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Declaración del Primer Encuentro Internacional de Trabajadores y trabajadoras en solidaridad con el gobierno y el pueblo Venezolano.

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Más de 500 delegados de todo el mundo que se dieron cita en el Primer Encuentro Internacional de Trabajadores y Trabajadoras en solidaridad con el gobierno y pueblo venezolano, en donde aprobaron por unanimidad la Declaración Final.

El documento se deja ver los avances del neoliberalismo y las consecuencias que ha tenido en la clase obrera del mundo, por lo que los trabajadores se proponen seguir fortaleciendo e impulsando sus derechos y su participación activa en los procesos políticos, sociales y económicos de cada nación.

“Repudiamos el uso de la fuerza y la implementación de medidas coercitivas unilaterales utilizadas para someter a nuestros pueblos y a sus clases trabajadoras.”, señala el texto.

De igual forma, durante la actividad de clausura que tuvo lugar en el hotel Alba Caracas, en la ciudad capital, los trabajadores del mundo exhortaron que cese el bloqueo contra Venezuela y ratificaron su respaldo a la Revolución Bolivariana.

“Exigimos respeto a la soberanía de la República Bolivariana de Venezuela así como ratificamos el decidido respaldo a la Revolución Bolivariana y apoyamos los esfuerzos del legítimo Presidente Constitucional Nicolás Maduro por mantener la paz en la nación suramericana”, indica el documento.

A Continuación el documento íntegro:

DECLARACIÓN FINAL DEL ENCUENTRO INTERNACIONAL DE TRABAJADORES 2.019

Los trabajadores y trabajadoras reunidos en la ciudad de Caracas, capital de la República Bolivariana de Venezuela, con motivo del “I Encuentro Internacional de Trabajadores y Trabajadoras en Solidaridad con el Gobierno y el Pueblo Venezolano”, luego de las deliberaciones efectuadas hemos llegado a las siguientes conclusiones:

El mundo de hoy está marcado por la impronta de la globalización del capital. El carácter actual del capitalismo asume una voracidad sin precedentes que afecta a la clase trabajadora y a la humanidad en su conjunto. El capitalismo neoliberal abarca el sistema económico-financiero mundial, persigue la búsqueda incesante de ganancias mediante la conquista de nuevos mercados, fortalece el predominio del capital financiero, intensifica el saqueo de los pueblos y la explotación del trabajo.

Hoy el imperialismo estadounidense es su cancerbero más acérrimo. Nuestra América es el principal teatro de operaciones donde desarrolla su ofensiva por mantener la hegemonía global e imponer su modelo. La restauración neoliberal en el continente conlleva a que los Estados Latinoamericanos y del Caribe sufran la amenaza del uso unilateral de la fuerza o la pérdida efectiva de su soberanía. La naturaleza de la región padece los estragos destructivos del neoliberalismo. La clase trabajadora es cada día más explotada, especialmente, las mujeres y los niños. Los migrantes son perseguidos con políticas xenofóbicas. La democracia se socava progresivamente bajo la impronta de organizaciones supranacionales que refrendan la política exterior de EE.UU.

Ante esto, la República Bolivariana de Venezuela se ha convertido en un bastión de dignidad. El país se ha trazado, desde la llegada del Comandante Hugo Chávez a la Presidencia, una política de inclusión social que puso fin al neoliberalismo. En Venezuela germina un nuevo modelo de convivencia, se libra una decidida resistencia anti-imperialista y se desarrolla un enfoque sobre los asuntos públicos distinto al dogma neoliberal. Esta lucha de perspectiva anti-sistémica se integra con la defensa de la soberanía y se expresa en una política exterior independiente de inspiración bolivariana que apuesta a un mundo multicéntrico y pluripolar.

Se trata de un proyecto liberador adaptado a los nuevos tiempos, orientado a una mayor justicia social, que ya ha demostrado que la redistribución de las riquezas y la soberanía plena en el manejo de los recursos energéticos, entre otros aspectos, permite grandes logros en la política social. Aunado a ello, se forjó una vigorosa democracia participativa y surgió el protagonismo colectivo como característica de la nueva forma de hacer política que va emergiendo en las organizaciones del Poder Popular

A tono con el Plan de la Patria, programa de la transición venezolana al socialismo, se han creado los Consejos Productivos de Trabajadores como parte de un incipiente modelo de gestión pública concebido para contribuir con la diversificación económico-productiva del país y por ende, enfrentar los efectos perniciosos de la guerra económica desatada contra el pueblo venezolano. Dichos Consejos se inscriben en una concepción donde se proyecta que la clase trabajadora asuma roles de dirección propios de una democracia laboral profunda y en consecuencia, asuma el importante papel que le corresponde jugar en la edificación del Socialismo Bolivariano.

En efecto, ya los trabajadores y trabajadoras con la reciente creación de una Vice-Presidencia para el área en el PSUV, vislumbran nuevos retos y se abre un abanico de posibilidades a la clase trabajadora para incidir más en la conducción del proceso de cambios existente en el país. Asimismo, cabe resaltar que en el marco del proyecto político que se desarrolla en Venezuela surge una concepción bolivariana de la Seguridad y Defensa de la Nación que tiene en la Milicia Obrera a un importante referente para asumir la resistencia integral ante el imperialismo y su modelo neoliberal.

En el proceso bolivariano se han creado condiciones, con las política públicas en general y particularmente con la “Ley del Trabajo, los Trabajadores y Trabajadoras”, que reivindican a la clase trabajadora. La revolución venezolana con sus irrebatibles aciertos y a pesar de sus errores engloba un verdadero intento de inclusión social, una aspiración igualitaria en plena gestación, una apuesta por los más necesitados, es decir, una obra emancipadora en proceso direccionada a reivindicar a todos los excluidos y explotados.

Sin dudas, la Revolución Bolivariana es atacada ferozmente por su éxito inicial en la redención de los humildes, por su dignidad irreductible, por la esperanza que significa actualmente para los pueblos del mundo y por su proyección hacia el socialismo. Esta proeza es una herejía a los ojos de los poderosos del mundo, un peligro para los planes neoliberales y un desafío a la Doctrina Monroe que desde el norte pretenden imponer en el continente.

Por estas razones, desde la Casa Blanca se articula una guerra no convencional contra Venezuela que tiene como propósito derrocar al gobierno del Presidente Constitucional de la República Nicolás Maduro como paso imprescindible para exterminar al chavismo, acabar la democracia y apoderarse de las riquezas de Venezuela. A tono con estos planes implementan un conjunto diverso de medidas coercitivas unilaterales, amenazan con invadir militarmente al país y con especial fuerza, aplican un inhumano bloqueo económico, financiero y comercial que agrava los problemas del país. Esto se traduce en cuantiosas pérdidas que impiden la adquisición de alimentos, medicinas, insumos para la producción, materias primas, entre otros rubros imprescindibles para población.

El Grupo de Lima, la Alianza del Pacífico, la Organización de Estados Americanos, la presencia en el continente de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y las bases militares estadounidenses son los instrumentos predilectos del imperialismo como parte integral de la estrategia para someter a Venezuela y culminar su apuesta geopolítica de dominar el continente. En otras palabras, la Casa Blanca viola permanentemente el derecho internacional público en su ofensiva dirigida a cerrar el ciclo de los gobiernos progresistas o revolucionarios en el continente. Los planes geo-estratégicos del imperialismo en la región se encaminan a perpetuar el neoliberalismo con el objetivo de expoliar sus riquezas naturales y continuar explotando a los trabajadores.

Sin embargo, el pueblo venezolano y el resto de los pueblos de Nuestra América resisten, luchan y se erigen en un reto anti-imperialista que ya ha asestado importantes reveses a la política de la Casa Blanca. Proyectos alternativos han guiado las luchas que germinaron en gobiernos progresistas o revolucionarios hoy son verdaderos desafíos para las pretensiones hegemónicas de EE.UU., allí radica una preocupación geo-estratégica para las élites de la potencia norteamericana. Lejos del fin del ciclo progresista, la preocupación de los poderosos se acentúa ante los éxitos político-electorales que en el corto plazo se vislumbran para las fuerzas progresistas en América del sur.

Ante la arremetida imperialista, Venezuela es un ejemplo de dignidad que articula a la clase trabajadora junto a otros sectores dominados y oprimidos a los fines de amalgamar voluntades y emprender planes por la redención de los pueblos de Nuestra América. La empresa libertaria del continente tiene su inspiración en Venezuela y ella es la principal trinchera para la emancipación americana. En síntesis, en el continente se afronta una disyuntiva histórica, se confrontan el Ideario Bolivariano y la Doctrina Monroe, cuestión que indica la importancia geopolítica de las luchas progresistas o revolucionarias que se desarrollan en la Patria Grande.

En este contexto, el “I Encuentro Internacional de Trabajadores y Trabajadoras en Solidaridad con el Gobierno y el Pueblo Venezolano”, declara:

Exigimos respeto a la soberanía de la República Bolivariana de Venezuela así como ratificamos el respaldo a la Revolución Bolivariana y saludamos los esfuerzos del Presidente Constitucional Nicolás Maduro por mantener la paz en la nación suramericana.

Saludamos a la Revolución Bolivariana por la implementación de un modelo político-social incluyente que protege a la clase trabajadora ante las agresiones imperialistas.

Condenamos de la forma más enérgica las políticas imperialistas y su proyecto neoliberal porque socavan la soberanía de las naciones en función del saqueo de sus riquezas y la explotación de los trabajadores y trabajadoras.

Denunciamos la militarización de Nuestra América y especialmente, la presencia de las bases militares de Estados Unidos y de la OTAN en América Latina y el Caribe.

Repudiamos el uso de la fuerza y la implementación de medidas coercitivas unilaterales utilizadas para someter a nuestros pueblos y a sus clases trabajadoras.

Acompañamos a los pueblos y a los gobiernos del mundo que luchan por su soberanía ante los planes del imperialismo. Expresamos especial solidaridad con el pueblo venezolano en su lucha por su autodeterminación.

Igualmente, el “I Encuentro Internacional de Trabajadores y Trabajadoras en Solidaridad con el Gobierno y el Pueblo Venezolano” acuerda hacer suya el espíritu de la “Proclama y Plan de Lucha de los Trabajadores del XXV Encuentro del Foro de Sao Paulo” adoptadas en la ciudad de Caracas en el mes de julio de 2019. En consecuencia, aprobamos el siguiente Plan de Lucha:

Realizar un “Encuentro Internacional de Trabajadores y Trabajadoras” anual que tendrá su sede en la República Bolivariana de Venezuela.

Coordinar en las capitales del mundo una jornada el 9 de diciembre de 2019, día de la conmemoración de la Batalla de Ayacucho, contra las políticas injerencista del imperialismo estadounidense en Nuestra América. (NO MÁS TRUMP)

Realizar una jornada internacional de movilización en apoyo a la Revolución Bolivariana y contra el neoliberalismo el 27 de febrero del año 2.020. (Conmemoración de los 31 años de la primera insurrección en Carcas contra el neoliberalismo)

Convocar una twitazo anti-imperialista el día 5 de noviembre 2019 (aniversario de la IV Cumbre de los Pueblos de Mar de Plata 2.005).

Convocar una movilización mundial por la paz en Venezuela, en Nuestra América y contra los planes de guerra del gobierno de Estados Unidos para el mes de abril de 2020.

Desarrollar una jornada internacional de repudio a la Doctrina Monroe, contra el Bloqueo y demás Medidas Coercitivas Unilaterales para el día 28 de junio de 2.020.

Crear hasta el próximo Encuentro una Comisión Coordinadora de las delegaciones presentes en el “I Encuentro Internacional de Trabajadores y Trabajadoras en Solidaridad con la Revolución Bolivariana” a los fines de cumplir el presente plan.

Aprobado en la Ciudad de Caracas, Cuna del Libertador Simón Bolívar y Capital de la República Bolivariana de Venezuela a los 31 del mes

Fuente: Prensa PSUV
1 de septiembre de 2019

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