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Además, apuntaron a una falta de personal debido a una alta cantidad de funcionarios con licencias médicas, mientras que otros se dedican a trabajos administrativos, ya que el alto mando “está potenciando su labor interna para que ellos no sean observados”.
Un aumento en la dotación policial, además de financiamiento y equipamiento acorde, es parte del discurso del Gobierno respecto a las medidas a tomar en esta crisis de seguridad que atraviesa el país.
Sin embargo, un reportaje realizado por el Centro de Investigación Periodística – CIPER reveló la vivencia que enfrentan los Suboficiales de Carabineros, quienes acusan una “mala administración” por parte de los altos mandos.
La investigación arrojó que los uniformados tienen jornadas extenuantes de trabajo, además de una alarmante baja del personal destinado a enfrentar la delincuencia.
Esto último se responde debido a que los oficiales de las diversas unidades dan prioridad al trabajo administrativo y que este no sea objetado, además un importante porcentaje de uniformados con licencias médicas.
Trabajo administrativo
“Antes salían cuatro cuadrantes para una población de 170 mil personas. Hoy salen dos“, declaró un funcionario de la 6° Comisaría de Villa Alemana para CIPER,
El mismo apuntó directamente al alto mando de la institución por estar “más preocupados de cumplir con la labor administrativa —con el ‘papeleo’— que con las tareas de patrullaje”.
En esa línea, un excomisario de la Región Metropolitana declaró que la atención preferente a las tareas administrativas se produce porque a los oficiales no los sancionan “por un error en un procedimiento, sino por no mandar las cuentas a la prefectura”.
Esta situación, que se traduce en una falta de personal, ha provocado que los policías eviten internarse en sectores conflictivos por falta de apoyo.
“Uno escucha por radio los procedimientos y tratamos de que llegue cooperación de otras unidades, si no, no nos metemos a las poblaciones, porque tenemos con suerte dos furgones. Anda uno arriesgándose”, declaró un funcionario de la unidad de Villa Alemana.
“El mando en sí está potenciando su labor interna, administrativa, para que ellos no sean observados. Pero a la calle no le dan prioridad, los carabineros de la calle están todos reventados”, agregó.
Licencias médicas
Otro de los factores que han incidido en la disminución del personal ha sido el alto porcentaje de policías con licencias médicas.
“En todas las comisarías, al menos, el 25% del personal está con licencia médica. Eso pasa porque con los turnos te revientan. Hay muchos turnos de 12 horas y el carabinero lo que hace es tirar licencia médica. Hay carabineros que están al borde de matarse“, aseguró el carabinero de Villa Alemana.
“Si alguien que viene de una región pide permiso para ir a ver a su familia, a la vuelta lo sobrecargan con turnos. Entonces, la solución para el carabinero es tirar una licencia. Todo es por mala administración“, acusó.
“Si uno necesita salir para hacer un trámite, pide permiso, pero después lo tiene que pagar con un favor. O si el funcionario es de región y quiere visitar a la familia, a la vuelta tiene que llegar con cosas para los jefes: vinos, queques, queso de cabra, charqui (…) Es como una cultura de la institución“, prosiguió.
Según datos a los que accedió CIPER, el 29 de septiembre del año 2022, el 20% de la dotación total de oficiales y suboficiales de la 18° Comisaría de Ñuñoa estaba con licencia médica. Y por esas mismas fechas, un tercio del personal de la 20° Comisaría de Puente Alto estaba ausente por la misma razón.
Todo esto se suma al nulo cambio en la preparación de los nuevos carabineros, quienes han manifestado que pese al aumento de facultades, como por ejemplo un retorno de la UZI, estas no van a cambiar la situación de inseguridad que viven los policías.