En 1950 a Ella Fitzgerald no le permitían tocar por su color de piel en un popular club de Hollywood «Mocambo».
Marilyn era gran fan de ella, llamó al dueño del club y le dijo que si le permitía a Ella tocar, ella estaría ahí todas las noches, lo cual lo beneficiaría con la cantidad de prensa que atraería.
Él accedió y Monroe estuvo ahí todas las noches, en primera fila, lo que garantizaba una gran cobertura de prensa.
Ella Fitzgerald dijo «Después de eso, nunca más tuve que volver a tocar en ningún pequeño club. Marilyn era una mujer fuera de lo común, adelantada a su época y ella ni siquiera se daba cuenta».
«Las mujeres reales apoyan a otras mujeres para triunfar, las inseguras les ponen piedras en el camino».
Tomado de la red