Arturo Alejandro Muñoz
¿Qué es un “experto”? ¿Cómo definiría usted ese término? Algunas personas dirán que ‘experto’ es alguien en posesión de título universitario, maestría y doctorado. Otras argumentarán que una larga estadía laborando en determinada área entrega la necesaria experticia. Y no faltarán aquellas personas que apunten preferentemente al academicismo y a la investigación. También habrá quienes opten por privilegiar el camino político realizado, y por cierto, muchas mencionarán en primer lugar a damas y varones que llevan el título de abogado bajo el brazo, <Son constitucionalistas –dirán- les sobra experticia>
Supongamos, y sólo supongamos, que todos los mencionados en las líneas anteriores sean de verdad ‘expertos’… pero lo serían únicamente en materias acotadas, muy acotadas; economía, leyes, medicina, administración, construcción, educación… materias que muchas veces se contraponen con el resto (o con algunas de ese resto) en la búsqueda de estructurar una Carta Magna, aunque más grave y relevante es que esas contraposiciones sean con el pueblo, con electorado, con la gente, o como quiera usted llamar a la sociedad civil.
En fin, supongamos también que lo dicho recién no se encuentre en el ánimo ni en el alma de quienes están imponiendo las condiciones para redactar una nueva Carta Fundamental. Entonces, nos queda una ardiente pregunta flotando en el espacio. ¿Quiénes elegirán a esos ‘expertos’?
No serán remunerados, entonces realmente y en estricto rigor, ¿para quién(es) trabajarán? No para Chile, es claro, ya que serán nominados por grupos, partidos, cofradías políticas-empresariales-mediáticas y centros de investigación como Libertad y Desarrollo, ergo, por el mismo establishment que tiene asfixiado al país desde 1973, y que se esfuerza en mantener el statu quo radicado en el corazón de la Constitución del 80.
Serán nominados de esa laya y el populacho deberá aceptar que tales expertos tengan ya cocinada la redacción de un anteproyecto por el cual ellos, obviamente, votarán a favor llegado el momento. Y aquí, Sancho, con otro entuerto topamos. Los constituyentes electos por vía democrática deberán discernir votando finalmente a favor o en contra de aquello que los expertos proponen…simples comicios adelantados de los comicios principales, el plebiscito. Agua sobre agua…algo está sobrando aquí.
Temo barruntar que toda esta maroma constituyente, orquestada y dirigida por la derecha y sus acólitos, tiene un solo objetivo: <<mantener el estado subsidiario>>. El resto es tan sólo paisaje, ya que lo principal para el establishment- -según sabemos desde hace décadas- ha sido siempre robarle al Chapulín Colorado las pastillas de “chiquitolina” para reducir al máximo no sólo el tamaño del Estado, sino también su poder, y traspasar este último a las manos de grandes megaempresas y corporaciones.
En ello deben haber trabajado arduamente en estas últimas semanas muchos de esos “expertos” que otras personas ya han elegido a dedo… sin remuneraciones oficiales, dicen…pero hay formas y formas de pago por los favores recibidos.
Sí, definitivamente creo que el anteproyecto de los ‘expertos’ ya está escrito desde hace semanas redactado por la derecha y sus acólitos, con el VºBº de los mayordomos, obviamente. Democracia, le llaman.
Un viejo refrán político español, irreverente y soez pero muy asertivo, asegura que los partidos de derecha rezan a diario este sermón que los identifica: <A mis amigos (les doy) el culo… a mis enemigos (les doy) con el culo…y al pueblo, por el culo>
Vaya si sabrán de ello los chilenos.