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México – Cine: Silvestre. Pederastia clerical en Oaxaca

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Pederastia en México

Silvestre, Pederastia clerical en Oaxaca es un documental que pone sobre la mesa un caso más y reaviva la hoguera del cisma que vive la iglesia católica desde hace más de veinte años ante los miles de casos de abuso sexual a menores cometidos por sus sacerdotes en México, en Brasil, Colombia, República Dominicana, Estados Unidos e Italia, por mencionar sólo los más recientes.

Alberto Athié, ex sacerdote y asesor de la investigación del documental  “Silvestre” en la presentación del mismo expresó:  “Oaxaca es otro caso más de pederastia clerical, reciente, actual, aunque el cardenal Rivera diga que esto ya no existe en la iglesia. Falso. Él es uno de los principales encubridores de los pederastas seriales más crueles que ha tenido la iglesia católica en el mundo. A eso se ha dedicado Norberto Rivera, a asesorar con su abogado Armando Martínez a otros arzobispados y obispos,  sobre la manera de neutralizar e impedir que se llegue a la verdad y a la justicia para las víctimas de abuso sexual a niños y jóvenes”.

Producido por la empresaria y activista Cristina Sada, dirigido por Santiago Mohar Volkow, con fotografía de Nicolás Gutiérrez Wenhammar y de Santiago mismo, “Silvestre” documenta la violación y abuso sexual a más de cien niños indígenas de la sierra alta de Oaxaca. La investigación, que corrió a cargo del periodista Diego Enrique Osorno, quien fue asesorado por el ex sacerdote Alberto Athié, con una larga trayectoria en el tema y por el también periodista César Valdez, expone sobre todo, la opacidad con la que, al igual que en otros muchos casos, las estructuras de la iglesia católica han tratado el caso de la pederastia clerical.  Al respecto, José Barba, refiere: “le dan un tratamiento de pecado, no de delito”. 

Acompañó la presentación del documental, Bernardo Barranco Villafán, experto en temas eclesiales, quien destaca como un aspecto medular esta opacidad, esta actitud oscura de la iglesia bajo la consigna de “los trapos sucios se lavan en casa. Su falta de valor para aceptar, reconocer y sancionar estos casos: cuando Alberto Athié señala que el mayor problema es el encubrimiento a un sacerdote que comete este tipo de abuso sexual, me pregunto cuál es la diferencia entre un maestro, un militar o un padre de familia y es que, en el caso del sacerdote, la materia prima con la que trabaja son los valores, es la ética, es el ejemplo. Cuando un sacerdote abusa de un niño, no solamente comete un delito, sino que profana su profesión”.

“No es un fenómeno que se circunscribe a un país, estamos hablando de cientos, de miles de casos en México,  República Dominicana, Brasil, Colombia, en Italia, donde acaban de cesar a un sacerdote anciano por decir que ‘la culpa la tienen los niños, porque como no tienen afecto en sus casas, van y lo buscan a como dé lugar, del sacerdote” comentó Barranco. 

“Silvestre fue mi forma de responder ante este nuevo caso de pederastia contra niños indígenas, humildes, llenos de fe. El nivel de fe que tienen estas comunidades hacen que su vida gire en torno a la figura de lo que representa el sacerdote, los ven como representantes de Dios, con un halo de santidad y más allá de lo humano” dijo la productora Cristina Sada en su intervención. “Cuando la gente se enteraba que estaba haciendo este proyecto me cuestionaron profundamente sobre el porqué iba contra la iglesia católica” comentó Sada.

Sin embargo, Gerardo Silvestre Hernández, detenido el 27 de diciembre de 2013, no ha recibido sentencia. Se encuentra recluido en el penal de Tlaxiaco donde podría alcanzar una sentencia de 4 o 5 años, con lo que quizá pronto estará libre. Respecto a eso, Sada abunda: “según documenta Joaquín Aguilar, en México no hay una sola sentencia acusatoria definitiva contra un pederasta que pertenezca a la iglesia católica”. 

En 2012, el periodista Julio Hernández López en su columna Astillero hacía referencia al caso: 

“Cuando menos 45 niños y jóvenes de regiones indígenas oaxaqueñas sufrieron abuso sexual por el sacerdote Gerardo Silvestre Hernández”. Desde junio de 2009 el arzobispo José Luis  Chávez Botello escuchó los señalamientos a Silvestre como un caso probado de pederastia clerical en una zona indígena, de afición al alcohol, el dinero y al poder.  Lo hicieron de viva voz siete sacerdotes diocesanos: Manuel Arias Montes, Sergio Herrera Arias, Miguel Ángel Morelos García, Jorge Pérez García, Juan Antonio Jiménez, Guillermo Velázquez Gordillo y Juan Ruiz Carreño. A ellos se agregaron los también presbíteros David Elías Mendoza Maldonado, Leoncio Hernández Guzmán y Ángel Noguera.

Chávez Botello prefirió castigar al diácono Ángel Noguera, alejar al cura Apolonio y elevar de categoría a Silvestre Hernández. Ante ello, los curas recurrieron a la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, desde donde, el 17 de febrero de 2011, exculparon a Gerardo Silvestre y al arzobispo bajo el argumento de que “no pesa denuncia verosímil en su contra”. 

José Barba, en su intervención al presentar el documental en el Centro Horizontal de la Ciudad de México dijo: “lo que se ha logrado dentro de la iglesia en los últimos veinte años se ha hecho gracias a las fuerzas civiles de buena fe, principalmente gracias a los periodistas que aquí y en otros lados del mundo han tomado esta responsabilidad.  Sentí enorme pena al ver este caso. Noté la autosuficiencia y maña con la que el obispo del lugar desvirtuó los testimonios de las víctimas, la del decano y de los sacerdotes que sí cumplieron con su responsabilidad. La iglesia insiste en seguir manejando el tema a lo interno, porque hablan de pecado y no de delito”. 

Alberto Athié concluye la presentación del documental señalando: “lo que puedo añadir es que ahora han escuchado voces nuevas como la de Cristina, a quien agradecemos su compromiso.  Nosotros tenemos muchos años denunciando los casos de abusadores al interior de la iglesia y este caso es uno más de los cientos o miles de casos,  Maciel, Nicolás de la Sierra de Tehuacán, el nuncio en República Dominicana que se llevaba a los niños, abusaba de ellos y los filmaba para compartirlo en una red mundial con sus amigos en Polonia y otras partes del mundo. La lista es muy larga. Por eso decidí retirarme como sacerdote, porque hay una contradicción brutal en la condición de la iglesia que va contra su identidad y su misión, ha destruido ella misma para lo que fue mandada: cuidar a la comunidad y dentro de ella a los niños”.

Dirección: Santiago Mohar Volkow
Investigación: Diego Enrique Osorno
Idea Original: Cristina Sada Salinas

Artículo publicado originalmente en Desinformémonos.org

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