por Jorge Lavandero
La poca vergüenzaAyer, mirando el programa político matinal en Canal 13, me sorprendí de la escasa vergüenza de algunos personajillos, entre los cuales destaco a la colega Patricia Politzer quien hoy se presenta como «independiente» a la Constituyente.
Ella como un camaleón cambia cada vez que cambia el gobierno y el país.
En el gobierno de Salvador Allende coqueteaba con el PC y trabajaba en Quimantú. Una vez dado el golpe de Estado, cuando la sangre corría por los ríos y calles del país, casada con un oficial de Inteligencia, comenzó a trabajar para la dictadura.
Separada y cuando la marea se elevaba contra el dictador y sus crímenes pasó a ser progresista, trabajó en la Vicaría y retomó contacto con la marea de personajes que volvían con dineros de la social democracia a hacerse cargo de las negociaciones con la dictadura que más tarde serían los amos de la transición.
El premio a sus cambios fue ser la directora de TVN en el gobierno de Patricio Aylwin, tarea que realizó con excelencia poniendo a los personajes políticamente correctos en cámara y manteniendo a quienes habían trabajado lealmente a la dictadura, como Santiago Pavlovic y su equipo.Luego fue la asesora y persona de súper confianza de Ricardo Lagos, pasando a ocupar el Segundo Piso de La Moneda junto a Ottone y otros próceres de la intelectualidad transicional que apoyaron el gobierno.
Esconder su verdadero rostro político con una supuesta independencia me parece perverso, más aún cuando se está cuestionando a un sistema y a quienes han sido parte medular de él. Más grave es cuando se tiene tribuna pública entregada por los medios de comunicación, todos en manos privadas, y se sabe que nadie va a desmentir o hacer preguntas incómodas.
Por eso llamo a exponer públicamente a quienes hoy se escudan en la «Independencia» habiendo formado parte de todos los gobiernos que han impedido reformas profundas a una institucionalidad dictatorial que sostiene la injusticia política, social y económica.