[resumen.cl] Tras la lucha de organizaciones socioambientales la Legislatura de Tierra del Fuego del Gobierno argentino decidió prohibir «el cultivo y producción de salmónidos» en el territorio. El hecho histórico marca un punto de inflexión en un contexto de profunda crítica contra las empresas salmoneras y su relación con desastres medioambientales.
Un contundente precedente para la política y los ecosistemas latinoamericanos se dio a conocer el pasado miércoles luego que la Legislatura argentina de Tierra del Fuego decidiera a aprobar de forma unánime una ley que establece la prohibición de la cría de salmones en dicha provincia.
Según la información entregada por Página 12 el proyecto fue levantado por organizaciones medioambientales que materializaron dicha propuesta en 2018 luego que se abriera el debate sobre la eventual instalación de salmoneras en el Canal de Beagle.
De esta forma, indica el medio argentino, el Gobierno firmó en ese entonces «un acuerdo con los reyes de Noruega para desarrollar la salmonicultura en el canal. Si bien no se avanzó con el proyecto, Organizaciones No Gubernamentales (ONG), a la que se sumaron referentes científicos del Conicet y entidades académicas como la Universidad Nacional de Tierra del Fuego (Untdf), comenzaron a insistir con la sanción de una ley que prohibiera la actividad en el ámbito provincial».
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El histórico proceso irrumpe en un contexto de crecimiento sostenido de la instalación de empresas salmoneras en los territorios, decantando en desastres ambientales como los que visibilizó el estallido chilote de 2016 al sur de Chile.
En ese entonces, recuerda Página 12, «el gobierno chileno violó la legislación nacional e internacional y autorizó el vertido de 5 mil toneladas de salmones en estado de descomposición al mar», desencadenando una crisis que marcó no solo la movilización social, sino una crítica profunda al modelo representado por la devastación salmonera.
Respecto a la ley aprobada, esta busca «asegurar la protección, preservación y resguardo de los recursos naturales, los recursos genéticos y los ecosistemas lacustres y marinos» que conforman a Tierra del Fuego, por lo que prohíbe «el cultivo y producción de salmónidos en aguas jurisdiccionales de la provincia».