28 Agosto 2019Actualizado 29 Agosto 2019
El margen sobre los tipos de interés de las letras del Tesoro a tres meses de los Estados Unidos ha escalado por encima de las rentabilidades de los bonos del Tesoro a 10 años porque las preocupaciones comerciales alimentaron una nueva demanda de bonos del Estado a largo plazo.
Se trata pues de la inversión de la curva de tipos de interés. El diferencial entre plazos se profundizó hasta situarse en torno a 48 puntos básicos, niveles no vistos desde en marzo de 2007.
Probablemente la curva de tipos estadounidense es uno de los mejores indicadores adelantados que podamos encontrar. Una inversión entre estos dos vencimientos de deuda ha precedido a cada recesión en Estados Unidos en los últimos 50 años.
Normalmente la curva de tipos de interés tiene una pendiente positiva, porque cualquier inversor que desea comprometer su dinero a mayor plazo estará asumiendo un riesgo mayor y, por lo tanto, deberá recibir una prima por ello, es decir mayores intereses.
Cuando la curva de tipos de interés se invierte rompe esta lógica y nos está diciendo que a corto plazo existe un mayor riesgo que en el largo plazo. Y ese desequilibrio entre plazos es lo que actualmente estamos viendo en la estructura de la curva de tipos de interés estadounidense o también en la alemana.
Cuando esto ocurre, en promedio, la economía tiende a entrar en un periodo de recesión en los siguientes 14 meses tras la inversión.
¿Por qué resulta tan interesante la curva de tipos?
Pensamos que actualmente vivimos en un sistema de reserva fraccionariaen el que el crecimiento económico de los países viene impulsado por la expansión crediticia, sin que el ahorro constituya respaldo alguno sobre los nuevos depósitos creados.
Para que esto sea posible, detrás debe existir un sistema financiero que pueden llevar a cabo su actividad comercial que es básicamente «comprar» dinero -en el mercado mayorista o a través de depósitos- y seguidamente, «vender» ese dinero en forma de créditos al consumo y, su producto estrella, el producto hipotecario. En ese juego de plazos obtiene el margen de interés.
En un entorno en el que la curva de tipos se encuentra invertida nos está diciendo que las expectativas en el corto plazo se han deteriorado y se espera que en el largo plazo bajen los tipos de interés.
En consecuencia, si tenemos un sistema de reserva fraccionaria cuyo crecimiento económico dentro del ciclo se ve impulsado por la expansión crediticia promovida por el diferencial del precio del dinero entre plazos, en ausencia de incentivos para impulsar el crédito desde el entorno bancario y, a la vez, hacer frente a las obligaciones contraídas durante la etapa expansiva, se conduce necesariamente a un entorno de recesión.
Normalmente los analistas tienden a fijarse especialmente en la curva de rendimientos del bono estadounidense, debido a que no solo se trata de la primera economía global, sino que el dólar está presente en el 88% de las transacciones, y constituye el principal mercado financiero desarrollado.
Un mercado de bonos como nunca antes se había visto
La curva de bonos invertida es coincidente en el tiempo en un escenario en el que el mercado de bonos explora las rentabilidades negativas. Este hecho no tiene precedentes históricos y ha sido causado por una política monetaria voraz en la que se ha expandido los balances y, ala vez, reducido los tipos de interés incluso por debajo de 0.
Hoy nos encontramos que en el mercado de bonos soberanos un total de 15 billones de dólares se encuentran en rentabilidades negativas. Hasta la fecha el mercado deuda corporativa no había profundizado en esta realidad pero lo cierto es que en las últimas semanas se han disparado los bonos corporativos con rentabilidades negativas hasta alcanzar la cifra de un billón de dólares.
Como responsables de esta realidad jamás vista tenemos al Banco de Japón, el Banco Central Europeo y el Banco Nacional de Suiza, este último como medida disuasoria para evitar la apreciación del franco suizo.
La obsesión inflacionista a cualquier precio unido a una economía incapaz de sostener altas tasas de crecimiento económico, han llevado a las respectivas autoridades monetarias a traspasar todo escenario anteriormente conocido para alcanzar sus objetivos, y, aun así, no han sido logrados.
Es absurdo que España pueda emitir deuda hasta 8 años con rentabilidades negativas. Un país en los últimos años a pesar del fuerte crecimiento económico por encima de los socios europeos, ha reducido muy levemente la ratio deuda pública sobre PIB, incluso recientemente hemos conocido como ha vuelto a escalar al 99%, según ha publicado el Banco de España.
Obviamente este escenario absolutamente real, solo puede ser calificado como burbuja financiera vinculado al mercado de bonos en la que se está especulando sobre evolución positiva del precio sobre los títulos de deuda lo que se interpreta como un escenario de tipos de interés bajos sostenido en el tiempo.
El riesgo es muy evidente en el escenario actual ya que una subida de 2 puntos porcentuales en los tipos de interés llevaría a una perdida cercana al 50% en el valor de los títulos de deuda.