Inicio Internacional Solo los pueblos pueden detener la barbarie. Por Luis Mesina

Solo los pueblos pueden detener la barbarie. Por Luis Mesina

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Le Monde Diplomatique – edición chilena

En los últimos días la prensa mundial, hegemónicamente controlada por los grandes dueños del capital -salvo excepciones-, se ha puesto al servicio del imperio estadounidense. Con matices más, matices menos, intentan colocar en un mismo nivel de responsabilidad a quien ataca a población indefensa con quien se defiende. Así, entonces, se terminan justificando los bombardeos indiscriminados contra población civil y se acallan las voces que denuncian la desproporción de los ataques sionistas contra Palestina. La prensa mundial buscando justificar, recuerda permanentemente el día 7 de octubre de 2023, cuando un grupo de milicianos de Hamás invadieran Israel y asesinaran a un número considerable de personas y secuestraran a más de 250 rehenes según consignó el gobierno sionista de Netanyahu, así, se busca equiparar con los más de 50.000 asesinados entre niños, mujeres, ancianos y miles de inocentes.

En medio de la tregua, anunciada por Trump, el estado sionista asesina más de 50 civiles desarmados e impide la distribución de alimentos al pueblo hambriento de Palestina.

No hay comparación, el genocidio contra el pueblo palestino es la mayor tragedia de este siglo. Se inscribe dentro de la estrategia de exterminio que el sionismo ha desatado contra un pueblo indefenso. Pero, para esta ofensiva criminal, se cuenta con la indiferencia de los gobiernos títeres del mundo árabe y de la actitud pusilánime de los gobiernos de la Unión Europea que, sometidos a la política de Trump, capitulan, cerrando filas para aumentar los presupuestos en armas y disminuyendo los destinados a seguridad social.

Un informe del 25 de abril del Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció que había agotado todas sus reservas de alimentos en Gaza. El PMA indica que 116.000 toneladas de alimentos, suficientes para alimentar a un millón de personas durante cuatro meses, se encuentran almacenados cerca de los corredores humanitarios, a la espera de poder entrar en el territorio. A la hambruna se suma la insalubridad total de los refugios improvisados, la imposibilidad de curar las heridas y de aliviar el sufrimiento físico. Para el historiador israelí Omer Bartov, especialista en la historia del Holocausto y los genocidios, “si tenemos en cuenta los muertos, los heridos, los miles enterrados bajo los escombros, los miles de muertos indirectos debido a la destrucción de la mayoría de instalaciones médicas, los miles de niños que nunca se recuperaran completamente de los efectos a largo plazo del hambre y los traumas, podemos concluir sin lugar a dudas que Israel ha sometido deliberadamente al pueblo palestino de Gaza”, en su mayoría refugiados de la partición de palestina de 1948 o sus descendientes, a “condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física total o parcial, tal como se establece en el artículo II C de la Convención de las Naciones Unidas de 1948 sobre el genocidio”. Omer Barton se pregunta cómo ha podido producirse tal matanza a pesar de la creación de un régimen jurídico internacional, conocido como Derecho Internacional, y cómo “el estado de Israel -considerado y autodenominado como la respuesta al genocidio de los judíos- puede cometer un genocidio de los palestinos con total impunidad”.

Es la barbarie de estos tiempos, no hay otra respuesta.

El imperialismo estadounidense sin que surjan voces críticas de los países de más alto desarrollo capitalista se permite, transgrediendo el “Derecho Internacional” y pasando por encima del “Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, irónicamente responsable de mantener la paz y seguridad internacional, bombardear a Irán exponiendo a millones de civiles sin que la comunidad mostrara enérgicamente su condena. Por el contrario, siguiendo el emplazamiento de Trump los países más ricos de Europa se comprometieron destinar más recursos para la adquisición de armas que producen justamente los estadounidenses y por esa vía, garantizar el desarrollo de las fuerzas destructivas de la humanidad.

Las perspectivas son complejas para los millones de seres humanos que demandan vivir en paz. Detener este genocidio es imperativo, es al mismo tiempo la seguridad que tienen otras naciones de no caer en el futuro inmediato bajo las garras del sionismo y del imperialismo que buscan acabar con las vidas y con los derechos humanos y sociales y hacerse de los territorios para extraer riquezas en beneficio de unos pocos. En la actual fase de descomposición del capitalismo, éste solo puede ofrecer saqueos, guerras, y miserias. La solución a esta barbarie está en los ciudadanos comunes, en los oprimidos, en los trabajadores, los únicos que pueden garantizar la verdadera paz para la humanidad. Mientras la sed expansionista del capitalismo no se detenga, es menester construir alternativas que detenga efectivamente los genocidios y las guerras.

La paz sigue siendo un imperativo ético. Los que anteponen el dinero, el lucro y el negocio por sobre la vida, esos son los enemigos de los pueblos y a esos hay que combatir con todas las fuerzas.

Mientras la paz dependa de quienes tienen el monopolio del negocio de las armas, estaremos perdidos.

Julio 2025

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