Otros Cruces 2024-08-13
Por Maxine Lowy (extracto)
El llamado “conflicto” en la franja de Gaza, ha generado un ambiente de polarización entre quienes viven en Medio Oriente, pero también en quienes vivimos en América Latina. La extensión de la problemática y sus consecuencias han sido motivo de movilizaciones y tensiones entre distintos grupos sociales a lo largo de los años, incluyendo el mundo de las religiones y espiritualidades.
Es relevante destacar las múltiples dimensiones de la identidad judía, dado el contexto actual cuando muchos parecen creer que ser israelí y judía son una y la misma cosa. Y a pesar de que muchos suponen que ser judía es sinónimo con un apoyo incondicional a Israel, no es el caso. El universo judío es muy diverso. Son muchos los judíos como también los y las israelíes que cuestionamos y no nos identificamos con la política del Estado de Israel.
La destrucción masiva de vidas humanas, miles de personas convertidas a condición sin casa, los ataques a lugares humanitarios como escuelas y hospitales y a lugares que fueron designados seguros por el propio gobierno de Israel. Es un castigo colectivo y son crímenes de guerra. Qué no se haga en nombre mío.
No bastará con cesar el fuego para crear confianza y despejar el temor del otro. Como dijo Martin Luther King, “la violencia termina derrotando a sí misma porque crea amargura entre los sobrevivientes y brutalidad entre los destructores”.
Ese nuevo modelo de relacionarse será construido en base al derecho palestino y el derecho israelí de desenrollarse plenamente y existir como pueblos y estados autónomos.
Pero, primero, que cese el fuego por ambos lados.
En estos momentos críticos, sin embargo, hace falta mirarse/nos honestamente en el espejo, Ni Israel ni Palestina desaparecerá de la faz de ese pedazo de tierra. La proyección y la existencia misma como sociedades donde todos pueden realizarse plenamente como personas depende en poder imaginar un nuevo paradigma basado en la coexistencia.
Rezamos para que se produzca un despertar, un reconocimiento de que el único camino adelante es el de la coexistencia. Para que cada persona pueda sentarse debajo su parra y su higuera, y nadie jamás volverá a sentir miedo. Que Dios bendiga a todos los pueblos con la paz. Amen.
La parra y la higuera: el camino de la coexistencia