El aniversario de la mítica canción “El vals del obrero” del grupo SKA-P da pie a recordar tanto el sencillo como el impacto en toda una generación y las razones sociales y políticas de ello.
La Izquierda Diario Lunes 21 de marzo de 2022
La década de los 90 y principios de los 2000 fueron testigos de una ofensiva política e ideológica de parte de los grandes empresarios y sus gobiernos que tuvo como base la caída del muro de Berlín. La esencia del mensaje era que no había más alternativa que el capitalismo y que cualquier pretensión revolucionaria era “utópica” y si se intentaba llevaría a otro fracaso. Como aderezo, los ideólogos del sistema prometieron un mundo de paz y prosperidad para toda la humanidad. Estas promesas fueron desmentidas, primero, por el ataque a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, la posterior invasión a Afganistán e Irak por parte de los Estados Unidos y después por la crisis económica mundial del 2008.
En este contexto la juventud (sobre todo la trabajadora) se encontraba desorientada y golpeada moralmente, parecía que se había llegado a un callejón sin salida, pues si bien los grandes problemas sociales persistían, el impulso militante y político de las grandes mayorías se encontraba de capa caída. Por esto mismo, las expresiones musicales fueron un canal por el cual la juventud demostró su malestar con la sociedad imperante.
En 1993 surgió el conjunto madrileño de ska-punk conocido como SKA-P. La marca característica de la banda es la denuncia social. Las letras remarcan que las injusticias no desaparecieron, sino que en muchos casos se exacerbaron, como la explotación contra la clase trabajadora, las guerras imperialistas, el maltrato contra los animales, la criminalización de la protesta social, etc. SKA-P también se ha distinguido por expresar abiertamente su apoyo a luchas obreras y populares, ejemplo claro fueron los conciertos que se organizaron para festejar a la fábrica sin patrones de Zanón en Argentina o a los zapatistas en México.
El 21 de marzo de 1996 se dio una bocanada de aire fresco que todo espíritu joven y contestatario necesitaba, ese día se estrenó el segundo álbum que marcó a toda una generación, nos referimos al “Vals del Obrero”. El disco en su conjunto incluyó 12 sencillos, entre los que destacaba la canción que le dio nombre a la obra. La portada del álbum representa a un patrón (con un águila fascista) enfundado en oro y dinero manipulando a un obrero como si fuera una marioneta. El trabajador lucha para evitar ser ahogado por los hilos que lo aprisionan.
En un mundo donde el triunfalismo neoliberal parecía no tener límites, una pieza que reivindicaba a la clase obrera, la necesidad de la revolución social y señalaba al patrón como enemigo parecía condenada a no trascender, pero contrario al pronóstico de los apologetas del sistema, la canción tuvo un enorme éxito a nivel mundial y se convirtió en un himno para toda una generación. Este resultado se debe en buena medida a que la letra y el poderoso ritmo del ska representaba tanto la inconformidad de la juventud con el sistema, como un despertar a la vida política.
La enorme energía que desprenden las y los jóvenes en los conciertos de los oriundos del barrio de Vallecas es impresionante, pues refiere a una enorme fuerza contenida y azuzada por años de ofensiva capitalista contra las condiciones de vida de las y los trabajadores.
Ahora, es completamente válido preguntarnos ¿qué pasaría si todas y todos esos jóvenes decidieran tomar el futuro en sus manos y organizarse por cambiar el mundo? Sin duda serían una fuerza formidable y capaz de enormes proezas junto a la clase trabajadora.