Jean-Marie Harribey
Anti-K, 19-7-2021
Traducción de Viento Sur
Michel Husson nos ha dejado. La noticia nos deja sin palabras. ¿Debemos rendir tributo primero al destacado economista que fue, o al hombre con su amabilidad y humor devastador, dotado de un sentido pedagógico poco común para diseccionar los estudios más técnicos?
Michel Husson pertenece a una generación de economistas-estadísticos, formados en el rigor científico y al mismo tiempo con una cultura de economía política crítica basada en la mejor fuente: Marx. Es uno de los pocos analistas que han dedicado sus trabajos a analizar la evolución del capitalismo globalizado y financiarizado contemporáneo a partir de los conceptos de sobreacumulación de capital y de tasa de ganancia, cuya evolución marca el ritmo de las transformaciones del capitalismo. Las consecuencias de estas transformaciones sobre el trabajo, la distribución de la renta y la protección social han estado en el centro de sus preocupaciones durante todo el periodo neoliberal. Michel Husson fue, entre otros, uno de los más ardientes defensores de la reducción del tiempo de trabajo, y su reciente obra sigue mostrando lo que está en juego, incluso en la época de la crisis sanitaria. Y no es el menor de sus méritos el haberse liberado de la cultura del productivismo, promovida durante demasiado tiempo por los movimientos progresistas, para tener en cuenta la crisis ecológica y vincular su resolución a la de la crisis social.
La amplitud del trabajo de Michel Husson puede verse en su página web http://hussonet.free.fr/, que es una mina documental sin parangón, compuesta por textos breves y pedagógicos, así como por análisis en profundidad gracias a su dominio de las herramientas econométricas, que le permitían mostrar la inanidad de muchos trabajos académicos, que se pretenden ortodoxos, sobre l a reducción de los salarios que, según esa doxa, debían crear empleo; y, también fue un matemático y estadístico que puso en evidencia la pretensión científica de los modelos neoclásicos.
Pero esta maestría que desplegó profesionalmente, sobre todo en el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IRES) en la última parte de su carrera, la puso a disposición pública, participando lo más activamente posible en asociaciones comprometidas en la batalla social: Attac, la Fundaction Copérnic, les Économistes atterrés, sin olvidar sus compromisos sindicales y políticos. Sus aportaciones a obras colectivas sobre la crisis del capitalismo, las pensiones o la deuda pública son innumerables, destacando su participación en la Auditoría de la Deuda Pública Griega en 2015 en Atenas.
También podemos hacernos una idea de la inteligencia de su humor si leemos la grotesca cita de un economista bienintencionado que se refiere a él y que había puesto en la cabecera de su página web: Michel Husson, «un ideólogo desconocido en el mundo académico y que hace una crítica incompetente».
Michel Husson también será recordado por su contribución a la desmitificación de la llamada epistemología de la economía neoclásica, porque, para él, lo más importante era sin duda volver a situar la economía en el marco de las relaciones sociales de explotación y alienación. Desde el punto de vista de Michel Husson, el análisis en términos de clases no ha envejecido ni una pizca. Que su mensaje tenga continuidad en las batallas sociales que se avecinan. Su muerte nos conmociona. No sólo por su talento, que nos deja, sino por el lugar que ocupó en una lucha colectiva.