10 de enero de 2024 Adam Harmsworth
Imagen: Línea de montaje de Tesla. Foto: Steve Jurvetson/CC
El 27 de octubre, 130 ingenieros de los talleres de Tesla en Suecia iniciaron una huelga contra el gigante del automóvil. Han estado exigiendo que Tesla reconozca su sindicato IF Metall y negocie un convenio colectivo. Los trabajadores en huelga han planteado semanas de seis días y horas extras inevitables como parte de su motivación.
Tesla y su famoso jefe multimillonario Elon Musk han rechazado el reconocimiento sindical de cualquiera de sus trabajadores en todo el mundo. Actualmente, alrededor del 90% de los trabajadores suecos están cubiertos por convenios colectivos.
La negociación colectiva
Los sindicatos temen que si Tesla gana, otras empresas se sentirán inspiradas a rechazar la negociación colectiva y poner fin al reconocimiento sindical como estándar. Unos quince sindicatos de Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia se han unido en solidaridad y han lanzado huelgas de solidaridad contra Tesla.
Eso incluye a los trabajadores portuarios que se niegan a descargar los vehículos Tesla, a los mecánicos de talleres independientes que rechazan los automóviles Tesla, a los trabajadores postales que dejan intactas las cartas y paquetes para Tesla, e incluso a los recolectores de residuos que ya no recogen en los sitios de Tesla.
Musk teme que si Tesla pierde esta lucha, más de los 127.000 trabajadores de la empresa se sentirán inspirados a hacer huelga y sindicalizarse. El sindicato alemán IG Metall ha dicho que una fábrica de Tesla no sindicalizada cerca de Berlín con 10.000 trabajadores tenía trabajadores que reportaban «una carga de trabajo extrema [y] objetivos de producción excesivos». Si los trabajadores suecos de Tesla pueden obtener reconocimiento, entonces Musk podría enfrentarse al horror de decenas de miles de trabajadores de Tesla con exceso de trabajo que exigen condiciones laborales razonables.
Tesla ya ha acudido a los tribunales para demandar a la Agencia Sueca de Transporte y al cartero estatal PostNord por retener las matrículas de Tesla. También condenó las huelgas de solidaridad a su manera muy directa y arrogante, tuiteando simplemente: «Esto es una locura».
Ahora que las filas de los trabajadores escandinavos salen en defensa del sindicalismo contra el hombre más rico del mundo, esta huelga puede durar algunos meses. Y gane Tesla o no, es probable que aumenten las amenazas a la negociación colectiva. La socialdemocracia sueca no es inmune a la creciente crisis del capitalismo mundial. Así lo han demostrado más de una década de ataques a los principios del “modelo nórdico” por parte de sucesivos gobiernos suecos, incluidos los encabezados por los socialdemócratas.
En última instancia, será necesario convencer a la clase trabajadora sueca de luchar por un sistema socialista en el que los trabajadores dirijan Tesla y todas las fábricas bajo su propio control y gestión democráticos.
