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EN ESTE 1° DE MAYO LUIS EMILIO RECABARREN NOS RECUERDA SU PENSAMIENTO ACERCA DEL AHORRO FORZOSO

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Blog de Héctor Vega

Imagen: Juan Vargas Puebla, discípulo de Luis Emilio Recabarren

L. E. Recabarren reflexiona en estos escritos de 1903 acerca del destino de los dineros de los trabajadores así reunidos. Se pregunta si no será acaso una tentación para los ricos servirse de ese dinero para prestárselo entre ellos. El mismo rol de caja pagadora que 117 años después le asignan los trabajadores de Chile a las Administradoras de Fondos de Pensiones. Da como alternativa las Mancomunales donde el trabajador deposita sus ahorros y se sirve de ellos en caso de necesidad.

A continuación algunos párrafos del periódico El Trabajo de Tocopilla. HV

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Tal vez de los últimos llegamos a tomar parte de las opiniones que se han vertido con respecto al proyecto de ahorro forzoso. Vamos a dar nuestra opinión después de un meditado estudio.

Primeramente, haremos saber a nuestros lectores, que el intendente de Tarapacá pretende implantar el ahorro forzoso para los trabajadores del salitre, obligándolos ahorrar el uno y medio por ciento de su sueldo mensual. Debido a este orden de ideas, se constituirá en Tarapacá una caja de ahorros cuyo sostenimiento -se dice- sería costeado con dinero fiscal. Con esto se crean nuevos empleos fiscales o, lo que es lo mismo, se abre una nueva puerta para arrojar el dinero que tanto nos cuesta producir, y así vemos progresar rápidamente el vicio pernicioso de la empleomanía fiscal. Esta es una razón fundada porque combatimos el citado proyecto. No lo combatimos porque si.

En la provincia de Tarapacá hay treinta mil trabajadores. Estos producirían cerca de cincuenta mil pesos mensuales con el ahorro forzoso, o sea, seiscientos mil pesos por año ¿Este dinero permanecería guardado o dándole giro provechoso para los mismos imponentes? No. No se podría dar un giro reglamentado por cuanto el dinero debería estar a disposición del erogante una vez vencidos los plazos del ahorro forzoso. Entonces ese dinero acumulado sería una tentación para los ricos; se harían empréstitos entre ellos y lo harían girar en su beneficio. No está, pues, garantido ese dinero en manos de los ricos. Esta es otra razón fundada y poderosa para combatir el proyecto del ahorro forzoso. No lo combatimos porque sí no más. Las prácticas viciosas y las leyes inadecuadas y tiránicas, no sientan precedentes en el recto criterio de la justicia.

Si existe una ley forzosa, es la del servicio militar, ley odiosa y despótica, que es un sarcasmo en la república y que por desgracia, el pueblo ha soportado; no es esto, por cierto, un aliciente que sirva de guía para imponer una nueva ley forzosa.

Hoy el pueblo no está dispuesto a dejarse imponer otra obligación. Todo lo que significa fuerza sobre el débil es indigno y despreciable. Pero en este país, han estado acostumbrados los gobernantes a abusar de la ignorancia en que, intencionalmente, han tenido al trabajador, para explotarlo a cada instante y para embrutecerlo, pero jamás han pensado educarlo. La fuerza bruta, la imposición atrevida que se quiere obligar al trabajador a dejar ahorros en manos de los ricos, es pues, otra razón poderosa para que nosotros nos encontremos dispuestos a combatir ese proyecto inicuo. No lo combatimos porque sí no más.

El proyecto de ahorro forzoso ha sido combatido por toda la prensa obrera porque vemos en él una nueva amenaza. Los trabajadores de todo Chile deben resistirse a obedecer esa ley en germen y deben prepararse para derramar, si es necesario, torrentes de sangre, antes que permitir que se abuse una vez más de nuestra paciencia ¿Hasta cuándo soportamos tiranías odiosas y desmedidas? El trabajador que pertenece a una “Mancomunada” no necesita hacer ahorros, porque con las cuotas que paga, tiene ahorros de sobra para atenderse en sus horas de desgracia y vamos a probarlo evidentemente en nuestro próximo número, por cuanto las columnas de nuestro pequeño periódico no nos permiten decir todo lo que es necesario en un sólo artículo.

Antes de poner punto final a este artículo, diremos que el dinero que se ahorrase, no queda garantido en manos de los ricos, porque casi todos son una gavilla de ladrones de guante y levita.

Ladrones de guante y levita han sido una multitud de cajeros de Bancos y casas comerciales, de tesoreros fiscales y municipales; los de los arsenales de Marina, los vendedores del fierro viejo y muchos otros que sería largo recordar. Algunos de estos ladrones expían en las cárceles sus robos. Pero todavía no hemos oído decir que un miserable obrero, que siendo tesorero de una sociedad obrera, haya sido acusado por defraudación de fondos, ni mucho menos que haya ido a la cárcel por ladrón.

Ningún tesorero de sociedad obrera ha salido de la escuela de los Jorge Walker, Callorda, Rosales, Muga, Alliende, Necochea y tantos otros. Los calumniadores del periódico El Orden de Iquique, tengan cuidado, porque nos veremos obligados a desenterrar viejas crónicas que han colocado muchos nombres con campanillas en el escándalo indecente y público.

Mientras tanto, la clase trabajadora consciente que marcha a la vanguardia de las masas obreras que piden justicia, puede levantar su frente limpia en todo terreno.

Luis E. Recabarren S.

El Trabajo, Tocopilla, 15/noviembre/1903

EL AHORRO FORZOSO

En nuestra edición anterior hemos dado las poderosas y lógicas razones que tiene la clase trabajadora de todo Chile, para combatir y resistir la tentativa de dictar una ley que imponga el ahorro forzoso. Estas razones expuestas, clara sencillamente, pueden resumirse así: la clase trabajadora no aceptará la ley de ahorro forzoso, cueste lo que cueste, por las causas razonables siguientes:

Por el hecho de ser una obligación forzosa, acto indigno en un país libre. Por no haber honradez en las clases dirigentes para administrar los dineros del pueblo, pues, diariamente, miembros de esta clase son acusados por desfalco. Porque con esto se crearían nuevos empleos, donde irán a ocuparse ricos tunantes que necesitan de esos empleos para satisfacer sus vicios. Porque la mayor parte de los trabajadores tiene obligaciones sociales que satisfacer que valen más que todo el ahorro, y no podrían soportar la cruel expoliación que se pretende implantar. Porque vamos contra toda ley obligatoria forzosa, porque todo lo forzoso es contrario a la libertad que proclama la Constitución de este país. Y porque en las sociedades mancomunales los trabajadores recibimos beneficios, que valen cien veces más, que el pretendido ahorro forzoso, como pasamos a demostrarlo.

En nuestras sociedades mancomunales los trabajadores recibimos beneficios en los siguientes casos: Cuando nos enfermamos, ya sea por accidente en el trabajo u otra circunstancia, somos atendidos hasta el total alivio. Si llega la muerte, se nos costean los funerales y la familia recibe una cuota en dinero igual a 50 centavos por cada socio activo. Nuestras sociedades no bajan de 500 socios las más nuevas.

En cualquier accidente, como incendio, derrumbe, naufragio, etc., el socio tiene derecho a recibir de la sociedad una cuota en dinero igual a 50 centavos por cada socio activo. Si un obrero necesita acudir pidiendo justicia, porque algún patrón se niega a pagarle o comete atropellos, la sociedad costea los gastos de la demanda, cosa que un trabajador aisladamente no puede hacer por falta de tiempo y conocimiento en materia de procedimientos judiciales.

Estos son los beneficios materiales, inmediatos y efectivamente ciertos que estas sociedades proporcionan a cada uno de sus socios que esté al corriente en el pago de sus cuotas. Los beneficios morales también están a la vista de todos los trabajadores que, teniendo vicios antes de entrar a estas sociedades, una vez en su seno, los abandonamos y aprendemos a vestirnos con limpieza, nos acostumbramos a la sociabilidad culta, y las horas dedicadas al servicio social son horas sustraídas a la embriaguez, al juego o a otros vicios.

Las sociedades obreras son para nosotros verdaderas escuelas de cultura y moralidad, donde olvidamos los vicios, para beber las sanas ideas libertarias en cuyo ambiente han de nacer nuestros hijos. Veamos ahora qué beneficios reportaría el hablado ahorro forzoso: ¡Ninguno!

Supongamos que un trabajador ganase hasta 200 pesos al mes, llevaría a la caja de ahorro 36 pesos en un año, y si llegase a ser efectivo el depósito de los capitalistas, tendría 72, tal vez 80 pesos con intereses ¡En un año! ¿Qué haría con ese dinero en una enfermedad de dos meses? ¿Qué haría en un incendio o en un naufragio? Con esa cantidad ¿recuperaría las pérdidas que recibiere por un accidente así? En nuestra sociedad, un trabajador no alcanza a pagar en un año 30 pesos, y en una enfermedad de 15 días se lleva un socio los 30 pesos, suponiendo que sólo perciba los dos pesos diarios que le acuerda la sociedad.

Un socio fallecido ya, don José Dolores González, había pagado diez pesos a la sociedad cuando se enfermó, en enero del presente año. Y desde esa fecha hasta el mes de agosto que falleció, la sociedad le proporcionó más de 250 pesos. Es decir, los diez pesos de cuotas, que son el mejor ahorro, le reportaron en cuatro meses que perteneció a la sociedad, doscientos cincuenta pesos de intereses. Sin tomar en cuenta la cuota entregada a la viuda.

Casos iguales, en nuestra sociedad, que tiene un año y medio de vida, hay ya largo, más de cincuenta. En las demás mancomunales hay otros tantos. ¿Qué responden a esto los autores del ahorro forzoso? Hipócritas, falsarios, que lleváis en el rostro una careta de ciervo, reconoced la verdad: ¡que las mancomunales son y serán de cada uno de los trabajadores que se incorporen en ellas!

¡Atrás el ahorro forzoso!, es el grito de los trabajadores de todo Chile, aún cuando se necesite para aplicarlo centenares de cadáveres y ¡ríos de sangre!

Luis E. Recabarren S.

El Trabajo, Tocopilla, 29/noviembre/1903

Fuente: Luis Emilio Recabarren. Escritos de Prensa. Compiladores Eduardo Devés Valdés, Ximena Cruzat Amunátegui. Open Edition. 1985. Ver también Ariadna Ediciones, 2015.

L. E. Recabarren proclama que el 1° de Mayo ….

“no es una fiesta ni un aniversario que se celebra. Es un día de protesta por todas las injusticias sociales en el mundo, en el cual se realiza la paralización universal, a un mismo tiempo de todas las actividades del trabajo. Nos cruzamos de brazos, en este día, para demostrar que a través de todo el mundo, los oprimidos y explotados de toda la tierra estamos unidos para protestar de las injusticias de que somos víctimas y para demostrar que nuestra unión y nuestra protesta se hacen cada año más grandes, el número de seres humanos que concurren al paro del Primero de Mayo, y de pueblos que participan.  Al mismo tiempo que protestamos contra todas las tiranías y explotaciones, demostramos a todos los que quieran vernos, que cada día es más grande nuestra protesta y al sentirnos numerosos nos prometemos mutuamente unirnos cada día más para alcanzar la capacidad y la fuerza para echar por tierra todo el régimen de injusticias sociales que hasta hoy reina, arrojando del poder y de los gobiernos a todos los explotadores y tiranos. Queremos acabar con todas las injusticias, tiranías, explotaciones, miserias y vicios que las clases ricas y gobernantes mantienen contra todos los pobres. Por eso cada Primero de Mayo nos reunimos en todos los pueblos de la tierra, para renovar estos propósitos públicamente, para revisar nuestras filas y constatar que siempre aumentamos. Queremos repetirles una vez más a nuestros hermanos de miserias, que nada debemos esperar de las clases ricas, que nos gobiernan, que nos oprimen y nos explotan, y que todo debemos esperarlo de nuestras propias fuerzas unidas, organizadas y educadas para dirigir el trabajo en el porvenir. Hombres, mujeres y niños de obreros y de empleados, debemos unirnos fraternalmente para gritar todos juntos: No queremos ser más tiempo esclavos, ni hambrientos, ni viciosos, ni miserables, ni ignorantes! No queremos soportar por más tiempo este régimen terrible de explotación y tiranías! de hambres y de vicios! Queremos hacer llegar un día en que todos seamos hermanos, en que todos trabajemos juntos fraternalmente para todos. Queremos que la vida sea vivida por todos en medio del Amor y de la Paz, entre el Arte y el Saber. Y todo esto lo tendremos el día en que todos los pobres podamos unirnos para arrojar del poder a los ricos, porque son los ricos los que impiden, con su egoísmo, el bienestar para todos”.

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