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Trump: La edad del «devoro».

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Isaac Bigio

Al retornar al poder, Donald Trump dijo que se inauguraba la “edad de oro” de su país, cuando lo que tendremos en una en la que EEUU va a buscar devorar a su vecindario. Según Trump su nación se va a consolidar como la única mega-potencia que unifique y pacifique al mundo.

Entre sus primeros decretos está retirarse de la Organización Mundial de la Salud y del Acuerdo ecológico de París, con lo cual socavará a ambos. Postula “perfora, baby, perforar” cuanto pozo petróleo o mina pueda, aunque sea cerca al Ártico y ayudando al derretimiento de los hielos y al incremento del nivel del mar.

Jura que extraeraa tantos hidrocarburos de Norteamérica haciendo que estos sean empleados para reindustrializar el país y multiplicar la producción de autos, y que EEUU devenga en un gran exportar de gas y petróleo. Incrementará las tarifas a México, Canadá, China y posiblemente Europa.

Sus medidas distorsionarán el “libre mercado” mundial y acelerarán el calentamiento climático global. 2024 ha sido el primer año del milenio en el cual la temperatura planetaria subió 1,5 grados. Se agudizarán nuevas catástrofes naturales como los incendios forestales que arrasan California o los huracanes que destrozaron Nueva Orleans.

Propone incrementar el presupuesto militar, pero, al mismo tiempo, evitar guerras y no caer en estas. Paradójicamente, cuestionó que hace casi medio siglo atrás el canal de Panamá fue devuelto a dicha república y exige que este vuelva a EEUU. Sostuvo que este fue construido con la sangre de decenas de miles, pero casi todos fueron trabajadores locales. La única posibilidad de lograr tal objetivo es mediante una invasión.

Por ahora no ha propuesto desconocer a los gobiernos de Nicaragua y Venezuela (tal vez para concentrarse en retomar a dicho canal), pero canceló la orden que Joe Biden dio poco antes de expirar su mandato de excluir a Cuba de las naciones que promueven el terrorismo, con lo cual se mantendrán las sanciones que sacaban a esta isla durante más de seis décadas. Al designar a los narco-carteles como “organizaciones terroristas” Trump podrá atacar unilateralmente blancos en Latinoamérica, región a la que provoca también al militarizar y poner en emergencia su frontera sur.

Demanda completar el mega-muro que separa a la América anglosajona de la latina. Afirma que va a deportar a millones de inmigrantes. Estas medidas costarán billones de dólares.

Su desprecio por lo indígena se ve en los dos cambios de nombre que ha decretado: el del Denali (el monte más alto de EEUU bautizado así por los nativos) por el del expresidente proteccionista McKinley y el del golfo de México (su único nombre conocido, el cual honra a la antigua civilización Mexica) por el de “Golfo de América”.

Trump quisiera incluso incorporar a EEUU a sus vecinos Canadá y Groenlandia, a la que quiere comprar como si fuera un fundo para poder colocar sobre esta isla más bases nucleares y excavadoras de yacimientos.

La única vez en que Biden y Kamala Harris se pusieron de pie para aplaudirlo fue cuando él saludó la liberación de rehenes israelíes, aunque no dijo lo mismo con respecto a la de los palestinos ni se ha comprometido a garantizar el acuerdo de paz. Paralelamente canceló las represalias a los colonos sionistas que han asesinado palestinos, deja sin efecto toda restricción de armas que Biden puso para suplir a Israel y ha nombrado como su portavoz en Naciones Unidas a Elise Stefanik, quien no acepta el derecho palestino a la autodeterminación y propone la anexión hebrea de Cisjordania.

No atacó a Irán, Corea del Norte o Rusia, pero sí a China, a quien considera su principal rival por los mercados del resto del continente y del mundo. No ha cumplido con su promesa de acabar la guerra de Ucrania en 24 horas.

A nivel interno levantó una agenda conservadora, homofóbica y pro-clerical. Rechaza reconocer cualquier derecho a los LGTB y ha anulado la discriminación positiva a las minorías. Exige eliminar el derecho humano de todo bebe nacido en su país a tener su nacionalidad, algo que choca con la constitución y que ya ha empezado a ser desafiado por varios Estados.

Afirmó que él logrará que su bandera nacional sea plantada en Marte, algo que luego ocasionó la algarabía de Elon Musk, quien no dudo en celebrarlo con un saludo fascista.

Trump va a eludir entrar en frentes de guerra en otros continentes para centrarse en purgar a su país de muchos latinos y devorar otras partes de las Américas.

Isaac Bigio.

Politólogo economista e historiador con grados y postgrados en la London School of Economics.

Puede ser una imagen de mapa y texto

 

 

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