¿Por qué ocurrieron, en qué terminaron? El presente recuento es insuficiente, feble…pero necesario como información
Arturo Alejandro Muñoz
Toda moneda tiene dos caras, pero es la misma moneda y posee el mismo valor sin importar cuál de sus caras estés mirando. O quizá sí importa, y quien escribe las presentes líneas está equivocado de cabo a rabo.
Pasa ello con las revoluciones. Que sean una cara de la moneda, o que servidor esté errado. La moneda es el pueblo, y la cara de ella representa la forma con la que se enfrentó al poder, agregando que también esa cara probablemente represente al poder, o a su ideología temporal, más que al pueblo mismo, pues las revoluciones acaecen por motivos históricos que bien sabemos van naciendo y creciendo por principalísima responsabilidad del establishment existente en ese lugar, reino, colonia o nación.
El siguiente es sólo un burdo recuento histórico de aquellas revoluciones acaecidas en América y que el suscrito considera importante de ser destacadas. Pido excusas por mi subjetividad en la elección, pero si todo largo camino se inicia con un primer paso, ese primer paso es el que he querido dar hoy.
NUESTRAS REVOLUCIONES AMERICANAS (algunas de ellas)
La primera y tal vez principal duda que surge al abordar el tema es dilucidar si vamos a entender como ‘revolución’ las luchas y guerras independentistas de comienzos del siglo diecinueve y, más atrás en el tiempo, también a la guerra efectuada por las 13 colonias de América del Norte para zafarse del dominio imperial británico.
Aquellos que primeramente fueron tildados de asesinos, vagos, terroristas, ladrones, herejes…luego del triunfo de su “revolución” pasaron a ser considerados no solamente ‘autoridades’, sino también “héroes”.
¿Qué opinaba públicamente en 1775 sir William Howe –comandante en jefe de los ejércitos de su majestad británica apostados en norteamérica- respecto de George Washington, Thomas Jefferson, John Adams y Benjamín Franklin? “Audaces granjeros y agricultores al mando de un malhadado símil de ejército compuesto por desharrapados campesinos”. Sin embargo, en 1781, ocho mil soldados británicos al mando del general Charles Cornwallis fueron rodeados en Virginia, el último reducto, por una flota francesa y un ejército combinado franco-estadounidense de dieciséis mil hombres a las órdenes de George Washington. Tras el sitio de Yorktown, Cornwallis se rindió y el gobierno británico propuso la paz. Los ‘desharrapados’ se convirtieron de inmediato en ’autoridades respetables’ y en heroico ejemplo a seguir por el resto de las colonias españolas y francesas en América.
¿Qué ocurrió después? Leamos lo que dice Wikipedia.
<<La independencia de Haití marcó el final de la esclavitud colonial francesa en la colonia de Sainte-Domingue, ahora conocida como Haití. Esto se logró a través de una revuelta masiva de esclavos y una guerra de guerrillas librada por esclavos negros -y personas de color libres- contra el ejército colonial francés y los propietarios de esclavos, entre los años 1791 y 1804. En el momento de la independencia, Haití era la segunda nación de las Américas en lograrla, sólo después de Estados Unidos, en 1776.
<<Haití también fue el primer país de América Latina y el Caribe en separarse de sus amos coloniales, lo que provocó un efecto dominó en las Américas. Dado que los combatientes y vencedores eran en su mayoría de ascendencia africana, Haití también tenía el título de ser la primera república negra>>
De ahí en más, la revolución estadounidense o de “las trece colonias” (mal llamada ‘americana’) prendió como yesca seca en el resto de las colonias del continente, y a comienzos del siglo diecinueve Nueva Granada, el Virreinato de Nueva España (México), el del Plata, el de Perú -y aquella lejana y aislada otrora capitanía llamada Chile- iniciaron sus procesos de emancipación, sus revoluciones independentistas.
“Herejes, bandoleros, demonios, delincuentes, asesinos, saqueadores” como Hidalgo, Iturbide, Bolívar, Saavedra, Rivadavia, San Martín, O’Higgins, Carrera, Artigas, Rodríguez…una vez alcanzado el triunfo se vistieron de héroes; pero, en estos rumbos del planeta -Sudamérica- muchos héroes terminan siendo vilipendiados más temprano que tarde, y enviados a buena parte a terminar sus días en el abandono y olvido, como acaeció con O’Higgins y San Martín (sin mencionar que varios fueron vilmente asesinados (ejemplo de ello fueron Rodríguez y los hermanos Carrera). Otros, como fue el caso de Bolívar, sufrieron el desprecio de algunos de los ‘liberados’:
<< «Colombianos: Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiabais de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono>>.
Lo de O’Higgins y San Martín fue aún peor. El pelirrojo chileno hubo de exiliarse ad eternum en Perú, mientras el mañoso e irascible cuyano lo hacía en Francia, ambos desechados por los poderosos de siempre, los dueños de la tierra, la banca, los minerales, la iglesia y el comercio, es decir, por los mismos que les utilizaron para liberar las rutas comerciales que requerían sus tratativas y enriquecimientos. Nuestros ‘héroes’ descubrieron todo aquello cuando ya era tarde.
¿Y DESPUÉS, QUÉ?
Ah…después vinieron otras revoluciones (o intentos), más populares que las anteriores, ideológicas, soberbias. Tanto o más históricas que las independistas, pero a todas luces igualmente libertarias como aquellas.
Martí en Cuba abrió los fuegos. Le siguieron Villa y Zapata en México. Sandino en Nicaragua…Fidel y el Ché en Cuba…Camilo Torres en Colombia, Ortega en Nicaragua… Chávez en Venezuela… los principales, los destacados. Hubo otros, decenas de otros que la prensa del establishment derechista y del establishment izquierdista poco mencionaron. ¿Cuáles? Montoneros en Argentina, Tupamaros en Uruguay, MR8 en Brasil, Miristas en Chile, por nombrar a algunos.
La ‘prensa canalla’ prefirió gastar su tinta criticando a las FARC de Colombia, acusándolas de narcotráfico en sociedad con los delincuentes de los carteles de la droga. En Colombia las FARC ya están de retirada, pero el narcotráfico aumenta a ojos vista bajo el quehacer de los gobiernos de la derecha cafetalera y colonizada.
En fin, y cual resumen, todas ellas buscaron lo mismo que procuraban las luchas, guerras o revoluciones independistas: liberar a sus países del yugo impuesto por el imperialismo inglés, español, y cortar las cadenas que aherrojaban a los pueblos latinoamericanos.
A aquellos anti izquierdistas que insisten en alabar a figuras supuestamente derechistas-nacionalistas fanáticamente pro EEUU, me permito dar a conocer extracto de carta que Diego Portales (personaje siempre alabado por Augusto Pinochet y la ultraderecha en sus discursos) envió a su socio comercial Cea respecto de NA (EEUU) en 1822. Lea, respire hondo y reflexione.
<< El Presidente de la Federación de N.A., Mr. Monroe, ha dicho: “se reconoce que la América es para estos” . ¡Cuidado con salir de una dominación para caer en otra! Hay que desconfiar de esos señores que muy bien aprueban la obra de nuestros campeones de liberación, sin habernos ayudado en nada: he aquí la causa de mi temor. ¿Por qué ese afán de Estados Unidos en acreditar Ministros, delegados y en reconocer la independencia de América, sin molestarse ellos en nada? ¡Vaya un sistema curioso, mi amigo! Yo creo que todo esto obedece a un plan combinado de antemano; y ese sería así: hacer la conquista de América, no por las armas, sino por la influencia en toda esfera. Esto sucederá, tal vez no hoy; pero mañana sí. No conviene dejarse halagar por estos dulces que los niños suelen comer con gusto, sin cuidarse de un envenenamiento>>
Leído ya lo de Portales, no tengo más que decir ni aportar comentario alguno. ¿Usted entiende, verdad? Eso espero. Eso espera también nuestro país, nuestra Historia, nuestro pueblo.
¿Nuestras ‘revoluciones’ americanas no pedían lo mismo? ¿Y por qué entonces para el mesiánico poder capitalista-neoliberal unas sí son dignas de aplausos, mientras otras merecen ataques feroces?