Sobre humor, parodia y otras tretas de escritoras, versó el Coloquio en Casa de las Américas convocado por el Programa de Estudios de la Mujer
BOHEMIA, Cuba.
Por MARYAM CAMEJO
El patriarcado es risible, así lo declara la doctora Luisa Campuzano, directora del Programa de Estudios de la Mujer, pero también la idea que sostiene la vigésimo sexta edición del Coloquio celebrado cada año en Casa de las Américas; en esta ocasión sobre humor, parodia y otras tretas de escritoras para burlar el sistema opresivo que coloca a la mujer en un lugar de desventaja con respecto al hombre, y la hace víctima de violencia. No obstante ese carácter risible, el conversatorio internacional que acogió a ponentes de varios países, encaró temas tan sensibles como el embarazo en la adolescencia, el acoso, el feminicidio y hasta los necesarios abordajes jurídicos con enfoque de género.
Re/de/construir la historia y la cultura latinoamericanas y caribeñas para ridiculizar al patriarcado fue el eje de la cita en Casa desde el 17 hasta el 21 de febrero, con un enfoque evidentemente descolonizador e inclusivo. Un panel de narradoras y poetas puertorriqueñas dio muestra de ello a partir del análisis de las estrategias discursivas en las novelas históricas El castillo de la memoria y Rosas de papel, de la autora boricua Olga Nolla; la obra de escritoras como Rosario Ferrer, Ana Lydia Vega y Mayra Santos-Febres, o de Ana Delia Rodríguez García, autora que hace del humor un instrumento de resistencia ante los atropellos del poder.
En el análisis de los cotradiscursos en la poesía del Caribe, la profesora de la Universidad de las Artes de Camagüey, Beatriz M. Goenaga, reflexionó sobre la poética de las jamaicanas Una Marson, Louise Bennett-Coverley y la trinitaria Marlene Nourbese.
El teatro fue también objeto de consideraciones, habida cuenta de que su performatividad permite mirar el patriarcado desde otras aproximaciones más corpóreas. Entre los varios momentos dedicados a la escena, Electra Garrigó, del cubano Virgilio Piñera, mereció un espacio de examen desde su discurso contrahegemónico al darle voz a una mujer que rechaza la manipulación de la institución de la familia para establecer y consolidar un dominio machista supuestamente legítimo, a la vez que contrapone la libertad del hombre al encierro (en casa) de la mujer.
Parodia y humor desarman al patriarcado en la escena latinoamericana con el cabaret político y social, un género alternativo cuyas dos de sus más connotadas cultoras son la actriz y directora mexicana Jesusa Rodríguez y la compositora e intérprete argentina Liliana Felipe. El desarrollo de este género y su llegada a Cuba en 2015 con un joven director matancero, Pedro Franco, al frente del Teatro El Portazo, fue otro de los momentos del Coloquio dedicado al arte de las tablas.
“El movimiento feminista mundial ha resurgido en una nueva ola –expresó Campuzano–; gente joven que está reclamando derechos que van más allá de lo que se había propuesto siempre, de una forma mucho más activa y mucho más visible porque tienen la posibilidad de las redes sociales. Creo que es un movimiento que va avanzando sin duda alguna”. Por esa razón, la profesora considera que quizá en el futuro el Coloquio aborde temáticas más sociológicas que culturales, pero aún no puede asegurarlo porque son cuestiones en constante evolución.
“En el caso de las Américas, dijo a BOHEMIA, no solo hay que hablar de género y clase, sino también de razas, porque es interseccional, y todo ello es visible en la narrativa latinoamericana”.