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Los contaminantes vuelos espaciales

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Por Adán Salgado Andrade

Los súper millonarios, a falta de dedicar sus obscenas fortunas al bienestar de la sociedad más desprotegida y de ayudar a que este depredado planeta, se reponga, las emplean para su propio, mezquino, beneficio personal.

Millonarios como Elon Musk, Jeff Bezos o Richard Branson, poseen empresas dedicadas al costoso “turismo espacial”, en el cual, por varios millones de dólares llevan de “paseo” a otros millonarios, igual de individualistas que ellos, al espacio exterior, para que sientan la “emoción” de surcar, en una nave espacial, el vacío que ronda el rededor del planeta (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/07/los-elitistas-contaminantes-viajes.html).

Aparte de costosísimos, esos ociosos “paseos espaciales” son muy contaminantes, como expone el artículo del portal Gizmodo, titulado “Los lanzamientos de cohetes espaciales, podrían estar contaminando nuestra atmósfera de formas inesperadas”, firmado por Lauren Leffer, quien agrega que “el gas que expele un cohete, podría tener un significativo efecto en la atmósfera, el clima y la salud humana, como muestra una reciente investigación” (ver: https://gizmodo.com/rockets-launches-pollution-exhaust-emissions-spacex-1848936443).

Una foto de un cohete Falcon 9, der la empresa SpaceX, de Musk, abre el artículo. Se ve la estela de fuego gaseoso que deja su despegue. Lo cual, recuerda todos los lanzamientos que se efectúan desde hace años, pero que eran instituciones gubernamentales, como la NASA, las que los realizaban. Y aunque eran, en efecto, contaminantes, eran muy esporádicos.

Pero ahora, “Space X, Blue Origin y otras empresas, hicieron del 2021, el año con más lanzamientos en la historia, pero científicos dicen que esta loca tendencia, podría estar ocasionando mayor daño a nuestra atmósfera. El número de lanzamientos se ha duplicado en la última década. Y después de contabilizar todos los lanzamientos planeados para el 2022, parece que se superará el récord del 2021. Pero esos lanzamientos, implican fuertes emisiones de gases, cuyo impacto en la atmósfera, aún no se conoce bien”, señala Leffer.

Ya, por ejemplo, se ha demostrado que las estelas de gases que dejan los aviones a propulsión, son igualmente contaminantes. No conformes con eso, los empeñosos millonarios que impulsan sus industrias aeroespaciales, ahora están agregando un problema más con sus lanzamientos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/04/las-muy-daninas-estelas-de-aviones.html).

Los científicos Dimitris Drikakis y su colega, Ioannis Kokkinakis, de la Universidad de Chipre, hicieron una simulación por computadora, muy detallada, del despegue de un cohete de SpaceX, que mostró todos los gases de carbón que expele, además de muy dañinos óxidos de nitrógeno, que alteran la atmósfera en distintos niveles.

De hecho, gases como los óxidos de nitrógeno y otros, no se toman en cuenta, pero tienen igualmente, perniciosos efectos en el cambio climático (ver: https://education.nationalgeographic.org/resource/greenhouse-effect-our-planet).

“No debería de subestimarse la contaminación que producen los cohetes, pues su efecto acumulado, podría tener un fuerte impacto en el clima, además de que podrían, también, ser un futuro problema para la salud humana”, dicen los científicos en su investigación, que fue publicada en el portal de Physics of Fluids (Física de fluidos).

Dicen que, de momento, el riesgo podría ser pequeño, pero “podría incrementarse cuando los vuelos sean más frecuentes”.

La simulación que hicieron fue cuando el Falcon 9 lanzó a la órbita el satélite de telecomunicaciones Thaicom-8, construido la empresa Orbital ATK, establecida en Dulles, Virginia. La nave, usó el combustible RP-1, Rocket Propellant -1(Propelente para cohetes -1), que es “similar al combustible de los jets. Los investigadores consideraron el papel del calor producido, presión, mezcla de gases, patrones de dispersión y otros factores, para estimar las emisiones del cohete a varias alturas, hasta una de 67 kilómetros sobre la superficie”. Eso lo hicieron porque la atmósfera “tiene distintos niveles y cada uno exhibe sus propias condiciones”.

De esa forma, pudieron determinar que el Falcon 9, en sus primeros 165 segundos de operación, emitió 116 toneladas métricas de CO2, equivalentes “a las emitidas por 69 carros, funcionando todo un año, sin parar”.

Ya, de por sí, estamos atestados de tanto C02, emitido cada año, unos 40 mil millones de toneladas anualmente. Ya he dicho en otro artículo, que sólo traten de imaginar cuánto volumen de ese gas debe de ser, para que pese una tonelada. Ahora, traten de extrapolar a los 40 mil millones de toneladas. ¡Por eso, el planeta se está calentando, pues tanto gas, ya nos cubre, como las lonas que cubren los invernaderos y que mantienen alta la temperatura interna, para que crezcan saludablemente las plantas! Sólo que a nosotros, tanto incremento de temperatura, nos está matando.

Esos 40 mil millones de toneladas de bióxido de carbono, se acumulan en la atmósfera baja, “pero el modelo, muestra que las emisiones de los cohetes, se quedan en la mesósfera, más alta, en donde los impactos del CO2, no se entienden muy bien todavía. Por cada kilómetro que ascendió el Falcon 9 en el modelo, a mayores alturas, los gases expelidos, equivalieron a 26 veces los ya acumulados, por cada kilómetro cúbico, en la mesósfera”.

O sea que, de acuerdo al modelo, los gases del Falcon 9, se concentraron ¡26 veces más del CO2 que cada kilómetro cúbico tiene, al nivel de la mesósfera!

No sólo eso, “sino que expulsó niveles similares de monóxido de carbono y vapor de agua, de los que apenas si se ven trazas a ese nivel. Y no se sabe, todavía, los efectos que tendrán esos lanzamientos”.

Como señalo arriba, también se expelen óxidos de nitrógeno, NOx. Esos gases, que ocasionan enfermedades respiratorias, degradan, además, la capa de ozono. “En los primeros 70 segundos, el Falcon 9, produjo una tonelada métrica de NOx, equivalente al producido por 1,400 autos, trabajando todo un año. Y como se producen por altas temperaturas, se soltaron a bajas alturas, cuando el motor del cohete está más caliente, de menos de 10 kilómetros”.

Otro científico, Erik Larson, geocientífico de la Universidad de Harvard, está de acuerdo en que tanto NOx, dañará la capa de ozono, que es vital, pues evita que pasen los rayos UV, fatales para la vida.

Señala Leffer cómo costó mucho trabajo que esa capa de ozono se volviera a formar – se prohibieron, entre otras cosas, los clorofluorocarbonos, responsables de su destrucción, que se usaban como propelentes para los aerosoles –, “y aunque ya se repuso, es algo preocupante, pues puede volverse a romper esa capa”.

Justo como haría el NOx de tantos vuelos. La ONU, hizo un estudio en el 2018, en el que afirmó que ese NOx, de los cohetes, “dañaba poco, menos del 0.1%, a la capa de ozono, pero ahora, se estima que podría ser el impacto diez veces mayor, dados tantos vuelos”.

Pero no importa que sea “mínimo” el daño, como dice la ONU. De todos modos, lo hacen. Es absurdo que esa agencia “mundial” haya emitido un diagnóstico tan irresponsable.

Drikakis, sin embargo, reconoce que su estudio puede tener algunos problemas, dada la falta de información más exacta. Seguramente, los dueños de las empresas aeroespaciales, no le han de haber querido dar informes más detallados, de toda la porquería gaseosa que sueltan sus cohetes. “Pero esperamos que esto, sea tomado en cuenta, para que los futuros vuelos, sean menos contaminantes”, agrega.

Lo más probable es que nada se hará, pues son más importantes los intereses económicos, las ganancias, que los entusiastas empresarios aeroespaciales tendrán, por seguir promoviendo sus “emocionantes, paseos espaciales turísticos”.

Claro, para que, desde las alturas, los ricos que los hagan, contemplen la destrucción que su mezquindad materialista, ha ocasionado a este pobre, depredado planeta.

Contacto: studillac@hotmail.com    

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