por Isaac Bigio
En junio 2021, Pedro Castillo fue electo presidente constitucional, convirtiéndose en el primer peruano en obtener más de 8,8 millones de votos. Su rival, Keiko Fujimori, no quiso reconocer su derrota y siempre buscó impedir que gobierne o que siga en palacio. López Aliaga, quien luego devino en el primer alcalde de Lima que haya sacado mucho menos votos que los electores que no apoyaron a nadie, pidió su muerte.
Una cuarta moción de vacancia presidencial fue aprobada el 7/12/2022. Esta fue 100% ilegal: No circuló por escrito, no tuvo el mínimo de firmas necesarias para ser considerada, y fue aprobada sin ningún debate, intervención de cualquier congresista o derecho a la defensa. El General Williams, autor de dicha moción, fue juez y parte, pues dirigió el pleno congresal en que esta fue abordada. Para que esta moción pudiese ser discutida en el parlamento se requería el aval del 80% de sus miembros. No tuvieron esa cifra para ello ni para la vacancia.
Castllo fue apresado siendo aún mandatario constitucional. Hasta en Willax se acepta que en varios meses de prisión no se le ha podido probar corrupción, mientras que la fiscal que le empapeló ha demostrado ser cabeza de una red criminal y pronto podría ser echada a un penal. A Castillo y a su última premier, Betssy Chávez, se les acusa de violar la constitución al postular intervenir el congreso y otras instituciones. A diferencia con su sucesora Dina Boluarte, nadie fue disparado en esa acción. En cambio, la mayoría congresal quiso que la presidencia fuese para la exprimera dama de la fuji-dictadura que en abril 1992 llenó de tanques al Legislativo y Judicial, y el TC ha liberado al tirano que hizo tal autogolpe.
A Castillo se le ha de poder criticar por muchas cosas (desde rodearse por gente que demostró inmoralidad hasta haber mantenido el neoliberalismo), pero no se debe permitir que él siga en Barbadillo sin sentencia donde ha llegado a estar junto a demostrados expresidentes muy corruptos. La DBA logró la excarcelación de un criminal de lesa humanidad, y no a la de un presidente que no siguió sus órdenes. Castillo y todos los presos del nuevo fuji-golpe deben quedar liberados.
Isaac Bigio. Politólogo economista e historiador con grados y postgrados en la London School of Economics.
