Al conmemorar 6 años del fallecimiento de Tomás Borge, Comandante Sandinista y fundador del FSLN reproducimos las palabras de homenaje de Esteban Silva, escritas en 2012:
Comandante Tomás Borge: “Uno de los muertos que nunca mueren”
Esteban Silva Cuadra
Ha fallecido el Comandante Tomás Borge Martínez. Ha partido uno de los grandes de nuestra América con el que me unieron convicciones comunes y una amistad que guardaré siempre con afecto y agradecimiento con la vida.
Augusto Cesar Sandino, “el general de Hombres libres” como bien lo llamara nuestra Gabriela Mistral señaló en 1929 en su Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar, refiriéndose a la necesidad de la integración Latinoamericana:
“Hondamente convencidos como estamos de que el capitalismo norteamericano ha llegado a la última etapa de su desarrollo, transformándose como consecuencia, en imperialismo y que ya no atiende a teorías de derecho y de justicia, pasando sin respeto alguno por sobre los inconmovibles principios de independencia de las fracciones de la nacionalidad latinoamericana, consideramos indispensable, más aún inaplazable, la alianza de nuestros Estados latinoamericanos”.
Allí, Sandino reitera sus ideas unitarias. Pone en primer plano la propuesta de unidad Latinoamericana, en la mejor tradición de Simón Bolívar, Francisco Bilbao y José Martí; declara abolida la doctrina Monroe y proclama la nacionalidad y ciudadanía latinoamericana.
Tomás Borge Martínez, fue un militante fervoroso de aquellas ideas, y obtuvo con creces la ciudadanía de aquella Latinoamérica propuesta por Sandino.
Nace en Matagalpa, Nicaragua, el 13 de agosto de 1930. Desde los 13 años participa en la lucha contra la dinastía Somoza.
En 1961, junto a Carlos Fonseca y un puñado de jóvenes, funda el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), siendo el último sobreviviente al momento de su muerte de los fundadores de aquella organización.
En 1963 participa en los movimientos armados de río Coco y Bocay; en 1967 en la lucha guerrillera de Pancasán, siendo nombrado Comandante de la Revolución. Fue estudiante hasta el 5º año en la Escuela de Derecho de la UNAN de 1951 a septiembre de 1956, fecha en que es encarcelado con motivo del ajusticiamiento de Anastasio Somoza y condenado a 9 años de prisión. Tres años después gracias al enérgico movimiento estudiantil organizado por Carlos Fonseca, es enviado a cárcel domiciliaria. Se escapa hacia Honduras y se incorpora a la lucha antisomocista junto a Carlos y Silvio Mayorga. Regresa a la ciudad de León, en plena guerra contra Somoza, en compañía de Daniel Ortega. Por su actividad política es encarcelado en numerosas ocasiones: permanece esposado y encapuchado durante nueve meses en aislamiento total. Siendo jefe del Frente Interno del FSLN y conociendo la totalidad de las casas de Seguridad del FSLN soportó torturas sin revelar la ubicación de ninguna de ellas.
Fue conocido su terco silencio frente a sus torturadores, así como su generosidad con los que fueron sus enemigos. Perdonó públicamente al jefe de sus torturadores originando en ese hecho la bellísima canción de Luis Enrique Mejía Godoy “Mi venganza personal”, cantada con tanta fuerza y profundidad por la que fue su mujer y compañera Marcela Pérez Silva.
Son famosas sus frases: “implacables en el combate, generosos en la victoria, “Carlos es de los muertos que nunca mueren”, “los niños son los mimados de la revolución”, “la revolución es fuente de derecho” y “El amanecer dejó de ser una tentación” entre muchas.
Fue Ministro del Interior, durante los diez años del gobierno popular sandinista. Fundador de la Policía Sandinista y comandante adjunto del Ejército Popular Sandinista. Electo Diputado al Parlamento Centroamericano; así como a la Asamblea nacional de Nicaragua, durante cuatro períodos consecutivos. Fue fundador y Vicepresidente de la COPPPAL y Vicesecretario General del FSLN.
Borge era multifacético: poeta y gran orador, escritor y periodista. Entre sus obras destacan: La Paciente Impaciencia (Premio Casa de las Américas, 1989), el poemario la Ceremonia Esperada (1990) y Un grano de Maíz (1992), basado en una conversación con su entrañable amigo Fidel Castro. Hasta su fallecimiento siguió publicando artículos periódicamente y escribiendo poesía.
Por su activo compromiso con la justicia y la integración de nuestros pueblos recibió muchas distinciones y Honoris Causa, entre otros, de la Universidad de Puebla, México; la Universidad de Cuenca; y la Universidad Alfredo Pérez Guerrero (UNAP) de Quito, Ecuador y la Universidad Nacional de Nicaragua.
En noviembre del 2010, en la sala Master de la Radio de la Universidad de Chile, el Instituto Latinoamericano de Altos Estudios Sociales, ILAES Posgrados, le otorgó el Doctorado Latinoamericano Honoris Causa. En sus palabras de aceptación el Comandante Borges señaló que seguía siendo revolucionario, antiimperialista y profundamente socialista y que asumía con humildad y entusiasmo el compromiso de ser un embajador del Allendismo en nuestra América. Y así lo hizo hasta el último de sus días.
Tomás Borge proyecta en su experiencia de vida y trayectoria revolucionaria, en su poesía y en sus escritos, la paciente impaciencia de la lucha por la integración de nuestra América desde una vertiente antiimperialista, popular y anti oligárquica. Fue persistente en su lucha, desde una perspectiva anti dogmática por un socialismo que no fuera “ni calco ni copia sino que debe ser una creación heroica” como decía José Carlos Mariátegui, el gran intelectual del Perú, tierra de su segunda patria a la que amó entrañablemente y ante la cual se desempeñó como embajador.
Tomás supo también hacer una autocritica descarnada y hablar con franqueza de lo que definió como pecados de soberbia, cometidos durante el periodo de la revolución sandinista. Pero lo más importante es que supo volver a caminar con su pueblo y en particular con los jóvenes nicaragüenses en una nueva etapa de luchas, que llevó al FSLN a triunfar- esta vez en las urnas- con el Presidente Daniel Ortega.
Con su trayectoria e historia de vida Tomás ya es parte de nuestro legado, forma parte de esa lucha incesante por construir una historia protagonizada por nosotros mismos, por nuestros pueblos, una historia mirada con nuestros propios ojos, con la mirada del sur.
Tomás Borge Martínez- hermano de la tierra de Rubén Darío, hermano de esta patria grande soñada por Bolívar, por O’Higgins, San Martin, Sandino, Farabundo Martí, Ernesto Che Guevara y Salvador Allende” es ahora, como el mismo lo señaló respecto de Carlos Fonseca, uno “de los muertos que nunca mueren”.
Hasta siempre, Comandante Tomás Borge”