“Si la liberación de la mujer es impensable sin el comunismo, el comunismo es impensable sin la liberación de la mujer” – Inessa Armand [1]Es la noche del 30 de julio de 1920; unas ligeras columnas de trabajadoras, con pancartas y pañoletas rojas, se dirigen al Teatro Bolshoi desde los distritos periféricos de Moscú. En sus carteles, las consignas rezan: “de la dictadura del proletariado en todos los países, a la completa emancipación de las mujeres”.“Un coro de voces femeninas entona La Internacional por las calles de Moscú. Las proletarias moscovitas acuden con alegría a la inauguración de la Primera Conferencia Internacional Comunista de las Mujeres en el Teatro Bolshoi, a la que también se unen visitantes extranjeros