El viejo partido no solamente dejó de ser creíble, tampoco es confiable. A duras penas la socialdemocracia local le sigue creyendo algunas pequeñas cosas. Pero ahora tiene la posibilidad de enmendar rumbos
Arturo Alejandro Muñoz
Ya es un hecho cierto que las tiendas partidistas que conforman los dos grandes bloques, Chile Vamos y Nueva Mayoría, aún no logran resarcirse del chicotazo recibido en la mega elección última. Era esperable que así sucediera, mas, lo que no puede dejarse sin mención ni crítica ácida es que esas dos coaliciones, hasta este momento, no han mostrado haber aprendido algo luego de aquel hachazo electoral.
El sistema de partidos fue vapuleado con saña los días 15 y 16 del pasado mes de mayo, y la paliza no se circunscribió meramente a lo electoral, sino que se extendió hasta los confines de las actuales y extrañas ideologías que venían pregonando exaliancistas y exconcertas, quienes intentaban (siguen porfiadamente en ello) hacer creer al electorado que no eran lo que en verdad son, aunque hoy ya todos saben que en realidad son, exactamente, lo que no quieren mostrar: vale decir, derecha dura y centroderecha, aunque esta última presenta ciertos tiznes socialdemócratas gracias a una tienda política apellidada “socialista”.
Estamos frente a un proceso de verdad histórico, único no solamente en nuestro desarrollo como nación, sino también en el escenario internacional. En este proceso, lo reiteramos, el sistema de partidos recibió una paliza en los comicios de la Convención Constitucional. Vea usted.
Los candidatos independientes se alzaron triunfantes con dos millones trescientos veinte mil votos (2.320.000). El bloque de seis partidos, encabezado por el PC, obtuvo 1.070.000 votos. El de la exConcertación: 825.000 votos, y la lista de la coalición conservadora, 1.173.000 votos.
Esto significa, en manzanas, que en la Convención habrá 48 constituyentes “independientes”; 37 de la derecha (entre ellos 17 de extrema derecha); 28 del bloque PC-Frente Amplio (7 comunistas, 9 de Revolución Democrática, 6 de Convergencia Social, 6 de partidos menores), y 25 convencionales de la ex Concertación.
Pero debe considerarse, cómo no, a los convencionales representantes de los pueblos originarios (17), quienes han mostrado una abierta inclinación hacia la izquierda. Sin embargo, aunque la Lista del Pueblo, que obtuvo 37 escaños, agrupe a “independientes” más inclinados a la Izquierda, los 11 convencionales de la lista Independientes no Neutrales, son más cercanos al centro socialdemócrata.
En resumen, pareciera que ningún sector tendrá por sí solo la llave del triunfo en la Convención, por ello existe el temor que ‘alianzas’ inefables (aunque no “inesperadas”) puedan deshacer el camino recorrido por el pueblo desde mucho antes del mes de octubre del año 2019, ya que el triunfo mayoritario de la izquierda no será suficiente para aprobar una nueva Carta Magna que modernice y democratice de verdad nuestro quehacer público
Por ello, estimado lector, el Partido Socialista (PS), cuya bancada en la Convención Constituyente está conformada por 15 miembros (5 de ellos son “independientes”), adquiere en este vital tema una significativa y tal vez decisiva importancia, pues se abre una magnífica posibilidad para que esa tienda partidista pague los pecados de su pasado reciente y, además –algo impetrado casi a gritos por muchos viejos socialistas (y nuevos también)- rompa las cadenas que la atan a tiendas socialdemócratas pro neoliberalismo salvaje, como el PRS, el PPD y el PDC.
Los votos que puede aportar en la Convención la bancada socialista serían tal vez decisivos. La pregunta (y la duda) es saber si el PS romperá en la Convención esa inefable cadena y se unirá a los constituyentes de izquierda, a los representantes de pueblos originarios, y a los independientes. ¿Lo hará?
Es difícil pronosticar algo, ya que en los últimos 30 años la actual dirigencia del que fuese partido de Salvador Allende trabajó muy a gusto, y alegremente, junto a radicales, democristianos y pepedeístas en la administración del sistema que la mayoría de los ciudadanos desea cambiar.
Por cierto, los viejos partidos se defienden…se niegan a aceptar el chicotazo recibido el 15 y 16 de mayo. Como dijimos líneas atrás, ancladas en el pasado esas tiendas parecen haber olvidado lo ocurrido en la mega elección, pues han dejado en segundo lugar las tareas que requerirá la vital e histórica Convención Constituyente, esperanzados tal vez en lograr los ya conocidos y cocinados “acuerdos convenientes” con sectores independientes y, muy en especial, con el inefable PS de la actualidad, para transformar la tarea constituyente y la Constitución misma en un nuevo documento gatopardista.
Por ello es el momento (y lo repetimos a viva y sin ambages) para que el partido socialista retome la línea que nunca debió haber abandonado.
Si no lo hace, obviamente la Historia no lo absolverá.
PARA QUE RESUCITE EL PS,ES NECESARIO QUE SE VAYAN LOS «»SEPULTUREROS DEL PS»».EN ESPECIAL,NUñEZ,LA ALLENDE,EL LET-ELIER,LA BACH-ELET,LOS INFILTRADOS DEL MAPU,LOS TRAFICANTES DE DROGA Y TODOS LOS «»CLIENTES»»QUE VIVEN DE LOS PUESTOS ADQUIRIDOS.
HAN TRAICIONADO TODOS LOS PRINCIPIOS DEL SOCIALISMO HISTORICO.NO HAN DEJADO NADA EN PIE,Y ADEMAS CONTRIBUYERON Y CONTRIBUYEN A LA ACENTUACIòN DEL PINOCHETISMO,SIN NINGUNA PREOCUPACIòN POR EL PUEBLO REAL CHILENO.
LO MAS ADDECUADO ES QUE ESA BANDA DESAPAREZCA DEL ESCENARIO POLTICO.