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Tras el Litio de Bolivia

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Mg. José A. Amesty Rivera

La destacada periodista argentina y politóloga internacional Stella Calloni, corresponsal del
periódico La Jornada de México, y autora del libro de investigación Operación Cóndor, pacto
criminal, ha señalado en una reciente entrevista: «para el tema de recursos naturales, (las bases
militares) tienen una información total de lo que hay en el sur de Argentina, en el sur de Chile,
tienen el panorama completo, de toda la cantidad de riquezas que hay en el sur, además el tema
de la Antártida, el tema de los glaciares, y, claro, quieren que queden bajo su control dada la
situación mundial que estamos viviendo. Estamos en un periodo de recolonización y EEUU quiere
controlar todos los recursos naturales de nuestros países».

El objetivo de este artículo es mostrar cómo, en el caso de Bolivia, se evidencia lo que señala la
periodista y analista Calloni. En este sentido, enfatizamos que, es indudable que los grandes
capitalistas agroindustriales y otros sectores poderosos, aliados de EEUU, van por el control del
Litio boliviano, y por supuesto, una división interna propicia su fácil acceso al mineral apetecido.
Asi mismo, el periodista uruguayo Carlos Fazio indica que la finalidad de propiciar y encender una
revolución interna en Bolivia se expresa que en «Bolivia tiene las mayores reservas mundiales de
Litio, considerado una de las prioridades estratégicas del Departamento de Defensa de EEUU (al
servicio de los intereses de los principales fondos de inversión globales: BlackRock, Vanguard y
otros, así como las corporaciones del complejo digital financiero) en su guerra geopolítica y
geoeconómica por recursos naturales y mercados contra China, y además, el presidente boliviano,
Luis Arce, impulsa un proceso soberanista de industrialización de ese metal alcalino».

Es así que Bolivia se convierte en el objetivo principal de la diplomacia militar guerrerista del
Comando Sur, ya que, según el Servicio Geológico de EEUU, tiene reservas estimadas de Litio,
en 21 millones de toneladas en los salares de Potosí. Por tal razón, la injerencia de EEUU se
incrementó recientemente, cuando el gobierno boliviano, firmo convenios con los consorcios
chinos CATL Brunp y Cmoc y Citic Guoan, y la empresa rusa Uranium One Group, de la
corporación Rosatom, para la construcción de plantas piloto con el fin de producir Litio en el salar
de Uyuni.

Breve información sobre el Litio, según la pedagoga y doctora en Antropología Social y Cultural
por la Universidad Libre de Berlín, Juliana Ströbele-Gregor:
El Litio es el metal más liviano existente en la Tierra y se produce sobre todo a partir de
salmueras. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, USGS, se encuentran reservas de
Litio en 17 países. Las reservas estimadas de Bolivia están entre las más grandes del mundo, con
9 millones de toneladas métricas. El Litio tiene múltiples usos. Según datos de 2008, este metal se
utiliza principalmente en la industria del vidrio y la cerámica (37%); la producción de baterías
ocupa el segundo lugar (20%), y se divide en baterías para celulares, iPods y computadoras
personales –un mercado que está creciendo a una velocidad vertiginosa– y baterías para

vehículos eléctricos –el mercado que promete el mejor futuro a este recurso–. El tercer lugar lo
ocupan las grasas lubricantes (11%), seguidas por aleaciones de aluminio (7%), aire
acondicionado (5%), colada continua (5%), goma y termoplásticos (3%), industria farmacéutica
(2%), procesos industriales y procesamientos químicos, y otros productos. Se estima que entre los
años 2000 y 2008 el uso de Litio se incrementó en 6%. 

Los yacimientos de Litio boliviano más grandes se encuentran en el salar de Uyuni, perteneciente
al departamento de Potosí. El salar, situado a una altura de 3.670 m, es uno de los más grandes
del mundo y su costra de sal cubre una superficie de 10.000 km² (180 km de largo y 80 km de
ancho). Aunque las reservas son enormes, la explotación no está libre de dificultades: los costos
de extracción hacen que la producción de Litio en Bolivia sea más cara que en Chile y Argentina
porque, en el salar de Uyuni, está mezclado con otros varios minerales, especialmente con
potasio, boro y magnesio. La transformación a clorato de Litio, requiere, además, el desarrollo de
una nueva tecnología de evaporación, ya que en esta región boliviana –en contraste con los dos
países vecinos mencionados– hay una temporada de lluvias de tres meses de duración.

Ahora, ¿Quién está detrás de la no industrialización del Litio en Bolivia?
Podemos afirmar que los contratos por el Litio boliviano, están siendo obstruidos por
organizaciones no gubernamentales ONGS locales, financiadas por otras internacionales, mismas
que responden a intereses económicos y políticos, relacionados con Estados Unidos y también
con países europeos opositores a los gobiernos de China y Rusia.

Recientemente, en el Departamento de Potosí se hizo público un pronunciamiento de
organizaciones ambientales y de la sociedad civil, llamado: «Pronunciamiento Público Litio o Agua
y Humedales – no a los Contratos que nos dejan sin Futuro, estas organizaciones con intereses
económicos locales están financiadas por entes internacionales como: «la Alianza Global para la
Acción Verde y de Género (GAGGA por su sigla en inglés) y la Fair Green and Global (FGG)
Alliance, entre ellas, financiadores que a su vez usan a organismos como Both Ends y Mama Cash
para sustentar distintas iniciativas en países de Latinoamérica y África. Más arriba, en la línea
están otros colaboradores como la Ford Foundation y la Rockefeller Philanthropy Advisors».

A su vez, las ONGS locales son: el Colectivo de Derechos Humanos Empodérate (CDHE), el
Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem
Bolivia), Colectivo Angirú Bolivia, Colectivo CASA, Colectivo Plurales, Yo Soy Semilla y Ríos de
Pie, entre otras.

Estas ONGs, objetan los contratos por el Litio, y el rechazo no solo proviene de organizaciones de
los EEUU, sino también de países de Europa como el Reino Unido. En este sentido, existiría una
manipulación del movimiento ecologista y el movimiento feminista (ambos presentes en las
organizaciones firmantes del pronunciamiento antes mencionado) para ir con los intereses
extranjeros. 

Estas denuncias son publicadas por el medio digital El Radar de Bolivia, quien además enfatiza
que hay «un interés económico por este recurso natural, y en segundo, una aspiración de poder
político en torno a este mineral».

¿Qué significa para Bolivia en términos económicos la explotación del Litio?

El impacto económico es significativo. Se estima que, durante 30 años de explotación, Bolivia
podría recibir hasta 20.000 millones de dólares, con regalías anuales para la región de Potosí, que
podrían alcanzar los 20 millones de dólares. Esto representa una oportunidad histórica para la
región, que ha reclamado durante años, una participación justa en la riqueza generada por sus
recursos naturales. Pero el Litio no solo representa ingresos. El impacto para Bolivia también deja
una herencia clave: tecnología e industrialización.

Por otro lado, para finales del año pasado, Bolivia transformó la industrialización del Litio con
inversiones tecnológicas que involucran a Australia, Alemania, Argentina y Francia, según
acuerdos firmados.

Al crearse la Estatal Yacimientos de Litio Bolivianos YLB, se firmaron tres acuerdos
internacionales para desarrollar tecnologías en Coipasa, Pastos Grandes y Empexa, que son
salares de los Departamentos bolivianos de Oruro y Potosí y así aprovechar los recursos
existentes allí.

Las corporaciones internacionales con las que Yacimientos de Litio Bolivianos YLB firmó
convenios son: Eau Lithium PTY de Australia y Alemania, Tecpetrol de Argentina y Geolith Actaris
franco-boliviana. 

Además del impacto económico para Bolivia ya indicado, es necesario continuar los convenios con
otras corporaciones nacionales e internacionales (China y Rusia) sanas, que no velen por sus
propios intereses, sino que entren en una relación de ganar-ganar y en beneficio del pueblo
boliviano, para ello deben generar, según Martín Moreira, miembro de la Red Boliviana de
Economía Política:

  1. Una Inversión Exitosa. Los planes son que, si se aprueban los contratos, para la
    construcción de nuevas plantas de Extracción Directa de Litio (EDL), con el consorcio chino
    Hong Kong (CBC) y la empresa rusa Uranium One Group, para la construcción de estas
    plantas en el salar de Uyuni, Bolivia recibirá para invertir a través de estas dos empresas,
    una cantidad aproximada de 2.000 millones de dólares. La CBC aportará 1.030 millones de
    dólares y Uranium One Group invertirá 975 millones. Esta inversión garantizará la
    producción de, al menos, 50.000 toneladas por año de Carbonato de Litio en pocos años,
    convirtiendo a Bolivia en un actor clave en el mercado global del Litio.
  2. Beneficios Sociales y Económicos. Por un lado, mientras se construyen las plantas, se
    incrementará la demanda de mano de obra boliviana, generándose empleo directo para el
    pueblo boliviano, además de bienes y servicios en Uyuni y regiones cercanas, por lo que se
    activaran los sectores como la construcción, transporte, comercio y hotelería. Por otro lado,

los contratos estipulan que al menos el 51% de los ingresos obtenidos por la venta del Litio,
serán para el Estado boliviano, asegurando una participación mayoritaria en las ganancias.
Además, blindan las regalías e impuestos para beneficio de Potosí, permitiendo que los
recursos generados impacten directamente en el desarrollo regional.

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