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Rechazo al TLC UE-MERCOSUR

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Rechazamos el avance de las negociaciones del

Tratado de Libre Comercio Mercosur-Unión Europea

¡NO queremos este Tratado y, no queremos ningún Tratado de Libre Comercio!

22 de febrero de 2018

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Desde la Asamblea Argentina mejor sin TLC manifestamos nuestro rechazo a las negociaciones para firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre los países del Mercosur y la Unión Europea.

Los gobiernos de ambos bloques sostienen que están muy cerca de alcanzar un acuerdo, el cual sería firmado el día 26 de febrero en Asunción. Este Tratado, que ya lleva casi dos décadas de negociación, ha estado bloqueado siempre en los mismos puntos: acceso a mercados agrícolas, especialmente para la carne y los agro-combustibles como el etanol. Pero, aún lográndose un acuerdo que satisfaga a todos los actores empresariales y exportadores, sostenemos que este TLC aumentará el desempleo y las desigualdades en las poblaciones de los países firmantes, tendrá un impacto directo sobre la salud y el acceso a los medicamentos así como profundizará el cambio climático y el deterioro del medioambiente.

Nuestro rechazo no se basa en especulaciones: este Tratado es sólo una muestra de lo que implican los TLC en términos de pérdida de derechos para las mayorías. Como todos estos tratados, sus defensores los envuelven en promesas de desarrollo y cooperación pero, finalmente, sólo avanzan en el poder de las corporaciones y dejan atrás los derechos de los pueblos.

Un análisis de los recientes leaks (Greenpeace, noviembre de 2017) de los capítulos consolidados muestra que este TLC daña los derechos adquiridos en los países del Mercosur, y que la aplicación de sus cláusulas tendrá un impacto directo sobre la vida de los pueblos; ya que:

§ Pone en riesgo el empleo. Se estima que se perderán 186 mil puestos de trabajo industriales sólo en Argentina. El impacto potencial del tratado alcanza a 11 de cada 100 empleos en actividades fabriles. Golpeará a las empresas nacionales ya que, el aumento de las importaciones desplazan la producción local, especialmente, sobre sectores fabriles “sensibles” como textiles, calzado, juguetes, marroquinería, muebles. En este último rubro se perderían 47.000 empleos; autopartes tendría una merma de 32.500 posiciones; en el sector químico el retroceso llegaría a 19.000. De este modo, el acuerdo pone en juego una porción significativa del empleo industrial, en particular en sectores con larga trayectoria en la Argentina y que cuentan con una mayor calificación como es el caso de la metalmecánica y del complejo automotor. Además, el aumento del desempleo tendrá un impacto negativo sobre el consumo y la recaudación, aumentando el déficit fiscal y abriendo paso a la profundización del modelo de ajuste económico ya existente;

§ Dificulta el acceso a los medicamentos a través de una protección avanzada de los derechos de Propiedad Intelectual y las Patentes farmacéuticas. En representación de los intereses de sus empresas farmacéuticas, la UE pretende generar más derechos exclusivos y poder para controlar los mercados (monopolios) de tecnologías médicas en detrimento del derecho humano a la salud y la producción local de medicamentos genéricos en los países del Mercosur. Esto significará mantener el precio alto de los medicamentos por mayor cantidad de años, con nula injerencia de los países miembros para proteger la salud pública;

§ Permite que las empresas de la UE tengan injerencia directa sobre las contrataciones públicas de los países del Mercosur. El TLC propone establecer parámetros basados en el Acuerdo sobre Contratación Pública (ACP) firmado en el marco de la OMC, del cual ninguno de los países del Mercosur es miembro (y donde sólo Argentina participa como observador). Con la firma del TLC se abriría la posibilidad para que empresas transnacionales europeas participen de la construcción de carreteras, aeropuertos, líneas ferroviarias y puertos, en las mismas condiciones que sus pares locales y bajo reglas que los países de la región han rechazado en otros foros internacionales;

§ Provoca un impacto negativo sobre la soberanía alimentaria y el mundo rural, así como aumentará la contaminación y la deforestación de zonas como la Amazonia por la expansión de la minería, la ganadería intensiva y los monocultivos agroindustriales como la soja y la caña de azúcar. Esto aleja a los países del Mercosur del cumplimiento de los compromisos en materia de derechos humanos, sostenibilidad y cambio climático como el Acuerdo de París. Incluso se ha comprobado que este TLC genera “un riesgo de aumento de la contaminación del agua” y “un efecto potencial negativo sobre la biodiversidad, agravado por el desarrollo de la demanda de biocombustibles en Europa”. Esta información surgió de un estudio acerca de los posibles impactos del TLC encargado por la propia Comisión Europea a la Universidad de Manchester en 2009.

§ Obliga a armonizar algunos estándares fitosanitarios al régimen europeo, a certificar y registrar las semillas o conceder derechos de obtentor sobre plantas a productores europeos como si fuesen locales. Exige la adhesión a Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV91), a los cual los países del Mercosur se resisten. Esto ya ha sido aplicado por la UE en otros acuerdos como el TLC con Ecuador, donde estas medidas han tenido un impacto negativo sobre campesinos e indígenas.

§ Impacta sobre los hábitos de consumo locales y permite que las góndolas sean arrasadas con productos importados. A través de las Indicaciones Geográficas, los productores europeos pretenden arrogarse la capacidad única de producir ciertas variedades alimentarias como los quesos Muzzarella, Fontina, Provolone, Reggiano, Gouda, entre otros; sumado a la entrada indiscriminada de esos productos con arancel cero, llenarán las góndolas, confundiendo a los consumidores y golpeando a las industrias alimentarias locales.

Además, las negociaciones de este acuerdo se han realizado sin permitir la participación de la sociedad civil y del poder legislativo, negando cualquier acceso a los borradores. No se ha abierto discusión alguna acerca de las cláusulas ni se han presentado estudios de impacto por sector durante la negociación de este tratado. ¿Por qué tanto secreto? Una vez firmados los acuerdos y dados a publicidad, se hace evidente por qué se produce esta total falta de transparencia: los tratados firmados generan resultados negativos considerables, mientras que muchos de los beneficios prometidos nunca se materializan.

Es inaceptable que la ciudadanía deba esperar leaks de los capítulos negociados para enterarse lo que se está acordando. Estas negociaciones requerirán cambios significativos en las leyes de los países miembros del Mercosur. No existe una razón por la que estas negociaciones deban ser secretas, sólo el hecho de que las nuevas reglas impactarán, directamente, sobre la política pública y la vida de la gente.

Desde la Asamblea Argentina mejor sin TLC declaramos nuestra oposición al avance librecambista en la región y, llamamos a discutir y avanzar en formas de organización autónoma y democrática para la construcción de propuestas alternativas de integración regional que favorezcan los intereses de los pueblos.

¡NO a los TLC!

¡No al Tratado de libre comercio mercosur – unión europea!

¡SÍ a la integración de los pueblos!

¡El mundo no es una mercancía!

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