Isaac Bigio
La última premier que tuvo el derrocado gobierno de Castillo se encuentra en una huelga de hambre seca exigiendo cambiar de prisión, pues en la que se encuentra, la de Chorrillos, recibe múltiples abusos.
Betsy Chávez es la mujer más joven que ha llegado a presidir el Consejo de Ministros, puesto al que llego cuando tenía la edad en que Cristo fue crucificado (33 años). Tras el golpe de Dina a ella también la han martirizado. Ella decidió entregarse sabiendo que era inocente, cuando entonces estaba en su natal Tacna desde la cual pudo haber viajado en auto pocas horas para cruzar la frontera con Chile o Bolivia donde hubiese sido refugiada por gobiernos izquierdistas amigos.
Mientras Cerrón (su exjefe quien ayudó a que ella fuese desaforada y perdiese su inmunidad parlamentaria) sigue libre y activo en las redes sociales (como el prófugo más protegido de su extesorera Boluarte), a ella no se le dejó dejar el penal cuando se cumplieron los 18 meses de prisión preventiva.
Una veintena de congresistas se ha solidarizado con Betssy mientras que conocidos criminales controlan los poderes ejecutivo y legislativo, la fiscal sin tesis retorna, el Perú desacata a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y Keiko baraja volver a postular a la presidencia.
Tanto ella como Castillo no han cometido ningún hecho inmoral. Ambos deben quedar libres para responder a los cargos imputados. Por increíble que parezca se les acusa de organizar un golpe (en el cual no hubo un solo tiro) mientras que nuestra república es regida por una constitución impuesta por una dictadura golpista, la cual, a través de sus ayayeros, controlan el gobierno y el legislativo.
Betssy y Castillo podrían recuperar su libertad si se les permitiese competir en las elecciones y ganar una curul, con lo cual repetirían la hazaña de Genaro Ledesma quien paso del Frontón al frente congresal.
Isaac Bigio, Politólogo economista e historiador con grados y postgrados en la London School of Economics.
