Gauche Revolutionnaire 19/01/2023
Después de varias décadas de presión sobre los salarios para mantener la tasa de ganancia de los capitalistas, la inflación y la profundización de la crisis estructural del capitalismo están empobreciendo aún más a la clase trabajadora y las clases medias. Al mismo tiempo, las condiciones de trabajo en los sectores público y privado continúan deteriorándose.
En estas condiciones cada vez más inaceptables, los trabajadores se ven obligados a luchar por necesidad. Se incrementan las luchas y huelgas tanto en las empresas como en los establecimientos públicos por aumentos salariales o contrataciones.
Es en este contexto que Macron y toda su camarilla, con el apoyo de los republicanos y de RN, recrudecen los ataques: compensación por desempleo, destrucción de los servicios públicos, en particular del sector hospitalario o de la educación nacional, y ahora de nuestras pensiones. Siendo el objetivo cada vez destruir todo lo que escapaba al menos parcialmente del mercado gracias a las luchas realizadas durante el siglo XX, para entregar estos sectores al apetito de los capitalistas.
La batalla por la defensa de las pensiones será un elemento central de la lucha contra toda esta política en beneficio de los ricos y ultra-ricos, en tanto que puede ser unificadora. Pero la defensa de las pensiones no será necesariamente el elemento que determinará la entrada masiva en la lucha de ciertas capas de la clase trabajadora, aunque se rechace masivamente la postergación de la edad de jubilación.
Es necesario que los equipos sindicales en los lugares de trabajo involucren a los trabajadores en la huelga por mejoras inmediatas en las condiciones de vida y de trabajo en torno a sus reivindicaciones (aumento de salarios, contrataciones, etc.) y más en general por la congelación de precios, la indexación de salarios , subsidios y pensiones, sobre inflación, o incluso para planes de financiación masiva de servicios públicos y creación de monopolios públicos en los sectores esenciales de la economía (salud, energía, transporte, etc.).
Combinando la lucha por las demandas de mejoras inmediatas en las condiciones de vida y de trabajo con las de la jubilación o incluso para diseñar una sociedad liberada de los capitalistas, podemos anclar la huelga en el lugar de trabajo y permitir que se desarrolle, de modo que, a diferencia de los principales movimientos. de los últimos años, esta lucha no se reduce a una sucesión de manifestaciones inconexas, especie de hechos puntuales en los centros de las ciudades que no construyen un equilibrio de poder suficiente frente a los patrones y sus representantes políticos.
Luego de la jornada de movilización de los Chalecos Amarillos, la primera jornada de paro se realizará el 17/19 de enero. Ya se ha convocado una manifestación nacional en París para el 21 de enero por iniciativa de varias organizaciones juveniles. en la sociedad.
Sería un error creer que podemos obligar a Macron y sus secuaces ultraliberales a seguir una política completamente diferente, el capitalismo ya no tiene «grano para moler». El oleaje creciente, por tanto, planteará necesariamente la cuestión de sacarlos del poder y la necesidad de un gobierno de la clase obrera resultante de las luchas.
Por Yann Venier, artículo publicado en l’Egalité n°214