Ex-Ante
Ana María Sanhueza
Imagen: Milton Juica, ex ministro de la Corte Suprema
Milton Juica fue uno de los jueces emblemáticos de casos de DD.HH. y hoy es profesor de derecho en la U.Andrés Bello. Dice que está en pleno estudio de la propuesta de la Convención que determinará su voto en el Plebiscito, de la que hay aspectos que le gustan y otros no, como el Consejo de la Justicia. Sin embargo, en su decisión le pesa el origen del texto actual: “Yo viví la dictadura y viví cómo se implementó una Constitución mentirosa en que se engañó al pueblo”.
-¿Qué le parece que en la propuesta de Nueva Constitución se cambie el nombre del Poder Judicial al Sistema Nacional de Justicia? El ex presidente Ricardo Lagos señaló que, de ganar el Apruebo, debe regresar la nominación.
“La nomenclatura, la designación de una institución, no marca ninguna diferencia. La Constitución de 1833, que rigió cerca de 100 años, no tenía Poder Judicial, sino que se llamaba, simplemente, Administración de Justicia. Lo relevante del tema es si a la organización jurisdiccional se le entregan aquellos atributos que la hacen cumplir la función de resolver todos los conflictos jurisdiccionales. Y en eso no hay ninguna diferencia sustancial, salvo el nombre Poder Judicial, entre la Constitución anterior y la nueva”.
-La Corte Suprema criticó la integración del Consejo de la Justicia que promueve la nueva Constitución, pues pretendía que tuviera una mayor cantidad de jueces para evitar riesgo de politización ¿qué opina de este nuevo órgano?
“Nunca me gustaron los Consejos de la Justicia o Consejos de Magistratura, como se llaman en otros países. Están muy desprestigiados políticamente. Incluso, en Chile hubo un intento de hacer uno en el gobierno de Aylwin, cuando se presentó un proyecto de ley que después fue rechazado por el Congreso porque era politizar mucho la función jurisdiccional. Pero tampoco hay que dramatizar lo del Consejo de Justicia en cuanto a que podría politizar un tema que ya es político, porque el sistema actual también lo es”.
-Hoy para llegar a la Suprema interviene el Pleno de la Corte cuando elabora una quina y luego a Presidencia de la República y el Senado.
-“Claro. Y desde el momento en que participa en los nombramientos el Presidente de la República, el Ministerio de Justicia y el Senado, hay una carga política. Entonces, el Consejo de la Justicia es un tema de mucha preocupación, pero de poca importancia. Después de las dictaduras en América Latina, el Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA) de la OEA propuso que los países tuvieran estos consejos, pero después dijo que, en realidad, esto ha sido un fracaso. Porque no resultó ni en en la región ni en España ni en Italia”.
-¿Qué opina del pluralismo jurídico?
“Lo normal es que exista un solo sistema de justicia. Pero creo que es la consecuencia de lo que está ocurriendo en el país. Y que es un exigencia, evidentemente, en el contexto político y violento que existe en La Araucanía”.
¿Cuál es su opinión en general de la propuesta de nueva Constitución?
“Yo pensaba que podía ser peor, porque los primeros tiempos dieron la sensación de personas que no estaban imbuidas para la misión de crear una Carta Fundamental que nos sirva de paraguas contra los abusos de la autoridad. Pero estuve viendo el borrador, que era enorme y muy desordenado. Pero, finalmente, se entregó un proyecto que es Constitución”.
-¿Qué considera importante de la propuesta?
“Lo más importante que tiene es cómo desarrolla la protección de los derechos fundamentales. Parece un exceso por la cantidad de artículos, pero también hay desconfianza de la sociedad chilena para que se respeten y se concedan. Y, finalmente, pusieron todo lo que fuese necesario para asegurar su protección. Esta es una Constitución creada por personas que se han sentido siempre atropelladas en sus derechos y han sentido que existe una desigualdad enorme en este país. Por lo tanto, quisieron asegurar todo eso. Y, de alguna manera, diezmaron facultades de los órganos como el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial”.
-¿Y qué piensa de eso?
“Tenemos que ser objetivos. El Presidente de la República, el Congreso Nacional y el Poder Judicial, son órganos que no tienen el mayor aprecio de la ciudadanía. Son instituciones que son menos valoradas y es evidente que lo que se interesa tener en una sociedad civilizada, democrática, social y de derecho, es un Poder Ejecutivo, un Poder Legislativo y un Poder Judicial que estén al tanto de las necesidades sociales y que la sociedad les crea. Pero hoy no los cree ni aprecia. Por eso, si hubiese mantenido ese status quo, esta no habría sido una Constitución novedosa”.
-¿Va a aprobar o rechazar en el Plebiscito?
“No lo voy a decir, porque encuentro que la (nueva) Constitución tiene cosas positivas, pero también otras que no me satisfacen. La estoy estudiando. Pero, claro que me pesa mucho el Rechazo, porque lo que hace es mantener una Constitución ilegítima. Y yo fui viví la dictadura y viví cómo se implementó una Constitución mentirosa en que se engañó al pueblo. Y en la que no estamos seguros si en 1980 se aprobó o no se aprobó, porque ese escrutinio fue totalmente falso. Así es que ¿Cómo voy a seguir manteniendo algo que desde el punto de vista moral uno ve que es fraudulento? Ese es el desencuentro que tengo”.
Y agrega: “Este cuentillo que ahora se dice que se rechaza para reformar, es mentira. ¿Desde dónde van a sacar quorum para reformar otra vez y entrar en esta nueva aventura? Esto pasó y no va a suceder nunca más. Esta es la única Constitución que por lo menos tiene un grado de legitimidad. Todas las anteriores nacieron de situaciones traumáticas, como golpes de Estado o guerrillas. Yo sigo estudiando, porque posiblemente pueda encontrar algo que no me gusta y considere que es un peligro. Pero, hasta este momento, no me parece tan delicado el asunto”.