda independencia nacional, pues permitía de alguna manera la independencia económica tan necesaria para el desarrollo de nuestro país.

Con la decisión de nacionalizar el cobre chileno se ponía fin a largo periodo de saqueo extractivista por parte de compañías estadounidenses. En efecto, según consta en información del archivo nacional, con esta decisión “concluía así, un modelo jurídico vigente por largos años, sobre la titularidad de la propiedad de las riquezas básicas y que, en el caso del cobre, se había iniciado durante las primeras décadas del Siglo XX, mediante el cual las compañías norteamericanas como Kennecott Copper Company, en el Teniente desde 1907 y, Anaconda Copper, en Chuquicamata en 1914, habían explorado, descubierto y explotado los yacimientos cupríferos, gozando de manera casi exclusiva de los beneficios resultantes de la extracción del mineral rojo”.

Ello permitiría, además, que a partir de esa fecha el Estado comenzaría a recibir significativos ingresos por la venta de cobre y por el pago de impuestos, impuestos que, por años Kennecott y Anaconda no pagaron, salvo en exiguas cantidades.

Pero, la nacionalización no solo permitió recaudar mayores tributos de la gran minería, sino que consagró como establecía la resolución de Naciones Unidas sobre la soberanía permanente sobre los recursos naturales del 14 de diciembre de 1962 que afirma: “El derecho de los pueblos y de las naciones, a la soberanía permanente sobre sus riquezas y recursos naturales debe ejercerse en interés del desarrollo nacional y del bienestar del pueblo del respectivo Estado”.

Además, la nacionalización del cobre aumentó la producción y fue bien administrado por chilenos, fue clave el ascenso e incorporación de profesionales y técnicos chilenos a los puestos dejados por extranjeros. El éxito de la nacionalización fue reconocido, incluso, por personeros de derecha que confirmaban que esta decisión iba en la línea de contribución concreta al desarrollo del país.

A 54 años la situación ha cambiado radicalmente como fruto de la política privatizadora iniciada en la dictadura civil militar y continuada bajo todo este periodo. Según cifras recientes publicadas por especialistas, y datos que publicó Fundación Sol, actualmente, el “76% de la producción está en manos privadas y el aporte de la gran minería privada al fisco no supera el 3,3% de la recaudación de impuestos en Chile”, una verdadera vergüenza.

El daño económico ha sido extraordinario. La sobreproducción mundial del cobre llevada adelante por las compañías privadas extranjeras, que hoy controlan la gran minería privatizada, ha hecho caer el precio del mineral drásticamente lo que se traduce en menores ingresos para el país.

La derecha servil al interés del capital foráneo jamás ha sentido apego por la patria, poco le ha interesado el desarrollo del país. En las últimas décadas, ha fomentado iniciativas legales que desfavorecen el interés nacional en beneficio del gran capital especulativo de propiedad extranjera.

De allí, la importancia de conmemorar este 54 aniversario. Comprender que cuando se tiene conocimiento, convicción, valentía, se pueden llevar adelante procesos de transformación estructural, como el que significó la nacionalización del cobre en julio de 1971.

Es interesante tener claro el contexto de esa histórica fecha, Allende llevaba solo ocho meses de mandato, había asumido la primera magistratura en noviembre de 1970 y, en tiempo récord, logró algo inédito en la historia del país, enfrentar a dos compañías estadounidenses, la Kennecott y la Anaconda y, al mismo tiempo, enfrentar al gobierno de Nixon y Kissinger que conspiraban contra él, antes de que asumiera la presidencia. Allende logró, que toda la derecha aprobara el proceso de nacionalización, alcanzando unanimidad en la aprobación de la ley. Este hecho histórico es relevante, en especial para las generaciones más jóvenes, pues derriba el discurso de que los cambios solo pueden realizarse cuando se cuenta con mayorías en el congreso, Allende demostró que hay otros caminos, lo cual exige, eso sí consecuencia, coraje y mucho valor.

A 54 años de esa fecha histórica, esta conmemoración debe comprometernos con recuperar el cobre para Chile, pues como se dijo en su oportunidad, éste representa el “Sueldo de Chile” y sin él, jamás avanzaremos al desarrollo.

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