por Rocío Montes
Un policía disparó directamente al rostro a Ronald Barrales. Estaba a menos de 10 metros. Según su relato, el perdigón llegó desde el asiento del acompañante de un vehículo de los carabineros hace unas semanas, en uno de los días más tensos de las protestas contra las políticas del Gobierno en Chile. “Sentí el impacto en el rostro, caí al suelo, me levanté y observé que caía sangre del ojo, mucha sangre”, relata. Herido también en el tórax y en el abdomen, Barrales se ha sometido a tres operaciones en el ojo izquierdo, del que perdió completamente la visión y para siempre. “El precio que he tenido que pagar es muy alto, pero al menos Chile ha despertado”, se consuela Maite Castillo, de 23 años, que también ha perdido la visión del ojo derecho.