Aproximadamente 83 millones de personas, equivalente a la población de Alemania, perderán la vida en el 2100 debido al aumento de las temperaturas causado por las emisiones de gases de efecto invernadero.
Una investigación llevada a cabo por el Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia reveló las dramáticas cifras de muerte que puede dejar el calentamiento global. Esto podría influir en cómo los mercados valoran la contaminación por carbono. Lo novedoso de este estudio es que introduce nuevas métricas para comprender cómo podría cambiar el mundo por el cambio climático.
El objetivo es que los principales generadores de gases de efecto invernadero tomen en cuenta el costo mortal que pueden tener en la población.
«Basado en las decisiones tomadas por individuos, empresas o gobiernos, esto le dice cuántas vidas se perderán o salvarán. Cuantifica el impacto de esas decisiones en la mortalidad al reducir las preguntas a un nivel más personal y comprensible», señaló Daniel Bressler, autor del estudio, publicado en la revista Nature Communications.
Bressler utilizó los modelos desarrollados por el economista climático de Yale y ganador del Premio Nobel William Nordhaus para calcular el número de muertes por calor directo que serán causadas si se mantiene el ritmo actual de emisiones.
Hasta este momento, el planeta se ha calentado alrededor de 1,1º C en comparación con tiempos preindustriales. El nuevo estudio muestra que para 2100 el planeta se calentará 4,1º C.
Sin embargo, esta estimación de la mortalidad causada por dicho aumento no toma en consideración las personas que podrían morir a causa de la subida del nivel del mar, las supertormentas, las malas cosechas o los cambios en los patrones de enfermedades afectados por el calentamiento atmosférico.
Por lo que el número de muertes proyectas, que se aproximan a la cantidad de personas que perdieron la vida en la Segunda Guerra Mundial, podría ser considerablemente mayor.
El costo social del carbono
El costo social del carbono es un medidor que busca establecer el costo económico que ocasiona una tonelada adicional de CO2 emitida a la atmósfera para las actividades económicas, el bienestar social y los ecosistemas.Ese precio de la contaminación, que complementa los mercados de carbono como el Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea, ayuda a los gobiernos a establecer políticas contabilizando los daños futuros.
La Administración Biden estableció en 51 dólares el costo social de carbono y a pesar de que fue visto por muchos como un paso importante que demuestra el compromiso que tiene EEUU en atender el cambio climático, otros consideran que debe ser mayor.
Un mayor costo de la contaminación por carbono podría inducir de inmediato a mayores recortes de emisiones, lo que a su vez podría salvar vidas.
Así, la investigación de Bressler sugiere que el costo social del carbono debería ser significativamente más alto, alrededor de 258 dólares la tonelada, si las economías del mundo quieren reducir las muertes causadas por el calentamiento global.
Actualmente, se estima que el volumen de contaminación emitida durante la vida de tres residentes estadounidenses promedio contribuye a la muerte de otra persona. De acuerdo con Bressler se pueden esperar tasas de mortalidad más altas en las regiones más cálidas y pobres como África, Oriente Medio y el sur de Asia.