La Confederación General del Trabajo, que agrupa a los principales sindicatos, encabeza un paro general en el país, que amaneció con cortes de carreteras y sin transporte público
EXCELSIOR 25/06/2018 09:03 EFE / FOTOS: EFE Y TOMADAS DE WWW.CLARIN.COM
Los convocantes exigen cambios en la política económica y rechazan el ‘brutal ajuste’ que, según sostienen, ha impuesto el Fondo Monetario Internacional para hacer efectiva su ayuda financiera, mientras el Ejecutivo considera que los motivos de la protesta son políticos.
BUENOS AIRES.
Argentina amaneció hoy con cortes de carreteras en los accesos a las principales ciudades, especialmente la capital federal, Buenos Aires, y sin transporte público, según fuentes policiales.
En la capital, los cortes efectuados por los manifestantes afectaron a algunas de las principales autopistas y accesos, mientras que en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, está bloqueado el acceso a la autopista que comunica esta ciudad con la capital federal, explicaron las fuentes.
La huelga general, que arrancó a las 00.00 horas locales (03.00 GMT), es la tercera de 24 horas contra la política económica del Gobierno de Mauricio Macri y ha sido convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), que agrupa a los principales sindicatos del país.
Los convocantes exigen cambios en la política económica y rechazan el «brutal ajuste» que, según sostienen, ha impuesto el Fondo Monetario Internacional (FMI) para hacer efectiva su ayuda financiera, mientras el Ejecutivo considera que los motivos de la protesta son políticos.
Los sindicatos también rechazan que para intentar paliar lo que el Ejecutivo calificó de «turbulencia» en el mercado cambiario, este solicitara un crédito al FMI que se concretó hace pocos días por el valor de 50 mil millones de dólares, en un país en el que la entidad remite a la gran crisis vivida en la década de 1990 que desembocó en el «Corralito» de 2001.
En la capital federal no funcionan el subte (metro) ni los ferrocarriles, pero sí circulan algunos taxis, ya que la Federación Nacional de Conductores de Taxis no se adhirió al paro.
Los metrobús (carriles especiales para el transporte público colectivo urbano) de Buenos Aires y las grandes ciudades permanecen desérticos desde medianoche, mientras que la mayoría de los vuelos nacionales e internacionales han sido cancelados.
En Buenos Aires no circulan camiones y tampoco el tren de mercancías que comunica ambos sectores del puerto fluvial.
Los puertos y aeropuertos, las estaciones y líneas de ferrocarril, las entidades bancarias, las oficinas, hospitales (excepto urgencias) y los centros educativos de carácter público están prácticamente desiertos.
Lo mismo ocurre con los servicios de recogida de basuras y la estaciones de servicio, que junto con los anteriores son los principales objetos de la huelga convocada por la CGT, a la que se sumaron la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y la CTA-Autónoma, una de las divisiones de la CTA.
El paro general que hoy afronta Argentina es el tercero de estas características -después de los celebrados el 6 de abril y el 18 de diciembre de 2017- que se convoca en el plazo de 15 meses contra la política económica del Gobierno de Macri.
GOBIERNO RECHAZA PARO
El ministro de Trabajo de Argentina, Jorge Triaca, calificó hoy de «innecesaria» la huelga general y aseguró que va a haber una «recomposición» de los salarios de los trabajadores.
Nosotros entendemos que hay preocupación, que los últimos meses han sido de preocupación para muchos argentinos, pero también tienen que tener claro que hay un gobierno que está trabajando para resolver los problemas», señaló en declaraciones al canal de televisión América 24.
Para Triaca, aunque el «impacto» en el transporte ha generado una «caída» de quienes pueden acceder a sus puestos de trabajo, «también hay muchas actividades a lo largo del país que vienen desarrollándose con normalidad».
El paro no resulta necesario en este momento», valoró.
El ministro dijo que la movilización «no tiene una definición clara», sino que cuenta con distintas consignas «que tienen que ver más con los dirigentes que con la gente».
Uno de los principales reclamos de la huelga convocada por la CGT es que los salarios se adecúen a la inflación, que, según cifras oficiales, acumuló un 11.9 % hasta mayo, a lo que se suma la fuerte devaluación sufrida por el peso argentino frente al dólar estadunidense en las últimas semanas.
Los sindicatos piden que tanto las negociaciones salariales que están en marcha como las que se cerraron hacia marzo con un aumento del 15 % -acorde con la meta de inflación que había previsto el Gobierno inicialmente para este año- se adecúen a la situación actual.
En ese sentido, el ministro aseguró que «hace falta cuidar» el poder adquisitivo del salario «pero también cuidar la sustentabilidad de las empresas» y apostó por que en el proceso de negociación que queda por delante «se va a saber recomponer» esta circunstancia para que los sueldos no se devalúen.
«Hay muchos argentinos que necesitan un trabajo», algo que se consigue «generando más producción y más oportunidades», lo que «entra en contradicción con el paro», aseguró Triaca antes de insistir en que «resolver el problema del trabajo» en el país «tiene que ver con no hacer» huelga.
jrr