imagen: Campo de Concentración de Puchuncavi
En julio de 1975 se produjo uno de los actos más valerosos llevado a cabo por presos políticos en tiempos de tortura y genocidio, la Declaración de huelga de hambre de 80 presos políticos recluidos en el Campo de detenidos Melinka de Puchuncavi, la primera Huelga de Hambre en dictadura, exigiendo que se aclarase la suerte corrida por 119 detenidos que, según información de prensa, habían muerto en el extranjero. 47 de estas personas, actualmente desaparecidas, habían sido vistas en Londres 38 por sus compañeros. A pesar de amenazas y presiones cuando la huelga de hambre terminó los huelguistas sumaban 95.
Memoria de la Cárcel Combatiente: 40 años de la Huelga de Hambre por los 119 en Puchuncaví
por Luis Fernando Gerardo San Martin Arellano (Chile)
En este mes de julio se conmemorarán el montaje de la DINA conocido como Operación Colombo o lista 119, pero también un aniversario más de una huelga de hambre que emprendieron prisioneros políticos del campo de concentración de Puchuncaví, en demanda del esclarecimiento de la situación de sus compañeros que aparecían en el fatidico listado.
En el campo de Melinka, también conocido como Puchuncaví, por estar en las cercanías de este pueblo, 80 presos iniciaron la huelga el 31 de julio, detallando los motivos de la protesta en una declaración que sacaron del campo en un «barretín» y que luego fue tipeada en maquina de escribir y distribuida a embajadas y organismos de derechos humanos.
En su primer párrafo, la declaración denuncia el montaje de los 119: «Publicaciones extranjeras, profusamente difundidas por la prensa nacional, entregan dos listas con 119 personas, presuntamente muertas en el extranjero, la mayoría de los cuales nos consta que fueron detenidas vivas por organismos de seguridad del obierno, entre mayo de 1974 y febrero de 1975. Ellas fueron vistas por centenares de los actuales presos políticos en diferentes centros de interrogatorio existentes en el país».
La huelga fue concebida como una expresión de solidaridad y de denuncia del montaje, como también de exigencia a las autoridades a aclarar la situación de los prisioneros que aparecían en las listas. La demanda se hacía también a los gobiernos de Brasil y Argentina, implicados en este caso, pues los listados con los 119 nombres fueron difundidos en publicaciones de ambos países y desde ahí reproducidas en Chile.
La reacción de las autoridades a cargo de los campos no se hizo esperar. En Puchuncaví la Armada rodeó el campo con infantes de marina apertrechados para la guerra y los huelguistas fueron objeto de plantones y amenazas, pues la protesta se interpretaba como insubordinación al interior de un recinto militar.
A pesar de lo anterior, el movimiento de los ex prisioneros continuó y a su término, una semana despues aproximadamente, los 80 se habían incrementado a 95 prisioneros.
Transcripción del texto (Gentileza de Germán Westfal):
AL COMANDANTE DEL CAMPO […] DE PUCHUNCAVI
AL […]
A LAS AUTORIDADES DE GOBIERNO
Señores: Por medio de la presente, queremos exponer a ustedes lo siguiente:
1.- Publicaciones extranjeras profusamente difundidas por la prensa nacional entregan las listas con 119 personas presuntamente muertas en el extranjero, la mayoría de las cuales nos consta que fueron detenidas vivas por organismos de seguridad del gobierno, entre mayo de 1974 y febrero de 1975. Ellos fueron vistos por […] de los actuales presos políticos, en diferentes centros de interrogatorios existentes en el país.
2.- Por lo anterior y como expresión de solidaridad, y por un deber moral ineludible con los miles de chilenos afectados por estas presuntas muertes, pedimos a los organismos de gobierno que corresponda, aclarar la actual situación de estos detenidos y presuntamente muertos en el extranjero.
3.- Hacemos extensiva la petición de la aclaración, a las respectivas representaciones y los gobiernos cuyos países aparecen como los lugares donde se habrían producido estas presuntas muertes.
4.- Anunciamos que mientras nuestras peticiones anteriores no hayan recibido respuesta, nos abstendremos de consumir alimentos, excepto agua, y de realizar cualquier tipo de trabajo habitual. Ninguna otra acción de desobediencia o o resistencia al régimen militar existente en el campo, serán realizadas por nosotros.
Hacemos esta aclaración ante las posibles represalias que puedan afectarnos directamente o a nuestros familiares.
5.- Reiteramos que nuestra acción responde a un imperativo de conciencia y de solidaridad que no podemos dejar de expresar.
Firman 80 presos políticos en representación del Campamento […]
Nota: Al finalizar la huelga, el número de participantes en ella ascendía a 95 personas.
N.B. En todo lo conceptual, la dictadura los ignoró tal como Michelle Bachelet ha terminado por ignorar hoy, 40 años después, la huelga de hambre y las demandas de justicia de los ex presos políticos de la dictadura. La insolvencia moral es la misma. — G.F.W.
*Fuente: Luis Fernando Gerardo San Martin Arellano<lfarella@gmail.com>
Reproducido de Piensa Chile