Celso Calfullan
Recordando un viejo refrán que dice “las elecciones no se ganan, se explican”, vemos como todos los sectores, fundamentalmente de gobierno y oposición (derecha) se declaran “ganadores” de las elecciones del 26 y 27 de octubre.
Analizando las cifras y leyendo algunos análisis habría que decir que la verdadera lista ganadora es la de los votos nulos y blancos, el porcentaje de votos nulos y blancos es superior a las listas que obtuvieron los mejores resultados.
Estas elecciones se dieron en medio de una serie de escándalos de corrupción en diferentes municipios a lo largo de todo el país, el caso Hermosilla que ha sido uno de los más bullado de las últimas décadas, el caso de las fundaciones, el caso de la U. de San Sebastián, las crisis migratoria, los temas de seguridad pública, el crimen organizado y el caso Monsalve con el que nos han bombardeado en las últimas semanas los medios de comunicación controlados por la derecha y los empresarios.
Este era el ambiente previo a las elecciones, la gente se siente asqueada con los partidos, el Parlamento y el conjunto de la casta política.
Los medios de comunicación afines al sistema resaltaron el alto porcentaje de gente que fue a votar 85% de los electores, pero lo que no dijeron fue mucha gente fue a votar amedrentada por la posibilidad de una multa a los que no fueran a votar, en otras palabras esa cifra encerraba obligación y un enorme desencanto.
Esto claramente está demostrado en la alta cifra de votos nulos y blancos, en alcaldes esa cifra llego al 10,72% y en concejales al 21,46% por otro lado la lista de concejales con mejor desempeño fue RN + Independientes, que obtuvo un 15,52%, muy por detrás del porcentaje de los nulos y blancos, esta es la cifra más alta de nulos y blancos desde la elección de 1996.
Los votos nulos y blancos nos demuestran el periodo inestable por el que está pasando el sistema de “representación democrática” de la clase dominante, el sistema que tiene la burguesía, la elite para controlar su sistema de dominación. El voto nulo y blanco vino a reemplazar la abstención electoral que vimos cuando el voto era voluntario y no obligatorio como ahora.
Lo más importante y que es necesario resaltar es lo que paso en estas elecciones fue la elección de Matías Toledo en la comuna de Puente Alto, con un discurso clasista y la reivindicación del octubrismo. La elección de Matías Toledo en Puente Alto debe ser un ejemplo de lo que se debe hacer en otras comunas populares, de la clase trabajadora para defender de verdad los intereses de los pobladores y los sectores populares, que siempre han quedado postergados por la casta política defensora del actual sistema de injusticias.
Es necesario y fundamental levantar una alternativa clasista, que rescate todas las reivindicaciones por las que salieron millones de trabajadores a las calles en octubre de 2019, poner fin a las AFP sigue más vigente que nunca, poner fin a una salud y educación de mercado, terminar con el CAE, la necesidad de entregar soluciones habitacionales dignas a la clase trabajadora y sacando de la garras de los bancos todos los derechos básicos de nuestra clase.