Estado penaliza el derecho a la protesta
19-09-2016
Paul Murphy, diputado del Partido Socialista (CIT en Irlanda)
Los «juicios de Josbstown», vinculados a una famosa protesta en un barrio de clase trabajadora de Dublín, que detuvo el coche del entonces viceprimer ministro, Joan Burton, durante 2 horas, están programadas para comenzar hoy con el juicio de un joven de 17 años bajo falsas acusaciones de «detención ilegal». Secciones del CIT en varios países estarán organizando protestas de solidaridad #JobstownNotGuilty en todo el mundo, hoy exigen que se retiren todos los cargos contra los manifestantes. Más información y informes se pubicarán en socialistworld.net.
Mientras tanto, decenas de miles de personas salieron a las calles de Dublín el sábado en la última marcha en contra de las tarifas de agua. Paul Murphy – que está entre las decenas de activistas amenazados con la cárcel – se dirigió a la manifestación y la causa #JobstownNotGuilty fue resaltada durante el evento.
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A pesar de las expectativas de muchos de que los manifestantes #JobstownNotGuilty no irían a juicio, el primer acusado por detención ilegal enfrenta el inicio del juicio el 19 de septiembre. El próximo año, otros 18 acusados deberán enfrentar cargos que podrían resultar en una condena máxima de cadena perpetua.
Estos son los más graves juicios políticos en décadas. Ellos amenazan el derecho de la gente a protestar.
La clase dominante continúa a la ofensiva
Las acciones del estado que conducen a estos juicios ponen al descubierto la forma en que opera la defensa de los intereses del 1%. En el contexto de un movimiento masivo de desobediencia civil contra las tarifas de agua, que ahora ha logrado forzar la suspensión y el colapso de los partidos políticos tradicionales.
La clase dominante en Irlanda está mirando con miedo otros movimientos sociales, el ascenso de la izquierda y la posibilidad de más victorias para los trabajadores lo que los impulsará aún más. Por lo tanto, actuó – con cientos de detenciones, el encarcelamiento de las protestas anti-medidor de agua y Jobstown – para enviar un mensaje y tratar de desalentar esa protesta.
La coreografía de dos semanas de redadas en febrero de 2015, con 6, 8 o 10 Gardai (policia irlandesa) en cada detención de manifestantes fue una parte clave de esto. Las filtraciones a evaluación en tiempo real de la Gardai también fueron diseñados para criminalizar a los manifestantes a los ojos de las personas.
Esto ocurrió al mismo tiempo que las revelaciones sobre la Operación de Mizen, que fue una operación de espionaje dirigida por la Policía Irlandesa contra los manifestantes contra los cargos del agua. Las fuerzas del estado se alinearon y se utilizaron para tratar de ayudar a la imposición de las tarifas de agua – un punto clave de la agenda de la clase dominante para desplazar la carga fiscal e impulsar la privatización.
Los medios de comunicación no pueden contener su sesgo
Una característica particular de este proceso ha sido el juicio por los medios de comunicación y los políticos ya desplegados para tratar de dar forma a la opinión pública. Esto va desde Claire Byrne declarando que «Ustedes encarcelaron ilegalmente al Tanaiste (primer ministro)» en el primer día de las redadas, a Olivia Mitchell declarando unos días más tarde que «se trataba de actos de violencia y terrorismo».
Esta campaña de medios alcanzó su cenit con Ryan Tupridy en el programa Late Late Show declarando que «lo que todos en casa acabamos de ver, que fue, ya saben, la Tánaiste, la Primer Ministro subrogante del país, atrapada en un coche durante dos horas, en contra de su voluntad.»
Estos juicios tienen un papel clave que desempeñar en la reducción de la confianza, mediante el envío de un mensaje de que la protesta es criminal y que los activistas son criminales. Es por eso que el viejo dicho «un ataque contra uno es un ataque contra todos» es aplicable en este caso.
Frente a un medio y Estado hostil, la comunidad de Jobstown necesita toda la ayuda y solidaridad que se pueda obtener. Esto tiene que convertirse en un movimiento importante de las comunidades de trabajadores y jóvenes para defender a los manifestantes. ¡Cualquier persona que quiera el derecho a la protesta en el futuro tiene que defender el derecho a protestar ahora, mediante la defensa de Jobstown!
