Las principales compañías del mundo van por la cosecha
INFORME GRAIN, enero 2017
Las corporaciones de agronegocios más grandes del mundo implementan programas de asociación público-privada para aumentar su control de los alimentos y la agricultura en el Sur Global.
Miles de invernaderos se agrupan a lo largo de los valles de la provincia de Lam Dong en las tierras altas Vietnam central. Durante la noche, el intenso brillo procedente de sus luces ilumina los camiones que circulan con fruta, hortalizas, flores y hierbas a la ciudad de Ho Chi Minh o a los puertos cercanos de exportación. La competencia entre los comerciantes intermediarios es intensa aquí. El clima es ideal para producir diversos cultivos comerciales de alto valor, y las compañías pelean por asegurar el abastecimiento de los productos agrícolas o por una participación en el lucrativo mercado de los insumos químicos, semillas y equipo agrícola, tal como la cobertura plástica para los invernaderos o las tuberías para el riego por goteo.
La agricultura en las tierras altas es un negocio de gran interés. Cada temporada, los agricultores especulan sobre cuál cultivo pagará el precio más alto o cuál nueva variedad de semilla alcanzará los rendimientos prometidos por los distribuidores. A veces las ganancias son altas. Pero son igual de frecuentes las pérdidas provocadas por los fracasos en los cultivos, la repentina caída de los precios o las estafas de los intermediarios. La deuda tiene un gran peso entre los campesinos del área.
El dinero no es el único problema. Hay una inminente crisis del agua a causa del vaciamiento de las napas de agua y la contaminación causada por el escurrimiento y la infiltración de pesticidas y fertilizantes, lo cual está generando una crisis de salud pública. También aumentan los conflictos por la tierra, especialmente en los cerros donde viven las comunidades originarias. Finalmente, hay una amenaza potencial sobre la seguridad alimentaria debido a la producción de muchos cultivos que la población local no consume. La mayoría de los campesinos parecen estar de acuerdo en que el gobierno hace muy poco para enfrentar estos problemas.
En este contexto, algunas de las compañías transnacionales productoras de alimentos más grandes del mundo están implementando un programa prometiendo soluciones “basadas en el mercado”. Las tierras altas de Vietnam central son una vitrina para Grow Asia, un programa agrícola dirigido por Nestlé, PepsiCo, Monsanto y otros gigantes de la producción de alimentos y los agronegocios. Grow Asia es la rama en el Sudeste asiático de la iniciativa global de “Nueva Visión para la Agricultura” del Foro Económico Mundial (FEM), que promete aumentar (un 20 por ciento cada diez años) la producción de alimentos, la sustentabilidad ambiental y las oportunidades económicas, de manera global. Bajo la tutela de Grow también está Grow África, Grow América Latina y varios programas nacionales.
Bajo la lógica de una “asociación público-privada”, las compañías multinacionales de agronegocios que participan en Grow, desarrollan estrechos lazos con los gobiernos, y así aumentan su control sobre los mercados y las cadenas de distribución. Mientras afirman promover la seguridad alimentaria y beneficiar a los campesinos, el énfasis puesto por Grow en un número pequeño de cultivos de alto valor comercial, deja en claro el real objetivo del programa: expandir la producción de unos pocos cultivos comerciales para beneficio de unas pocas corporaciones. (…)
En realidad, Grow Asia es muy poco más que un conjunto de proyectos de agricultura por contrato —diseñado exclusivamente por sus corporaciones miembro. El nombre de Grow existe para obtener el apoyo del gobierno y de ONGs y para abrir otro espacio político para que las corporaciones se mezclen con los políticos y cabildeen a favor de las leyes y regulaciones favorables a las empresas.
En Vietnam este espacio político lo llamaron Public-Private Partnership (PPP) Task Force [fuerza de tarea de asociaciones público-privadas] formado por 15 corporaciones, miembros de Grow, de los Estados Unidos y Europa, las cuales se contactan directamente con el Ministerio de Agricultura. A través de este grupo de trabajo, las corporaciones de Grow cabildean para cambiar las leyes y regulaciones nacionales y para ganar el apoyo del gobierno y de algunos grupos de la sociedad civil para sus compañías. Por ejemplo, PepsiCo unió fuerzas con otras compañías miembro del PPP Task Force para cabildear por cambios a la ley de semillas de Vietnam, de manera de evitar los costosos ensayos que deben realizar antes de que sus variedades de papas puedan cultivarse en el país.
Es mucho más probable que el aumento en las ventas de papas fritas Lay’s—y de las ganancias de PepsiCo—debilite la seguridad alimentaria de Vietnam, no que la aumente. Y sin embargo, el supuesto aumento en la seguridad alimentaria es el argumento que se utiliza para promover proyectos Grow, similares en todo el mundo, con el fin de imponer la agenda del control corporativo.
¿Qué es Grow?
Grow es parte de Nueva Visión para la Agricultura, una iniciativa del Foro Económico Mundial (FEM) que fue iniciada en 2009 y es liderada por 31 de las compañías “socias” de FEM que son parte de la industria alimentaria, ya sea en la agricultura, el procesamiento de alimentos o la venta directa. Noventa por ciento de estas compañías son de Estados Unidos y Europa. Ninguna de ellas es de China, Brasil, Japón, Corea, Tailandia o África del Sur —países que también son sede de grandes corporaciones productoras de alimentos. Pero Nueva Visión para la Agricultura y su programa Grow está exclusivamente en América Latina, África y Asia—los principales mercados en crecimiento para la industria global de los alimentos (Ver el mapa más abajo).
La Nueva Visión para la Agricultura es un documento vago que promueve estrategias basadas en el mercado para aumentar la producción mundial de alimentos y asegurar la sustentabilidad ambiental. Su énfasis principal está en la agricultura por contrato que vincula a campesinos con las compañías multinacionales (con menos énfasis, por ejemplo, en plantaciones industriales). Pero no hay limitaciones ni obligaciones para las corporaciones miembro. Más que nada, la Nueva Visión para la Agricultura es un esfuerzo por reunir un conjunto particular de compañías multinacionales de la agricultura y la producción de alimentos, bajo una plataforma común de intereses comunes que ellos puedan, de manera colectiva, promover en foros políticos importantes. En otras palabras, es un grupo de cabildeo.
La Nueva Visión para la Agricultura ha tenido éxito, mediante sus programas y “mesas de diálogo”, en llevar el interés de sus miembros corporativos directamente al interior de los círculos más influyentes que definen las políticas agrícolas. A través de su programa Grow África, iniciado en junio de 2011, las corporaciones de la Nueva Visión establecieron una asociación con la Unión Africana y el New Partnership for Africa’s Development (NEPAD-Nueva Asociación para el Desarrollo de África) para establecer y supervisar “compromisos conjuntos entre los gobiernos, los donantes y las compañías”. Esto después fue llevado al G8 en el año 2012, resultando en la creación de New Alliance for Food Security and Nutrition in África (nueva Alianza para la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en África), instrumento clave para presionar a los gobiernos africanos a adoptar políticas favorables a las compañías. Las dos iniciativas están tan estrechamente entrelazadas que Grow África y Nueva Alianza publican sus informes anuales como una publicación conjunta. El programa Grow Asia está localizado en la Asociación de Naciones del Sud Este Asiático (ASEAN) y su marco de trabajo para la seguridad alimentaria. Fue iniciado en un foro agrícola de Grow en 2014, con la participación de ocho de los diez ministros de agricultura de los países de ASEAN. Hoy el secretariado de ASEAN colabora directamente en la implementación de sus actividades.
En América Latina, las compañías de Nueva Visión, tienen la vista puesta en la Alianza del Pacífico (compuesta por Chile, Colombia, México y Perú) pero hasta el momento se ha limitado a un programa nacional en México llamado Nueva Visión para el Desarrollo Agroalimentario o VIDA. El programa opera en estrecha colaboración con la Secretaría de Agricultura de México (Sagarpa). En junio de 2016, el Foro Económico Mundial anunció que tres nuevos países de América Latina habían firmado su iniciativa Nueva Visión para la Agricultura: Argentina, Nicaragua (a través de un nuevo asociado llamado CultiVamos) y Colombia (a través de su programa Colombia Siembra).
Grow podrá ser una iniciativa controlada por corporaciones, pero es financiada por gobiernos. Grow África es financiada por la Agencia de Desarrollo Internacional (USAID) de Estados Unidos, el Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID) y la Agencia Suiza para el Desarrollo y Cooperación (SDC), mientras que Grow Asia es financiada por el Departamento de Asuntos y Comercio Exterior de Australia (DFAT) y el Global Affairs Canada (GAC) del gobierno de Canadá.
Mapa: Países Grow y compañías participantes*
*La lista de compañías está disponible en: https://www.weforum.org/projects/new-vision-for-agriculture/
Grow en los campos
El aspecto “privado” de las asociaciones público-privadas que promueve Grow, consiste en las inversiones que las compañías afirman que harán. Las compañías señalan que tienen planes de gastar 10 mil millones de dólares en inversiones solamente en Grow África, con mil 200 millones de dólares ya invertidos hacia fines de 2015. Sin embargo, estas cifras tienen que mirarse con cuidado. Primero, la mayoría de los proyectos de las corporaciones bajo la tutela de Grow son propuestas de inversión, sin ninguna garantía de que serán implementadas. Segundo, son proyectos de las compañías que son decididos de manera independiente de Grow y de otros “inversionistas”. No son como las asociaciones público-privadas de infraestructura, con las que los gobiernos atraen a compañías privadas para ayudar a financiar y operar proyectos sociales que desean construir, como hospitales o caminos. Más bien, Grow pone de cabeza el concepto de alianza público-privada: son las compañías las que atraen a las agencias públicas —y también a las ONGs y a las organizaciones de agricultores—a que apoyen sus proyectos.
El énfasis de estos proyectos está en un puñado de cultivos de alto valor comercial, administrados por grupos de trabajo específicos a cada producto. Los grupos de trabajo son usualmente co-liderados por un organismo integrado por la compañía y por el gobierno. Estos grupos de trabajo en cultivos específicos varía de país en país, pero hay varios cultivos que afectan a varios países, como el arroz, el maíz, las papas, el café, el cacao y la palma aceitera. No es sorprendente que los proyectos Grow estén dedicados a integrar verticalmente cadenas de distribución de materias primas agrícolas y los mercados de insumos para las corporaciones miembros, con un gran énfasis en la agricultura por contrato. Además de crear una dependencia de los agricultores hacia las corporaciones, aceleran la erosión de la biodiversidad local y tradicional (ver el proyecto de maíz de Monsanto y Syngenta en Vietnam). Algunos ejemplos incluyen:
- Proyecto de Unilever de producción de té contratado en Vietnam con dos ONGs, la Rainforest Alliance e IDH. El proyecto busca aumentar las adquisiciones de té de alta calidad, certificado, de Unilever en Vietnam, a 30 mil-35 mil toneladas por año.
- Proyecto de Nestlé para el cultivo de café contratado en Indonesia, con Syngenta, Yara, Rainforest Alliance y Rabobank. El proyecto implementará un esquema de financiamiento, en el que los agricultores que tienen cuentas bancarias personales recibirán préstamos de Rabobank y los administrarán para otros agricultores con el fin de invertir en la producción de café.
- Proyecto de Diageo para el cultivo de cebada bajo contrato con la Agencia de Transformación Agrícola del gobierno de Etiopía. La agencia enrolará a 6 mil pequeños agricultores para cultivar cebada para Diageo y aumentar el suministro local de cebada de la compañía en un 20 por ciento.
- Proyecto de Cargill y Monsanto para el cultivo bajo contrato de maíz en Indonesia con Bank Rakyat Indonesia (BRI) y un programa de préstamos del gobierno llamado KKPE, que entrega a los agricultores préstamos con bajos intereses como parte de un programa de seguridad alimentaria. Según un acuerdo entre Monsanto, Cargill, BRI y tres grupos de agricultores, el crédito KKPE se le entrega a los agricultores para permitirles comprar semillas híbridas de Monsanto y producir maíz para la planta procesadora de alimento animal de Cargill en Indonesia.
(…)
El programa Grow afirma que estas y otras inversiones que promueve se someten a los Principios de Inversión Responsable en Sistemas Agrícolas y Alimentarios (RAI). Sin embargo, no responsabiliza a sus miembros corporativos por incumplimientos, ni supervisa ni investiga el cumplimiento. Solamente aconseja y alienta a sus compañías asociadas para actuar responsablemente e incorpora a algunas ONGs y grupos de campesinos. Grow Asia tiene un Consejo de Sociedad Civil para “aconsejar y asegurar resultados social y ambientalmente positivos”, pero no tiene autoridad para asegurar el cumplimiento de ellos.
No hay procesos serios para determinar cómo contribuyen las actividades de las corporaciones patrocinadas por Grow a los objetivos del Foro Económico Mundial para la producción de alimentos, el manejo ambiental y el mejoramiento de los medios de subsistencia. Como con el proyecto de PepsiCo en Vietnam, investigaciones de campo independientes sobre algunos de estos proyectos, indican que los resultados están muy por debajo de las expectativas.
La toma del poder de Grow
La mayor influencia de Grow no está en el campo sino en los salones de reunión. Las estructuras regionales y nacionales que ha establecido le entregan a sus corporaciones asociadas el acceso directo a los ministros y otros funcionarios de alto nivel y les proporcionan oportunidades para cabildear por cambios en las políticas que favorezcan sus intereses.
En Mozambique, por ejemplo, Grow África y el USAID establecieron un Grupo de Trabajo Asesor en Negocios (BAWG por sus siglas en inglés), que Grow África describe como una “plataforma dirigida por el sector privado con el objetivo de entregar una opinión sobre los agronegocios del sector privado al gobierno”. Las compañías de agronegocios quieren que el gobierno les facilite la adquisición de derechos de uso de tierras, conocidas en Mozambique como DUATs (Derechos de Uso y Aprovechamiento de la Tierra). Según Grow África “el grupo de trabajo presentó este tema al Ministerio de Tierras, Ambiente y Desarrollo Rural, que a su vez escribió a los funcionarios provinciales para darle una vía rápida al tema del DUAT”. Grow África espera repetir este éxito en la vecina Malaui donde contrataron a la subsidiaria Sudafricana de Deloitte para que estableciera un proyecto piloto de una plataforma similar “actuando contra las barreras a la inversión en el sector”.
En México, Grow ha tenido éxito a través de su programa VIDA al formalizar su colaboración con Sagarpa y desarrollar sistemas de agricultura de contrato organizados como “conglomerados agrícolas” en todo el país. Estos sistemas incluso han sido integrados al Plan de Desarrollo Nacional de México para el periodo 2013-2018. En Indonesia PISAgro (programa de Grow en Indonesia) establece un sistema de crédito financiero llamado “sistema innovador de la cadena de valor” entregando préstamos pequeños y medianos a agricultores, en cooperación con la Cámara de Comercio de Indonesia (KADIN por sus siglas en inglés), la Asociación de Economistas de Indonesia (ISEI por sus siglas en inglés) y el banco Bank Rakyat Indonesia. El sistema busca financiar a los agricultores para tener acceso a semillas de alta calidad, fertilizantes y capacitación en las llamadas “buenas prácticas agrícolas”.
Grow estructura sus esfuerzos de cabildeo en torno a los cultivos de mayor interés para sus miembros, como maíz, papas, café, mandioca o cacao. A nivel nacional, esto toma la forma de grupos de trabajo en materias primas agrícolas. involucrando a compañías y agencias de gobierno, tales como el Grupo de Trabajo de la Papa en Indonesia dirigido por Indofood o la Plataforma de Diálogo sobre Mandioca Industrial de Ghana, dirigida por Olam y SABMiller. Las compañías dentro de las plataformas pueden entonces trabajar en conjunto para presionar por un cambio específico en las políticas o para conseguir el apoyo del gobierno. (…)
Grow es más de lo mismo de los mismos actores corporativos
El principal objetivo de Grow es movilizar la inversión de las corporaciones hacia nuevas formas de agricultura por contrato, re-etiquetada como “agronegocios inclusivos”. Si bien ha tenido éxito en convencer a algunos agricultores de que ellos son los beneficiarios del sistema, los proyectos de Grow en realidad facilitan la captura de los sistemas de producción de alimentos y de la agricultura por parte de las corporaciones y debilita a los pequeños agricultores.
El programa de Grow ayuda sólo a un puñado de corporaciones a aprovechar las estructuras de gobierno para acceder a los mercados y a los productores como nunca antes. Al hacer esto, las compañías de semillas y agroquímicos ganan un mercado seguro, con la ayuda de los créditos de los gobiernos entregados a los pequeños, para que compren sus químicos y sus semillas híbridas. Las compañías de agronegocios ahorran mucho dinero logrando que los agricultores firmen contratos con ellos en lugar de alquilar o concesionar la tierra para la producción a gran escala. Las corporaciones aseguran un abastecimiento de productos agrícolas y materias primas para sus operaciones de procesado de alimentos partir de estos agricultores bajo contrato. Para las corporaciones, Grow ofrece un escenario seguro.
Pero bajo esta perspectiva no hay futuro para los campesinos o para los comerciantes de alimentos a pequeña escala, excepto donde puedan subordinarse al objetivo principal de las grandes compañías productoras de alimentos: asegurar el abasto de productos baratos y materias primas para alimentos procesados y a la vez vender más y más insumos para la agricultura industrial.
Este programa fue creado como un mecanismo para lograr un mayor control por parte de las grandes corporaciones. El desafío para la población y la sociedad civil es reconocer y rechazar este tipo de sistemas que no hacen nada por derrotar el hambre, la pobreza o el cambio climático. La solución reside en las comunidades y los movimientos que priorizan una visión de la soberanía alimentaria basada en los mercados locales, la agro biodiversidad y la agroecología.
Informe GRAIN extractado por la redacción de Topo Express. Texto completo del informe, con notas y enlaces, en GRAIN