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Trump quiere Gaza

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Washington (United States), 04/02/2025.- Israeli Prime Minister Benjamin Netanyahu (L) and US President Donald J. Trump (R) talk with reporters in the Oval Office of the White House in Washington, DC, USA, 04 February 2025. President Trump, who is hosting his first in-person meeting with another world leader since returning to the White House, and Prime Minister Netanyahu are set to discuss the Israeli cease-fire with Hamas, Iran's nuclear program and future arms shipments, among other bilateral issues. EFE/EPA/SHAWN THEW / POOL

 Isaac Bigio

Desde que ganó las presidenciales, Donald Trump ha anunciado planes diferentes a los que propuso para ser electo. Inicialmente demandó apropiarse del nombre del golfo de México, ambicionar Marte y anexar el canal de Panamá, Groenlandia y Canadá. Al cumplirse la primera quincena de su mandato, Trump reveló su plan para adueñarse de Gaza, acompañado de Benjamín Netanyahu, el primer gobernante extranjero en verse con él desde que volvió al poder.

Trump exige reconstruir Gaza como la “Riviera del Medio Oriente”, para lo cual EEUU va a tener que ocuparla. Trump quiere crear su nueva Mónaco en dicha franja, la cual cuenta con menos del 0.01% de los 46,000 kilómetros de playas que tiene el Mediterráneo. Mas fácil y rentable sería edificar un balneario en otras zonas despobladas y desmilitarizadas de dicho mar. Un centro de casinos y bares es una ofensa para los palestinos y para los 1,600,000 musulmanes.

Para lograr ello, Trump quiere sacar a la mayoría de los 2 millones de palestinos y arrasar todo lo que queda de la que hace más de 3,000 años fue la primera capital de “Tierra Santa”. Egipto, Jordania y Albania no quieren recibir palestinos. Los países árabes demandan de que, en vez de hacer ello, se cumpla el deseo de la inmensa mayoría de las Naciones Unidas de efectivizarse un Estado palestino.

Los gazatíes son uno de los pueblos más sufridos del planeta. El 70% de ellos proviene de los palestinos que fueron desplazados por Israel cuando en 1948 este Estado fue creado y la mayoría de su población nativa fue desalojada de sus tierras ancestrales. Luego, Egipto ocupó Gaza en 1948-67. En 1956 los israelíes la invadieron y masacraron, para luego retirarse de allí por presión estadounidense, aunque desde 1967 retomaron su control. Gaza fue transformada en lo que muchos describen como el mayor campo de concentración o prisión abierta del globo. Con apenas 41 kilómetros de largo y 6 a 12 kilómetros de ancho, esta franja quedó totalmente bloqueada por tierra, mar y aire. Tel-Aviv nunca quiso reconocer al gobierno electo por los gazatíes ni a una posible independencia.

Durante 15 meses casi todas sus iniciales 2,3000,000 habitantes perdieron sus casas y fueron desplazados varias veces. Tras resistir la destrucción de todos sus hospitales y universidades y más del 80% de sus barrios, escuelas y templos, los gazatíes quieren reconstruir para ellos mismos su franja urbana, la más hiper-bombardeada de la historia universal. Si deben salir de Gaza, los palestinos demandan retornar a sus lugares originales que hoy son parte del Estado de Israel, cumpliendo resoluciones de Naciones Unidas antes apoyadas por Washington.

Si en EEUU, Trump quiere deportar masivamente a más de 10 millones de inmigrantes, en Gaza él quiere hacer lo mismo con casi todos sus ciudadanos para reemplazarlos por inmigrantes “de todo el mundo”. Los gazatíes estarían condenados a sobrevir en campos de refugiados, algo que Han experimentado más de la mitad de los 14,300,000 palestinos.

Trump seguramente va a revelar luego otras sorpresas como la de querer apropiarse de las grandes reservas de hidrocarburos que hay en el mar de Gaza, una posible construcción de un nuevo canal interoceánico que una Gaza con el Mar Rojo o apoyar que Israel se anexe Cisjordania, algo que insinúan varios de sus funcionarios.

Para llegar a la Casa Blanca, Trump prometió finiquitar con las guerras y sacar a muchas de sus tropas del exterior. En vez de ello y de acabar en 24 horas con cumplir con su palabra de acabar con la guerra Rusia-Ucrania, ahora va a tener que destinar tropas de combate y ocupación a Gaza. Esto forzará una gran limpieza étnica y escalará los conflictos en Medio Oriente pudiendo producir una guerra regional.

El plan Trump será muy resistido por los árabes. Al margen de que ello logre consumarse, lo importante para el nuevo presidente norteamericano es que ha logrado embolsillarse a la ultraderecha sionista (que ahora puede aceptar que Gaza pase a EEUU) y le da un espaldarazo a Netanyahu, quien así buscará tapar su derrota militar y querer reelegirse.

 

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