Por Adán Salgado Andrade
Recientemente, una investigadora de Microsoft, Kate Crawford, escribió un libro, sobre que la así llamada Inteligencia Artificial, no es ni inteligencia, ni artificial, pues, por ejemplo, los sistemas de reconocimiento facial, sólo son “entrenados” para reconocer rostros, pero, de ninguna manera piensan. Eso significa que esas máquinas, no son capaces, por sí mismas, de reconocer un rostro, como una mujer o un hombre, podemos hacer y por eso, se “equivocan” tanto. La facultad de pensar, dista mucho de lo que un software entrenado hace. No es posible todavía, a pesar de los tan cacareados “avances” de la IA, que una computadora piense por sí misma (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/04/investigadora-afirma-que-la.html).
Por ello, durante la pandemia, ha seguido siendo el trabajo humano, esencial para muchas empresas, tales como la explotadora Amazon, la que no pudo prescindir de trabajadores, a pesar de estar tan “robotizada” en áreas como sus bodegas. Y como es tan nefasta, con tal de ahorrar costos en sistemas de protección, provocó que muchos de tales trabajadores enfermaran y murieran, al contagiarse con el covid-19 (http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/04/negligencia-de-amazon-con-sus.html).
Quizá en lo que, por desgracia, tienen más “avances” los robots “inteligentes” sea en su aplicación para el desarrollo de armas, para que se conviertan en mortíferas armas de destrucción masiva (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2015/08/inteligencia-artificial-otra.html).
Pero en las tareas diarias, en que pudieran comportarse y actuar como un ser humano, autónomamente, como en tantas cintas de ciencia-ficción, como en Blade Runner (1982), con los replicantes, es algo tan lejano e irreal, que muy probablemente nunca sea posible. Un artículo de Wired, titulado “Peanut, el robot mesero, es prueba de que su empleo está seguro”, firmado por Matt Simon, es una buena reflexión de lo rudimentarios y torpes que todavía son los robots. Dice que “ puesto que los restaurantes están batallando para contratar a gente, uno de carnes asadas, empleó una máquina. Eso le confirmó que los humanos son indispensables” (ver: https://www.wired.com/story/peanut-the-waiter-robot-is-proof-that-your-job-is-safe/).
El artículo abre con una foto del extraño robot servidor, que parece un archivero sobre ruedas, con cuatro charolas en las que se colocan los alimentos, las que conducirá hasta la mesa correspondiente. En verdad, deja mucho qué desear. “En Island Grill, ya que la pandemia ha cedido, no hay suficientes solicitantes de empleos, para que puedan servir cocteles de camarones o quesadillas a las familias que se reúnan para comer. Por eso, Allison Yoa, dueña del restaurante, alquiló a Peanut, el robot, una máquina autónoma que va de la cocina a las mesas, sirviendo comida y recogiendo los platos sucios. Tienen cuatro bandejas y una pantalla infrarroja, que emite un láser, el que lee marcas que se colocan en el techo. Y si no puede moverse, solo emite un ‘Usted disculpe’ y se detiene, Yoa explica, riendo”.
Dice Simon que la gente todavía está temerosa de regresar a lugares confinados y que un restaurante de McDonald’s, hasta “ofrece iPhones a empleados que aguanten seis meses, de tan necesitado que está de empleados”.
Recalca lo que comento antes, que durante la pandemia, muchos empleos, tuvieron que suspenderse, pues, al ser muy altos los riesgos de contagio, era hasta ilegal que la gente siguiera trabajando, “sin embargo, no estuvieron allí los robots, para sustituir a tanto necesario empleo”.
Por ello, robots como Peanuts, sólo son una herramienta “para incrementar la eficiencia humana, como si usted empleara una laptop”, señala Phil Zheng, citado por Simon, jefe de operaciones de Richtech Robotics, la que fábrica a Peanuts.
“Peanuts es parte de una vanguardia de máquinas que están trabajando más cerca con las personas, asumiendo partes de sus empleos. Peanuts sólo transporta platillos. Los empleados siguen haciendo lo demás, son esenciales. ‘Ese robot, no puede tomar su orden en la mesa, ni puede platicar con usted. Sólo es un recurso extra’, explica Yoa”.
Como dije, no hay todavía un robot que fuera mesero o mesera y que asumiera plenamente las funciones de una persona. Y para que eso fuera posible, tendría que pensar por sí mismo. Eso implicaría que caminara, hablara, escribiera, para tomar la orden, fuera a la cocina, preparara la charola con los alimentos, hiciera la cuenta, cobrara… ¡definitivamente, algo todavía relegado a la ciencia-ficción!
Y eso sucedería con todos los empleos. Realmente no hay sustitutos para los seres humanos. Incluso, en empresas muy robotizadas, como armadoras de autos, los obreros son esenciales, sobre todo cuando tales robots se “equivocan”, como el que mató a un ingeniero que lo estaba instalando en una fábrica de autos de VW. El robot, lo confundió con una pieza, lo apretó entre sus pinzas y lo mató (ver: http://www.jornada.unam.mx/2015/07/02/economia/022n4eco).
“Los robots, no son cooperativos, no son colaborativos, sólo obedecen órdenes, señala Julie Carpenter, investigadora de la Universidad Politécnica de California, citada por Simon. “Por ello, tareas muy complejas, no podrían ser ejecutadas por los robots, pues tendrían que actuar socializadamente. Y es la razón por la cual, el trabajo humano se debe de seguir valorando, no pensar, como algunos empresarios y científicos, que podría prescindirse de aquél. Nada más alejado de la realidad”, señala Simon.
De hecho, Peanuts, cuando haya más empleados, será, más bien, un estorbo. “Esperemos que cuando regresemos a la normalidad, tengamos empleados suficientes”, dice Yoa a Simon, a quien asegura que sólo lo están empleando temporalmente.
En tareas menos complejas, como, por ejemplo, caminar por la superficie de Marte, pueden emplearse robots, por razones obvias, pues ese medio ambiente, sería hostil para un ser humano. Claro que, como señalo arriba, es cuestión de entrenarlos, pues no piensan por sí mismos. Es lo que está haciendo la empresa ETH Zurich, de Suiza, y el Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar. Entre ambas instancias, han estado entrenando a un robot dotado de cuatro piernas, llamado SpaceBok, pues tendría más libertad de acción para explorar ese muerto planeta, caminando, que rodando. Lo están manipulando para que pueda caminar por laderas, hondonadas y otros difíciles terrenos, pero no es que vaya a pensar por sí mismo, sino que “aprenderá” a desplazarse por terrenos difíciles que, desde aquí, se le presentan (ver: https://www.wired.com/story/how-do-you-make-a-robot-walk-on-mars-its-a-steep-challenge/).
Reitero, por fortuna, los robots están todavía muy atrasados y rudimentarios. Nada como los temibles Terminators, producidos en serie, como máquinas asesinas, que extinguirían a la humanidad.
Cuando eso sucediera, entonces, sí, que Ometeotl, se apiade de la humanidad.
Entre tanto, eso seguirá siendo hollywoodesca ciencia-ficción.
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