Ver: «El derecho de propiedad nuevamente en conflicto. Chile déficit de viviendas»

1. Sin duda el aporte de don Juan Carlos es muy importante, no hay discusión. Sin embargo, yo soy partidario de otro Orden. Un sistema donde la igualdad de derechos entrega techo para cada familia. Otra cosa es hablar de propiedad. Cuando me refiero a otro sistema, me refiero a una sociedad con otras leyes, con otra constitución, con otro todo. Porque para mi modo de ver la realidad de este país, salvo algunas cosas contadas con los dedos de una mano, todo lo demás está malo. Y no es pesimismo, los números lo dicen. Con respecto a la propiedad, es El Tema. Y es precisamente este tema el que me tiene sentado donde estoy. Desde un punto de vista medioambiental: El poder adquisitivo no puede ser ilimitado. El suelo tiene límite. Al final de cuentas todos elementos fundamentales para la vida no son infinitos. Por tanto, los elementos fundamentales no pueden ser propiedad de nadie. La propiedad debe limitarse a lo material humanamente construido. La propiedad privada del suelo es el peor error que ha cometido la mente humana. Del suelo emana el alimento que permite la vida de toda especie. El suelo en manos caprichosas y egoístas encarece el alimento y pone en riesgo el abastecimiento de la población. No debe construirse residencias en espacios destinados para la agricultura. Todos estos principios naturales han sido violentados, y lo peor no se ha condenado a sus autores. Ahora, desde un punto de vista social: Todas la familias tienen derecho a una vivienda, y ésta puede ser propiedad, junto con todas las cosas que pueda adquirir. No hay problema . Sin embargo, no es bueno que la tierra esté en manos privadas. El ser humano es caprichoso. Se imaginan una persona compra un bien raíz para sembrar, y después de un año cambia de opinión y lo convierte en un motel, alegando que es más rentable. Cuando disminuye la superficie de plantado, aparece la especulación de precios. En mi opinión la tierra debe estar en manos de un gobierno revolucionario, y un ministerio de agricultura también revolucionario. Si pretenden cambiar la sociedad y la propiedad privada sigue igual como está, téngalo por seguro que les hago una revolución.

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