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LOS  JUDÍOS  EN CHILE  Y   EN EL MUNDO 

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Margarita Labarca Goddard 

La expresión antisemitismo está mal empleada, porque semitas son también los palestinos  y otros pueblos árabes.  Es  mejor decir antijudaísmo, simplemente. 

EL antijudaísmo ha existido siempre o por lo menos desde hace cientos de años. ¿Por qué?  La verdad es que no lo sé con certeza, pero algo dice Andrés Kogan  en su artículo  en El Clarín.   

Lo que sí conviene entender bien es que no es lo mismo judaísmo que sionismo. Judaísmo se puede referir  a una religión o  a  un tipo  de  etnia, casta, origen,  etc.  Mientras que  sionismo es simplemente  un movimiento político que ha abogado por el establecimiento, consolidación y conservación del Estado de Israel. 

Todos sabemos que  ha habido y hay mucho antijudaísmo en el mundo. Razones religiosas, raciales u otras.  Desde luego, hubo razones religiosas porque la Inquisición  perseguía a los judíos porque no eran católicos. Los muy católicos reyes de España los expulsaron de allí en 1492, en el mismo año del “descubrimiento”  de América.   

También se les persiguió en Rusia y en muchos países de Europa, donde hubo progroms tras progroms.  Progrom es una palabra de origen ruso que significa “causar estragos”.  

Y para qué hablar de Hitler, eso ya no fue un progrom, fue un intento de exterminio total  de  la comunidad judía. Más de 6 millones de judíos asesinó Hitler y también lo hicieron varios de los países europeos invadidos por los nazis.  Y por supuesto, como siempre, hubo  héroes que los defendieron y salvaron a muchos arriesgando  sus propias vidas. Hay numerosos testimonios del sufrimiento de los judíos bajo el nazismo.  Ahí  está el Diario de Ana Frank y tantos otros libros y relatos que se escribieron sobre las persecuciones, los campos de concentración y de muerte. 

 En Chile siempre hubo muchos judíos,  algunos que habían sido expulsados de España llegaron con los colonizadores, otros en el  siglo XIX  junto con  algunos inmigrantes europeos  y otros  huyendo del nazismo.   

¿Y cuando una persona es judía?  Puede ser por el apellido, pero eso no siempre significa gran cosa. Por ejemplo, mi compañero tenía y mis hijos tienen  el apellido judío Behm, pero no tienen idea de dónde les viene, al parecer de un judío que llegó  en el siglo XIX a Chile sin que se supiera por qué y se casó con una chilena no judía. 

Se puede ser judío por la religión o más bien, para los no religiosos,  por las tradiciones y costumbres. 

En nuestra juventud  había muchos judíos de izquierda en Chile. ¿Cómo llegaron estos compañeros o sus padres a un país tan lejano y aislado del resto del mundo? Pues llegaron y en este mismo momento se me vienen a la cabeza más de 15  apellidos muy conocidos, de muchachos y de otros no tan muchachos, judíos que en mis tiempos juveniles eran de izquierda.  Y me voy  a atrever a dar algunos:  Baytelman, Friedman, Balstianky, Kleiman, Teitelboim, Behm,  Frenkel, Sharim,  Chonchol, Politoff,  Pílowsky, Volosky, Jaikin, Lawner, Lifchitz, Kirberg,  etc.. Claro que no podía haber ningún antijudaísmo en esa época, pues eran nuestros amigos y compañeros, nuestros pololos (en Chile “pololo” significa algo como novio pero mucho menos formal y menos definitivo que novio). Ahora no sé cómo está este asunto en Chile, ustedes  sabrán. Cada apellido puede  tener sus propias variantes,  por ejemplo Teitelboim se puede convertir en Tetelbom, Behm en Bohm  o Bohem,  Kleiman en Keiman, etc., aunque en el fondo son lo mismo. 

Y desde luego, hay que tener claro que Israel no representa a todos los judíos del mundo. Viven allí alrededor de 7 millones y en el exterior muchos más. En Israel  no toda la población apoya al gobierno de extrema derecha de Netanyahu,  y  supongo que la izquierda allí es minoritaria.  Y no todos los judíos del mundo -yo diría que muy pocos- apoyan al gobierno de ese país ni están de acuerdo en que éste sea un estado teocrático, basado en una religión muy antigua y primitiva. Muchos judíos en el mundo no son religiosos, no son creyentes, pero a pesar de eso  conservan, quizás por respeto familiar, costumbres y tradiciones  culturales, como  no comer cerdo y la circuncisión de los niños varones,  que más que religiosas son antiguas costumbres higiénicas. 

Y pienso que ahora esta guerra en Palestina y  especialmente en Gaza, va a traer nefastas consecuencias  para los palestinos y para los judíos.  Para los palestinos, porque los están acorralando, los que viven en Gaza  no pueden salir de  allí porque todas las salidas están cerradas, entonces uno se pregunta si el gobierno de Israel los querrá matar a todos, pues eso es lo que estamos viendo. Las malas consecuencias para los judíos van a ser que se va a revivir el antijudaísmo en todo el mundo. Al principio toda la gente decente los apoyaba, por aquello del holocausto, pobrecitos y porque Hamás los atacó  sin decir agua va.  

Pero ahora la opinión pública mundial y la de algunos gobiernos se ha  invertido, en todos lados los pueblos han salido a apoyar a los  palestinos. Porque los ataques de Hamás no partieron de cero, como muy bien dijo  el Secretario General de las Naciones Unidas, que expresó que  “Es importante reconocer que los ataques de Hamás no vinieron de la nada, el pueblo palestino ha sido sometido a 56 años de ocupación asfixiante». Más tarde deploró que la franja de Gaza se esté convirtiendo en un cementerio de niños. 

Yo y quizá muchas personas sólo conocíamos  el nombre de Antonio Guterres, pero ahora sabemos que es un hombre inteligente, digno y valiente.  

Al parecer,  los israelíes que murieron por causa de Hamás fueron al principio  1.400, pero han ido aumentando a unos 1.700  porque han fallecido  más de 300  heridos. 

Y en Gaza van más de diez mil muertos, la mayoría niños. Es que  la población de Gaza es predominantemente joven, parejas jóvenes,  y por eso hay tantos niños chiquitos.  

Como ya se ha dicho, es fácil que todo esto promueva el antijudaísmo que siempre ha existido en casi  todos los países,  no así en Chile. Pero hasta eso sería posible, porque  la dictadura  hizo retroceder todo, la cultura, las costumbres, las ideas, el lenguaje, todo.  

Ahora las cosas en Israel se están viendo color de hormiga, pues el ministro israelí de Patrimonio, el ultraderechista Amichai Eliyahu, manifestó que el lanzamiento de una bomba nuclear contra la Franja de Gaza podría ser una de las opciones en esta guerra. Y  hace pocos días,  el  parlamentario Yitzhak Kroizer, compañero de partido de Eliyahu, declaró a la Radio del Ejército que “la Franja de Gaza debe ser arrasada y debe haber una sentencia para todos los que están allí: la muerte. Tenemos que borrar del mapa la Franja de Gaza. Allí no hay inocentes”. 

Netanyahu ha  rechazado estas ideas,  pero débilmente, sin aplicar medidas drásticas.   

El gobierno de Israel y sus dirigentes están diciendo y haciendo lo mismo que hicieron con ellos los nazis. Parece increíble, pero es así. ¿Pensarán que como a ellos les  mataron a más de seis millones de judíos,  eso les da derecho  a asesinar a otros tantos no judíos?  

La dolorosa conclusión que se puede sacar de todo esto, es que la guerra entre Israel y Palestina y particularmente entre  Israel y los habitantes de Gaza, no parece tener solución y se agrava cada día más. La población de Gaza está acorralada, no puede salir de allí porque todas las salidas están cerradas.  No hay salvación  para ellos, pues los hospitales y los refugios también son bombardeados.  Los padres no pueden salvar a sus hijos.  Entonces ¿qué hacer?  No lo sé, pues el único que tiene cierta influencia sobre Netanyahu  es el gobierno norteamericano, pero no la ejerce. Lo que les digan a los israelíes los pueblos del mundo y otros gobiernos, no parece importarles. Están demostrando un espíritu de venganza y de muerte incomprensible.  

Lo único que se me ocurre decir, aunque  no soy creyente, es: “Que Dios y la viren de Guadalupe nos salven y salven a todos del acabo de mundo.” 

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