Por Ronnie Burgos, desde Europa.
Redes Territoriales, Chile
10 agosto 2021
Nos hacen creer que el cambio climático es responsabilidad de la raza humana. Cuando siempre ha sido el sistema capitalista el mayor y único responsable de la depredación de nuestro planeta tierra, el único hogar que tenemos los proletarios del mundo entero.
En cambio ellos, los capitalistas dueños del mundo, en previsión del desastre climático que está llegando, ya preparan nuevas naves y acondicionan nuevos planetas, como el planeta rojo, para trasladarse cuando ya no sea posible la reproducción de la vida en la tierra.
Los pasajes están reservados, y son solo para ellos, los multimillonarios, pues es cierto que nadie de nosotros, ningún ciudadano normal, podrá jamás ser parte de esos nuevos viajes espaciales para una nueva vida en estaciones marcianas.
Mientras, la situación por ejemplo aquí en Europa con los incendios descontrolados y las inundaciones, es gravísima. Grecia, Italia, Turquía, Alemania, Bélgica, ya sufren las consecuencias. Pero también en Siberia, los incendios forestales tienen proporciones apocalípticas, con humo y cenizas contaminantes que incluso han llegado al polo norte.
El permafrost se está derritiendo en varios puntos hasta ahora congelados del planeta, pues no resisten las nuevas y altas temperaturas, y con ello, la amenaza de que se liberen nuevos agentes víricos y bacterianos, además de gases y nuevas enfermedades desconocidas hasta ahora, también son ya una realidad inminente.
Aquí en España hay lugares que están soportando un verano con 45 y 50 grados
De calor abrazador. La pregunta es: ¿Que estamos dispuestos a hacer para defender la vida humana y la de todas las especies frente a la insaciable depredación de los grandes consorcios capitalistas?
Sin ir más lejos, en Chile, es el pueblo mapuche organizado, el único sector político que viene actuando de manera decidida y resuelta contra las forestales extranjeras que operan en el país, y que destruyen nuestros campos, haciéndolos incultivables y alterando los ecosistemas.
Pero en la otra cara de la moneda, mientras se siguen secando los ríos y lagos, provocando escasez de agua potable, en las llamadas zonas de sacrificio, tenemos un duopolio neoliberal y una clase política, que no están dispuestos a poner fin al modelo extractivista, mal llamado «modelo de desarrollo», al servicio de una clase dominante minoritaria.
En esta realidad socioambiental y de cambio climático, la esperanza sigue estando en los movimientos sociales, que vienen luchando de manera creciente, sobre todo entre la juventud, único camino efectivo para que exista un mañana y un nuevo comienzo para la raza humana. Las plantas desalinizadoras ya existen masivamente en Francia y otros lugares de Europa, en previsión de la escasez y desaparición del agua potable, vital elemento para la vida humana.
Ayer informe de la ONU sobre cambio climático señalo que comenzó la cuenta regresiva para el final de la humanidad.
