por Celso Calfullan
En octubre de 2019 millones de chilenos salieron a las calles a exigir cambios de fondo en la sociedad chilena. Cuatro años mas tarde ninguna de las demandas del estallido social han sido resueltas por la casta política corrupta y la elite empresarial que les dicta que hacer a los políticos.
Todo lo contrario hoy nos quieren imponer una constitución todavía mas retrograda que la que nos impusieron bajo la dictadura criminal y asesina de la derecha, mucha mas a la medida de los empresarios y el 1% mas rico de la sociedad.
Una constitución donde los trabajadores son despojados de los pocos derechos que todavía lograban mantener. Donde los pueblos originarios son marginados y convertidos en ciudadanos de cuarta categoría. Una donde los pocos derechos que tienen las mujeres bajo esta sociedad también son eliminados.
Quieren hacer retroceder la sociedad chilena al siglo XIX donde los ciudadanos no tenían ningún tipo de derechos.
El capitalismo en incapaz de resolver ninguno de los problemas centrales que tiene la clase trabajadora de este país, en concreto las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias han empeorado desde octubre de 2019.
Todo esto es una receta acabada para que tengamos una nueva explosión social mucho mas violenta que la que vimos en octubre de 2019, es cuestión de tiempo para que de nuevo explote la bronca que se sigue acumulando en Chile.
Con todo el respeto que se merece, le aconsejo que reconcidere lo que le voy a decir. No basta con las ganas para pelear, la ira no es un arma, y debemos de dejar de ser blanco facil como los lanza-piedras palestinos. Hay que prepararse antes, esto no debe seguir siendo un juego de niños. El estallido o revuelta de 2019, fue una derrota, no se debe repetir. Por lo tanto no se debe convocar a hacer lo mismo. Desde el punto de vista tactico fue un error, solo cuando se estÁ preparado es posible, a menos que les guste que le saquen los ojos, los apaleen, y los metan presos por años. En chile se farreó la oprtunidad de hacerse del poder por culpa del pacifismo de un presidente. Cuando debió armar al pueblo no lo hizo, y pensaba doblarle la mano a la derecha mediante bonitos discursos , y mire lo que pasó. No señor, han pasado cincuenta años desde que perdimos, y seguimos perdiendo, ¿por qué será?. Porque seguimos tirando piedras. Ni los claveles en los cañones, ni los acuerdos de paz, ni las molotov, han cambiado el curso de la historia chilena. DespuÉs de la revuelta todo siguió igual: la plata en las mimas manos, las leyes controladas por los mismos señores, las armas en las mismas manos, la tierra en las mismas manos, y todo el poder en las mismas manos. Si queremos realmente cambiar el rumbo de este barco debemos cambiar la tactica y estrategia para pelear en igualdad de condiciones. Todo lo demas es un bonito show para entretener a los cineastas.
Y para llenarle el hocico al hambriento de Mocciatti y su perro Nestor.