Reproducido de Nuevo Correo de los Trabajadores
El asesino de Olof Palme es el «Hombre de Skandia» y se cierra la investigación sobre el magnicidio.
por Angélica Pérez/RAdio Francia Internacional.
¿Quién mató a Olof Palme? Hace 34 años Suecia espera la respuesta. Stig Engström, conocido como « El hombre de Skandia », es el asesino del Primer ministro, revela el Fiscal General. Engström se suicidó en el año 2000. La justicia da por cerrada la investigación de un crimen que desgarró a la sociedad sueca y cuyas heridas siguen abiertas.
De las 134 personas que han confesado ser el asesino de Olof Palme, 29 de ellas ante la policía, solo hay un autor: el llamado «hombre de Skandia», Stig Engström. Así lo dejó en claro el Fiscal General sueco, Krister Petersson, durante la histórica conferencia de este miércoles 10 de junio.
Tras la declaración del Fiscal es obvio que el homicidio de Olof Palme no será juzgado en la corte pues Stig Engström se sucidó en el año 2000 y, por lo tanto, no puede ser procesado. « Puesto que esta persona está muerta, yo no puedo ponerlo bajo acusación y he decidido cerrar el caso », afirmó el Fiscal.
De esta forma, se pone fin a una de las investigaciones policiales mas grandes de las historia, apenas comparable con el caso de J.F. Kennedy.
60 millones de euros costaron tres décadas de pesquisas en las que más de 10.000 personas fueron interrogadas y cuyos documentos reposan en 250 estantes.
«El hombre de Skandia », un lobo solitario
Según el Fiscal General, el primer ministro sueco Olof Palme fue asesinado a tiros por un perpetrador solitario que se infiltró en la investigación. El Fiscal llega a esa conclusión porque el grafista inculpado, Stig Engström, corresponde al perfil del perpetrador que surgió siete años después del asesinato.
En este punto, el Fiscal subrayó los errores cometidos por la policía sueca durante las primeras investigaciones que seguían el rastro del asesino de Palme. De esas primeras pesquisas surgió Christer Pettersson, único condenado y liberado en este proceso y a quien la viuda de Palme, Lisbet Palme, dijo haber reconocido como el hombre que salió corriendo tras disparar por la espalda contra su marido, el primer ministro sueco.
Las criticas del Fiscal radican en que la investigación policial que condujo a este drogadicto de la zona de Estocolmo donde se cometió el crimen se puso en marcha muy tarde y porque el resultado final ha sido interpretado por varios expertos como hecho a la medida del inculpado.
Cuando el Fiscal Petersson apareció en la escena de esta mega investigación, hace ya tres años, cambió la metodología que venía utilizando la policía sueca hasta el momento: olvidó todas las teorías y volvió al principio. « Mi objetivo ha sido comenzar en la escena del crimen y ver a dónde conducen esas pistas, en lugar de hacer al revés, comenzar con una teoría y buscar pistas de regreso a la escena del crimen » afirma.
Y es en esta ruta inversa que el Fiscal rescató la pista del «Hombre de Skandia ». Stig Engström había sido interrogado por la policía luego de la muerte de Palme, pero el sospechoso fue rápidamente descartado del caso, pese a que durante los interrogatorios cambió varias veces de versión.
Sin embargo, el nombre de Engström resurgió a raíz del trabajo de una Comisión de investigación sobre la manera como la policía había llevado el caso. Según el Fiscal, los nuevos trazos del asesino de Palme que hizo la Comisión se ajustan al perfil de Engström: estaba acostumbrado a armas de fuego, tenía errores de visión, trabajaba en la compañía de seguros Skandia, cerca del lugar del crimen, era amigo de un coleccionador de armas, tenía una especial fascinación por los revólveres Magnum y, en opinión del Fiscal, se infiltró en la investigación para obtener más información y al mismo tiempo engañar.
No obstante, un problema clave en la investigación ha sido la ausencia del arma homicida. Lo único que se encontró fueron dos balas Magnum 357 del fabricante Winchester-Western.
El Magnicidio de un político excepcional
– ¿Qué pasa? ¿Puedes arreglar solo la situación ? pregunta la mujer que recibe la llamada de emergencia.
– No, es Olof Palme, responde el personal de la ambulancia.
– ¡¿Qué dijiste?!
– Es Olof Palme.
¿Es eso cierto, nuestro Primer ministro?!
Esta llamada ocurrió el 28 de febrero de 1986. Acababan de disparar varios tiros por la espalda y a quemarropa contra el Primer ministro sueco Olof Palme, en la intersección de Sveavägen y Tunnelgatan en el centro de Estocolmo por donde caminaba del brazo de su esposa, poco después de salir de cine.
Este magnicidio ocurrió en pleno apogeo del idilio sueco y las heridas en la sociedad del país escandinavo siguen abiertas. Se suele decir que con el asesinato político de Olof Palme Suecia perdió su virginidad.
Durante los gobiernos del primer ministro socialdemócrata (1969-1976 y 1982-1986) el desarrollo industrial de Suecia llegó a la cúspide y Palme invirtió la riqueza en el Estado de bienestar. Podría afirmarse que Palme logró darle al capitalismo un rostro humano.
Palme expandió la cobertura de los sistemas de salud y en general de todas las vertientes de protección social, con grandes inversiones en educación, aumento del poder de los sindicatos. También despojó a la monarquía sueca de todo su poder político reservándole un valor puramente simbólico.
Mientras dentro de la población sueca crecían los adeptos a Palme, sus reformas suscitaban el manifiesto rechazo de empresarios y políticos liberales del país escandinavo.
Esta división se repetía en la arena internacional en la que Palme era, en plena Guerra fría, el símbolo de la tercera alternativa en esa disputa entre el Este y el Oeste. Su solidaridad con los pueblos del mundo le generaba simpatías pero también cosechaba enemistades en la derecha que no gustaba para nada el enfrentamiento abierto de Palme contra los atropellos de parte de gobiernos extranjeros.
En su defensa de valores progresistas, Olof Palme criticó tanto a la Unión Soviética en la invasión de Checoslovaquia como a Estados Unidos en el bombardeo a Vietnam.
Fue el primero en visitar a Cuba tras el bloqueo de la administración estadounidense a la isla. Durante su gobierno, recibió a torturados y perseguidos en las dictaduras del Cono Sur y la Suecia de Palme brindó asilo a los revolucionarios que hacían parte de movimientos insurgentes en América Latina.
Más allá del « Pantano »
A mediados de la década de 1980, la policía sueca llamaba despectivamente a la zona donde está ubicado el lugar del asesinato de Palme «Träsket», que en sueco quiere decir « Pantano ». Un distrito de Estocolmo donde abundaban delincuentes, prostitutas, tiendas de pornografía y sitios clandestinos de juego.
Era en la capital sueca, quizás, el barrio más peligroso de la noche. Allí fue ubicado el adicto Christer Pettersson, el único culpado y rápidamente exculpado. Fue allí también donde la policía sueca encontró a varios de sus testigos clave.
Durante estas tres décadas sin elucidar el crimen ni hallar al culpable, la pregunta de investigadores independientes, periodistas y documentaristas ha sido si la respuesta a quién mató a Olof Palme está enterrada en lo profundo del «Pantano», o si algún otro rastro por fuera del Pantano está más cerca de la verdad.
Las versiones de la conspiración internacional
Lo cierto es Palme era un hombre muy atípico para ser un político. Tenía muchos enemigos dentro y fuera del país. Y los magnicidios siempre remiten a la conspiración internacional.
En ese sentido, se han tejido todo tipo de hipótesis sobre los móviles de su asesinato. Desde la KGB, la CIA y el Mossad, hasta el régimen del Apartheid en Sudáfrica en complicidad con la ultraderecha sueca, pasando por los separatistas kurdos del PKK.
Otra teoría apunta hacia India y la venta de armamento sueco al gobierno de Rajiv Gandhi durante las décadas 80 y 90. Según investigaciones independientes, la empresa de armas sueca Bofors pagó sobornos a intermediarios en India para obtener el contrato de venta de artillería con la implicación del primer ministro Gandhi. La tesis es que Palme descubrió este escándalo de corrupción poco antes de su muerte.
Los errores de la policía sueca
Si algo caracteriza la investigación policial para dilucidar la muerte de Olof Palme son los errores. El primero: no acordonar la escena del crimen y permitir, de esta forma, que personas se acercaran hasta el lugar en el que el Primer ministro fue abatido para dejar ofrendas en su memoria.
Varios testigos abandonaron el lugar sin ser interrogados. Tampoco se recuperaron las huellas antes de que se retirara la nieve.
Las dos ojivas del revolver fueron encontradas por curiosos que se aproximaron, días después, a la escena del asesinato. Y el mismo hecho de que se trate de balas de un Magnum calibre 357 ha sido cuestionado.
El arresto de Christer Pettersson, dos años después de la muerte de Palme, resultó todo un fiasco. Fuera de su apariencia física que efectivamente correspondía a la del hombre sospechosos descrito por varios testigos, incluída la viuda de Palme, nunca se encontró en el joven drogadicto una razón que lo condujera a perpetrar el homicidio. Tampoco le fue hallada el arma del crimen. La justicia tuvo que dejarlo libre tres meses después de condenarlo y ordenar el pago de una compensación de 50, 000 dólares. Pettersson murió en 2004.
11/06/2020 – 01:33 GMT.
Fuente: http://www.rfi.fr/es/europa/20200610-a-olof-palme-lo-asesin%C3%B3-el-hombre-de-skandia-y-se-cierra-la-investigaci%C3%B3n-sobre-el-magnicidio
De Archivo:
Un recuerdo de Olof Palme.
por Manuel Acuña Asenjo/Rebelión/30/11/2016.
Reapertura de las investigaciones No hace mucho -apenas el 15 del presente -, dispuso la Fiscalía sueca la reapertura de la investigación del asesinato del primer ministro de ese país Olof Palme, hecho ocurrido el 28 de febrero de 1986, hace ya casi 31 años. La nueva fase en dicha investigación se abrirá, según ha […]
Reapertura de las investigaciones
No hace mucho -apenas el 15 del presente -, dispuso la Fiscalía sueca la reapertura de la investigación del asesinato del primer ministro de ese país Olof Palme, hecho ocurrido el 28 de febrero de 1986, hace ya casi 31 años. La nueva fase en dicha investigación se abrirá, según ha trascendido i , el 1 de febrero de 2017 y quedará a cargo del jurista Krister Petersson, fiscal jefe de esa repartición, quien deberá tomar sobre sí la responsabilidad de llevarla a cabo y poner fin, de esa manera, al misterio de uno de los crímenes más notables en la historia del país nórdico.
Un hecho que pone de manifiesto la enorme relevancia del suceso es que, en Suecia, las investigaciones de esa naturaleza sólo tienen un período de veinticinco años dentro del cual pueden realizarse; transcurrido ese plazo se archivan bajo el rótulo de ‘casos no resueltos’. Por lo mismo, y para evitar que el asesinato del Primer Ministro sueco quedase incluido dentro de dicha categoría, el Parlamento de esa nación acordó, en 2010 – cuando el plazo de caducidad se aproximaba -, extender la posibilidad de continuar con las investigaciones hasta su resolución final ii . Es la tarea que tiene hoy a su cargo el flamante fiscal Krister Petersson.
Peculiaridades del proceso indagatorio
A primera vista, las investigaciones llevadas a cabo en torno al asesinato de Olof Palme guardan gran similitud con aquellas realizadas en USA con la muerte del presidente de esa nación John Fitzgerald Kennedy. Al igual que éste, el asesinato de Olof Palme está rodeado de una serie de extrañas circunstancias algunas de las cuales alientan las más variadas sugerencias. Por una parte, en torno al asesinato de ambos mandatarios aparecen relacionados numerosos personajes, algunos de los cuales estaban directamente vinculados al caso y que fallecieron de manera sorpresiva levantando vivas suspicacias. Gran parte de quienes podían atestiguar sobre esos hechos en calidad de presuntos autores, cómplices y encubridores han sido asesinados o, simplemente, encontraron la muerte en forma, por decir lo menos, curiosa o imprevista.
No debe sorprender, en consecuencia, que gran cantidad de personas hayan querido ver tras toda aquella alucinante sucesión de personajes una conspiración al más alto estilo de la novela policíaca. Y es que, precisamente, las investigaciones se han realizado, precisamente, en la dirección que acusa toda investigación policial, que es la forma acostumbrada de hacerlo. Como si se tratara de situaciones que corresponde resolver a los organismos policiales de la manera que lo hacen a diario con los casos que afectan al ciudadano corriente. De hecho, repetimos, es esa la forma normal de proceder de los institutos de investigación (léase aquellos que dirigen tanto la policía civil como la uniformada).
Un juicio general sobre de la investigación
En un documento que publicara en julio de 2006 iii , Luis Garrido Lagos describe ordenadamente los pasos seguidos hasta ese momento por la Fiscalía sueca en torno al asesinato de Olof Palme, pasos que no se alejan de esa forma de investigar que ya hemos aludido, en donde la muerte de un personaje público no tiene otro tratamiento que el brindado a la de un hombre común, como si se tratara de una circunstancia similar. Hacer rasero de las clases sociales y de la jerarquía que establece el sistema capitalista mundial dentro de su estructura social, pareciera, más bien, ser una forma de actuar propia de esos servicios, destinada a rendir tributo a Jorge Manrique para quien
«Allegados a la muerte
son iguales
los que viven de su suerte
y los ricos».
En el artículo, anteriormente mencionado, Garrido nos informa que el primer sospechoso del asesinato de Olof Palme fue un hombre conocido en los medios de prensa (en un comienzo) como el «33- å ringen» (‘hombre de 33 años’) quien, en definitiva, resultó ser Viktor Gunnarsson, personaje que, tras ser formalizado, optó por radicarse en USA donde encontró la muerte luego de enfrentarse a la policía en medio de una extraña riña callejera. Pero, ya en ese mismo tiempo, el jefe de la policía sueca, Hans Holmér, sindicaba como posibles responsables del asesinato a miembros del PKK (Partido Comunista Kurdo). Y no podía ser de otra manera. Suecia, a pesar de ser considerada por algunas naciones como una nación ‘socialista’ mantiene profundos prejuicios en contra de todo lo que pueda oler, siquiera, a ‘comunismo’.
La policía sueca no ha quedado libre de acusaciones. Hay quienes han sindicado como autores al cuerpo policial como institución en general; y, en especial, a personas que se desempeñaban en algunos de sus organismos. No parece necesario insistir en el hecho que tales acusaciones jamás fueron investigadas; no es usual que los sabuesos dirijan el curso de la investigación hacia sus propias instituciones. Menos, aún, en contra de sus miembros. Sin embargo, esta circunstancia no ha sido obstáculo para que algunos autores sí tomasen en consideración tales acusaciones y las considerasen en libros publicados con posteridad al magnicidio; sin embargo, esos aportes jamás han sido reconocidos como tales ni considerados por los organismos oficiales.
Las ‘pistas’ en la investigación del magnicidio
Orientada la investigación en la forma acostumbrada para la resolución de los crímenes y simples delitos, la tarea principal de los sabuesos ha de centrarse en la determinación del culpable cuya expresión más elocuente es el autor material del ‘caso’. Así ha ocurrido en la investigación del asesinato del primer ministro sueco Olof Palme. Por lo mismo, se han seguido ‘pistas’ que pudiesen eventualmente conducir a la identificación de quien percutó el revólver que dio muerte a la víctima. Así, en ese orden de prioridades, y de acuerdo a la primera de aquellas ‘pistas’,
«Seis semanas antes del atentado, se realizó una reunión en el edificio de la policía de Norrk ö ping, donde se habló de que ‘el comunista y traidor Olof Palme tiene que ser liquidado’. Esta información provino de uno de los invitados a la reunión, quien entregó rápidamente la información a un consejero de la comuna, miembro del Partido Socialdemócrata, para que informara de esta amenaza a la dirección del partido» iv .
Sin embargo,
«También existe información sobre otra reunión parecida que se efectuó en Estocolmo, que tampoco ha sido investigada. Es el caso de un ex policía que ahora se dedica a la venta de armas, que tenía un departamento en la zona donde desapareció el asesino, el mismo 28 de febrero de 1986. Él se encontraba internado en un hospital de Estocolmo, pero salió muy apurado ese día, a pesar de que el tratamiento no estaba concluido. Además, se sabe que se relacionaba con un grupo de policías de ultraderecha» v .
Existe una tercera ‘pista’ policial que es la indicada por el escritor Lars Krantz quien
» […] sintió los balazos, sin saber que en esos mismos momentos era asesinado Olof Palme, antes de subir a un bus en el centro de Estocolmo. Ocho minutos más tarde, en una parada, Krantz vio a un hombre que subió al bus para después arrepentirse y bajar otra vez. El productor identificó a estas persona como un policía de la ‘liga baseball’, un grupo de policías del centro de Estocolmo, conocidos por su uso de gorras de baseball y por ser muy violentos en sus labores» vi .
Este sujeto, de 37 años, fue interrogado por la Fiscalía. Sin embargo, en el interrogatorio no sólo negó toda participación en el magnicidio sino, además manifestó estar asombrado acerca de cómo pudo alguien involucrar a la policía en semejante hecho.
No obstante lo expresado, los antecedentes que tiene no lo ayudan pues aquel individuo
» […] de 37 años mencionado por los testigos ha sido acusado por el maltrato al detenido Rolf Machnow en una sala de interrogación junto con un colega. Machnow murió media hora después del interrogatorio, y los policías quedaron libres. La justicia creyó en sus declaraciones que decían que Machnow se había maltratado hasta morir» vii .
Existe, también, una pista denominada ‘de extremistas de derecha’ con policías en la ciudad de Norrk ö ping que, en enero de 1986, tuvieron un encuentro donde coincidieron en eliminar a Olof Palme.
Una pista notable es la del agente secreto Kenneth Neilberg, según el cual
» […] había una organización secreta encabezada por un hombre llamado ‘M’ de 54 años. ‘M’ trabajaba como agente de la S Ӓ PO durante varios años antes de empezar a trabajar con la Policía Criminal sueca a principios de los 80. A fines de 1992, ‘M’ fue encontrado muerto después de un accidente con su vehículo en el sur de Suecia. Después de este accidente Kenneth Neilberg decide hablar. Dijo que el agente ‘M’ tenía contactos con extranjeros con extranjeros y tenía un revólver del mismo calibre que el que se utilizó en el asesinato de Palme. Neilberg aseguró que un pequeño grupo sabía que Lisbet Palme y Olof Palme estarían ese día en el cine de Sveav ä gen en la noche del 28 de febrero de 1986″ viii .
Las ‘pistas exóticas’
Junto a todas las ‘pistas’ señaladas hay otras bastante singulares (por decir lo menos) que se han indicado como probables, entre ellas la llamada ‘pista de Pinochet’ o de la DINA, cuyo base es tanto una lista de condenados a muerte por ese organismo secreto como las afirmaciones de un chileno que vio a conocidos agentes pinochetistas en una ciudad sureña sueca. Los investigadores no profundizaron esas historias.
La pista de Sudáfrica ha sido examinada con mayor acuciosidad debido a que poco tiempo antes que fuera asesinado, Palme lanzó un encendido discurso en contra del apartheid. Según el diario español ‘ABC’:
«Los investigadores del caso viajaron en 1996 al país africano, después de que Dirk Coetzee, el capitán que dirigió los «escuadrones de la muerte» de Sudáfrica, apuntase como asesino a Antonhy White, de los servicios de seguridad sudafricanos. Nada pudo probarse»ix.
Esta ‘pista’ volvió a ponerse de moda cuando, en 2014, el diario ‘Svenska Dagbladet’ informó que el fallecido autor Stieg Larsson había entregado a la Fiscalía 15 cajas cuyo contenido eran documentos relacionados con las acciones de los agentes sudafricanos en Suecia.
En realidad, la única persona llevada a juicio luego de ser sindicada como autor material del magnicidio ha sido Christer Petersson, un vagabundo alcohólico, con ciertas perturbaciones mentales, identificado por Lisbet Palme, viuda del primer ministro, como el hombre que disparara contra su marido. Pettersson falleció en 2004, a consecuencias de un derrame cerebral luego de una paliza que recibiera; acusó a la policía de intentar matarlo.
Primeras reflexiones al respecto
No deja de ser notable la circunstancia que la investigación haya sido conducida de la misma manera que se hace para la investigación de un crimen o simple delito, como ya lo hemos señalado. Cuando así se hace, los ejecutores, en este caso, los autores materiales, pueden multiplicarse, precisamente porque se busca particularizar un suceso que no sólo pudo ser colectivo sino, además, eminentemente político, no policial; menos aún, delictual. Y es que un crimen político no sólo tiene los componentes propios del delito sino circunstancias que le dan un carácter muy especial. Algunas de aquellas han sido dejadas de entrever en el libro ‘Inuti labyrinten’ y otras publicaciones que recomendamos para profundizar en el tema. Insistimos nosotros, aquí, que la investigación de un magnicidio ha de ser eminentemente política, no criminal. En palabras más directas: en una investigación política es necesario buscar los posibles orígenes del suceso y derivar de esos sucesos la participación de los autores materiales. Dicho de otro modo, creemos que es necesario buscar su ‘causa eficiente’, si es que empleamos la clasificación aristotélica para la teoría de las causas; o ‘la pauta que conecta’, si recurrimos a la terminología empleada por Gregory Bateson. Porque un político no es un sujeto común. Se encuentra inextricablemente unido al destino de la nación cuya representación política ha asumido; más, aún, cuando se trata del jefe de Estado, que es quien conduce, precisamente, a todo el conjunto social que compone esa nación en su carácter de ‘factor de cohesión del concepto unidad del Estado/nación’. El asesinato de Olof Palme exige un tratamiento de esa naturaleza, no la superficial investigación policíaca que hasta ahora se le ha dado. Y es que exhibe ribetes que lo hacen merecedor a ese tipo de investigaciones pues existen ‘coincidencias’ notables que exigen mayor acuciosidad en la labor investigadora y que no pueden ser estimadas en esa superficial calificación de ‘teoría de la conspiración’ como algunos pretenden enmarcar la opinión de quienes van más allá de la labor policial. Veamos algunas de aquellas.
El mismo día del asesinato, 28 de febrero de 1986, la autoridad carcelaria sueca concedió permiso para salir de su celda de reclusión a dos personajes que no ocultaban su odio hacia el primer ministro Olof Palme: el primero de ellos fue el doble espía Stig Bergling quien debía contraer matrimonio al día siguiente, a las 8 de la mañana, en una de las iglesias de Malm ö x ; el segundo fue Milo Baresic, refugiado croata que asesinara cinco o seis años antes al embajador de la República Yugoslava xi en Suecia. Esa misma noche hubo, además, dos extraños asesinatos en Estocolmo, uno de los cuales fue el de un extranjero en uno de los hoteles de la Gamla Stan.
¿Puede dejarse de lado la confesión que le hiciera Eva Rausing, cónyuge del heredero del complejo ‘TetraPak’, al escritor Gunnar Wall, señalándole que el verdadero asesino de Olof Palme era un empresario que veía amenazados sus intereses por la política llevada adelante por el líder político socialdemócrata? ¿Por qué Gunnar Wall no contó esa historia a los periódicos suecos sino lo hizo a ‘The Guardian’, rotativo londinense?
Palme había sido mediador en el conflicto de Irán e Irak de 1982. En esos años, su propio gobierno, que mantenía cordiales relaciones con Indira Gandhi, primera ministra de India, proveía de armas a esa nación; Indira moriría asesinada más tarde e igual suerte correría, más tarde, su hijo Rahjiv Gandhi a poco de asumir el gobierno de ese país. Y en Suecia, el ‘krigsmaterialinspekt ö r’ Carl-Fredrik Algernon encontraría la muerte bajo las ruedas del ‘tunnelbanan’ (ferrocarril metropolitano) de Estocolmo xii . Algunos analistas han escrito libros y artículos al respecto, denunciando turbias descalificaciones de ciertos sectores socialdemócratas al ex primer ministro, pero sin establecer con acuciosidad ‘la pauta que conecta’.
Terminemos este artículo señalando que uno de los hechos más notables en la evolución histórica de la política socialdemócrata luego de la muerte del líder socialdemócrata ha sido el rápido y sostenido giro experimentado por esa nación hacia la adopción de prácticas y formas neoliberales. Como si solamente la dirección política habida luego del magnicidio hubiere estado esperando ese desenlace para conducir a la nación por tal derrotero. En efecto, el iniciador de tales transformaciones fue el ‘finansminister’ Kjell-Olof Feldt; de ahí en adelante, una serie de reformadores hizo su trabajo que alcanzó su máxima expresión bajo los gobiernos de G ö ran Persson xiii . A esas alturas, gran parte del estado de bienestar desarrollado por Olof Palme había sido demolido. La socialdemocracia se había transformado en el representante más dinámico y genuino del sistema capitalista mundial y desplazaba a los representantes ‘naturales’ del empresariado en la ejecución de las prácticas neoliberales. Como sucedería en otras formaciones sociales.
Notas:
i Redacción: «Suecia reabre la investigación sobre el asesinato de Olof Palme», ‘ABC’, 16 de noviembre de 2016.
ii Anónimo: «Reabre Suecia la investigación sobre el asesinato de Olof Palme», cable de la página de ‘Prensa Latina’, en Internet, de fecha 16 de noviembre de 2016. En esta información se señala que la resolución del Parlamento sueco de evitar la prescripción del crimen fue en 2011.
iii Garrido Lagos, Luis: «Las pistas tras el asesino de Olof Palme», ‘El Mostrador, 18 de julio de 2006.
iv Garrido Lagos, Luis: Art. citado en (3).
v Garrido Lagos, Luis: Art. citado en (3).
vi Garrido Lagos, Luis: Art. citado en (3).
vii Garrido Lagos, Luis: Art. citado en (3).
viii Garrido Lagos, Luis: Art. citado en (3). SӒPO es la policía de seguridad sueca, el organismo policial secreto; la palabra SӒPO es la sigla de ‘Säkerhetstjänstemänpolisen’ cuya traducción es ‘Policía civil de seguridad’. Lisbet Palme es la viuda de Olof Palme.
ix Redacción: Art. citado en (1).
x Stig Bergling estuvo ligado a la ‘Informationbureau’ IB, policía política de la Socialdemocracia sueca, junto a Hans Holmér y Ebbe Carlsson. El vespertino ‘Afton Bladet’ publicó una fotografía de los tres junto a un tren, en Malmö, pocos años después del asesinato de Palme; Hans Holmér era el jefe de la policía sueca al producirse el asesinato de Palme y le correspondió a él iniciar las primeras pesquisas. Su acción fue tan desafortunada que los periódicos les pusieron como sobrenombre ‘Sherlock Holmér’. Ebbe Carlsson se vió involucrado, posteriormente, en un confuso caso de contrabando de equipos de espionaje.
xi Milo Baresic, liberado más tarde, viajó a tomar partido en la guerra por la división de Yugoslavia y murió defendiendo al palacio presidencial, en Zagreb, atacado por las fuerzas serbias.
xii No se sabe a ciencia cierta si Algernon se suicidó o no arrojándose al Metro de Estocolmo; unos niños que estaban presentes en el lugar denunciaron que vieron a un hombre empujarlo a la línea del Metro, pero luego esa información fue considerada errónea y eliminada de los periódicos.
xiii Kjell-Olof Feldt estaba casado con Birgitta Von Otter a quien se señala como la persona que citó a varios miembros de la socialdemocracia a un encuentro en Cerdeña donde se declaró a Palme como un sujeto ‘ober ä knelig’ (persona ‘impredecible’), un mes antes de su asesinato.
Fuente: https://rebelion.org/un-recuerdo-de-olof-palme/