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Imagina un Lennon revolucionario

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Imagina que no hay posesiones,
me pregunto si puedes,
ninguna necesidad de codicia o hambre,
una hermandad del hombre,
imagina a toda la gente
compartiendo todo el mundo…”

 

Oscar Martínez

» ellos tenían algo que era artístico. (Yoko: «Muy sensible») Les dijimos: «Sois artistas, escribís libros, hacéis teatro, sois como artistas». Y ellos dijeron: «Vosotros sois como revolucionarios».

John Lennon en una entrevista para tv

La participación en 1971 de John Lennon en un concierto a favor de la liberación del activista John Sinclair supuso que el ex-líder de los Beatles se convirtiera en el enemigo público número 1 de la administración Nixon. El concierto denunciaba dos incongruencias de las muchas que padecía el país en esos tiempos. La primera es que el aparato judicial de los EEUU condenara a 10 años de cárcel a personas como Sinclair por el “delito” de fumar marihuana mientras cada semana el gobierno norteamericano lanzaba sobre Vietnam bombas cuyo poder explosivo era equivalente al de dos Hiroshimas y medio. Y la segunda incongruencia era la de un presidente de los EEUU -Richard Nixon- que había llegado a la Casa Blanca con la promesa de poner fin a la guerra mientras, por el contrario, ésta se intensificó, e incluso se extendió a otros países bajo su mandato.

La ultraderecha que gobernaba -y gobierna todavía en el fondo- en EEUU no podía consentir que alguien con el carisma y el poder de atracción de John Lennon se convirtiera en un líder político capaz de oponerse con eficacia a los crímenes de la más poderosa potencia imperial que había conocido la historia. Así que Lennon fue durante años vigilado y acosado por el FBI en manos del siniestro J. Edgar Hoover, tristemente célebre por ser la bestia negra de la izquierda norteamericana durante nada menos que cinco décadas.

El documental «Los EEUU contra John Lennon» narra cómo Lennon llegó a convertirse, a su llegada a dicho país, en una amenaza realmente seria para el sistema. La imagen del mismo que ofrece esta película dista bastante de la que nos suele ofrecer la prensa. Las retrospectivas sobre su carrera por lo común pasan de puntillas sobre sus ideas políticas y a lo más que llegan es a caricaturizarlo como líder del «flower power». Sorprenderá a muchos que vean este documental comprobar como Lennon apoyó abiertamente en televisión la causa de un partido político radical como los Panteras Negras, muchos de cuyos miembros fueron encarcelados e incluso asesinados por el gobierno. Fue el caso de Fred Hampton, cuyo cadáver fue hallado en su cama, tras ser tiroteado por la policía de Chicago y el FBI en 1969.

Lennon fue durante años vigilado y acosado por el FBI

Y es que Lennon llegó mucho más lejos del “all you need is love”. Él mismo reconoció el fracaso del excesivamente ingenuo «flower power» y llegó a la conclusión de que se necesitaba algo más que buena voluntad para poner fin a los problemas del mundo. Y eso se vería con mayor evidencia en las letras de algunas de sus canciones de su época post-beatle. «Working Class Hero», donde el artista reclama su origen social con estos versos, es un buen ejemplo de hasta qué punto Lennon era consciente de lo absurda y superflua que era la fama que le había dado el pertenecer a los Beatles:

“Keep you doped with religion and sex and tv

and you think you’re so clever and classless and free

but you’re still fucking peasants as far as i can see

a working class hero is something to be”

“Te drogan con religión, sexo y tele

y tú te crees tan listo, independiente y libre

pero a mí me parece que sigues siendo un jodido paleto

un héroe de la clase obrera es algo que tienes que ser”

Lennon, hijo de un marino mercante, nació en Liverpool en 1940 y creció prácticamente huérfano. Su madre se negó a criarlo y lo dejó a cargo de su hermana. Su padre lo abandonó también. Tal circunstancia y el ambiente social en que vivió, hicieron de él un rebelde durante toda su vida. Quizá fue eso lo que impidió que la fama y el dinero le hicieran cerrar los ojos a la responsabilidad social que tenía como artista una vez alcanzó el éxito, a diferencia de tantos y tantos otros en su misma situación.

Ya durante su época como beatle, Lennon había expresado su inconformismo con la sociedad que le rodeaba, pero fue el enamorarse de la artista conceptual Yoko Ono lo que actuó como catalizador de toda su rabia contra el sistema. Yoko le proporcionó la suficiente valentía como para romper con su pasado de estrella del rock y reencontrarse consigo mismo. A partir de entonces, ambos protagonizarían la aventura un poco loca de querer cambiar el mundo a través de la música, el arte y la provocación fruto de la suma de sus grandes talentos. Por poner un ejemplo, un día dieron una rueda de prensa ocultos por una sábana con el fin de reivindicar la igualdad de los seres humanos, independientemente de su raza, su sexo, o su aspecto físico.

Yoko y John querían cambiar el mundo a través de la música, el arte y la provocación

Vietnam y la lucha por los derechos civiles eran por aquel entonces los temas políticos más candentes. La juventud era apaleada por protestar contra una guerra promovida por un gobierno que estaba matando a millones de personas en un país que luchaba por su independencia. La palabra “revolución” estaba en el aire y ése fue precisamente el título de la primera canción de los Beatles que hablaba abiertamente de política y que fue grabada poco tiempo después del asesinato de Martin Luther King y de la muerte de Brian Epstein, manager del grupo, que siempre se había negado a que los Beatles se metieran en política. La participación de Yoko Ono en el proceso de grabación de “Revolution” provocó la primera crisis del grupo y, finalmente, conduciría a su disolución dos años más tarde.

Pero aunque tanto Yoko Ono como John Lennon se declararan abiertamente revolucionarios, ello no quiere decir que renunciaran a su pacifismo militante. Es más, estaban lejos de creer que ambas cosas fueran incompatibles y decidieron utilizar su imagen pública para promover la causa de la paz. La foto de ambos en la cama durante su luna de miel con un cartel detrás de ellos que decía “Bed Peace” dio la vuelta al mundo y se convirtió en un poderoso icono que atrajo la atención de millones de personas sobre la guerra de Vietnam. Ono y Lennon estaban diciendo a sus fans que su imagen de estrellas del espectáculo no era lo realmente importante, que lo realmente importante era acabar con la guerra.

Para que el lector se haga una idea de lo que supuso la agresión norteamericana en Vietnam citaré unos fragmentos de la obra del historiador Howard Zinn, “La otra historia de los Estados Unidos”:

«Grandes zonas de Vietnam del Sur fueron declaradas «zonas de fuego libre». Significaba que se consideraba enemigos a todas las personas que se quedaban en ellas: civiles, ancianos y niños, y que se lanzaban bombas a discreción. Las aldeas que estaban bajo sospecha de dar cobijo al Viet Cong eran sometidas a misiones de «búsqueda y destrucción«: se mataba a los aldeanos en edad militar, se quemaban las casas y las mujeres, los niños y los ancianos eran enviados a campos de refugiados.

«La CIA, en un programa llamado Operación Fénix, ejecutó -en secreto y sin juicio- a por lo menos veinte mil civiles en Vietnam del Sur, por ser sospechosos de ser miembros del movimiento comunista clandestino.

(«) Al acabar la guerra se habían lanzado 7 millones de toneladas de bombas sobre Vietnam, Laos y Camboya: más del doble de las bombas lanzadas sobre Europa y Asia en la II Guerra Mundial.»

Fue en este contexto de muerte y destrucción en masa que Lennon compuso la canción que llegaría a ser el himno oficial de las protestas contra la guerra, «Give Peace a Chance», que fue coreada por un cuarto de millón de manifestantes contra la Guerra de Vietnam el 15 de octubre de 1969, en Washington.

Lennon era demasiado peligroso por su enorme influencia entre la juventud norteamericana

A su llegada a New York, en 1971, Yoko Ono y John Lennon se hacen amigos de Jerry Rubin, de Abbie Hoffman y de Bobby Seale, éste último presidente y fundador de los Panteras Negras. Todos ellos formaban parte de los «8 de Chicago», que fueron detenidos y juzgados por encabezar las protestas que miles de personas realizaron contra la guerra de Vietnam durante la celebración de la Convención Nacional del Partido Demócrata en esa ciudad, en 1968. Durante cinco días, cientos de manifestantes fueron golpeados y atacados por la policía con gases lacrimógenos. Su amistad con Bobby Seale, condujo a Lennon a financiar a los Panteras Negras, lo cual iba mucho más allá de escribir bellísimos himnos de paz y amor como «Imagine». Suponía convertirse en un verdadero activista político, en un enemigo declarado del stablishment. Había dado un paso decisivo que iba a conducirle a ser tratado por el gobierno estadounidense como tal. Así que cuando el concierto que dio Lennon en favor de la liberación de Sinclair efectivamente consiguió su excarcelación gracias al carisma del ex-beatle, el gobierno se puso muy nervioso y decidió deshacerse de él a toda costa. Lennon era demasiado peligroso por su enorme influencia entre la juventud norteamericana en edad de votar y más teniendo en cuenta que el movimiento contra la guerra había decidido apostar fuerte por el voto joven como estrategia para salir de Vietnam. El plan era organizar una gira de conciertos y manifestaciones que persiguiera a Nixon durante su periplo electoral con el fin de tumbarlo en las elecciones presidenciales de 1972 y la figura de Lennon era clave en dicho plan.

No es de extrañar, pues, que el gobierno pusiera todo su empeño en deshacerse de Lennon y Yoko. Comenzaron a acosarlos, les seguían a todas partes, les pincharon el teléfono y amenazaron con deportarles, utilizando como excusa una condena por posesión de marihuana que Lennon había afrontado en el Reino Unido años atrás.

La amenaza surtió efecto y aunque John y Yoko ganaron finalmente el juicio por deportación y consiguieron quedarse en el país, renunciaron a participar en la campaña contra Nixon por miedo a lo que pudiera pasarles. No debemos olvidar la larga lista de asesinatos políticos que tenía EEUU en su haber: Fred Hampton, Medgar Evers, George Jackson, Malcom X, Martin Luther King, etc., todos ellos culpables de querer cambiar las cosas, todos ellos asesinados por un gobierno demasiado acostumbrado a eliminar físicamente a sus disidentes. Es comprensible que el matrimonio Lennon no quisiera engrosar dicha lista.

Y sin embargo una bala conseguiría cruzarse en el camino de John Lennon a la edad de 40 años, poco después de que Ronald Reagan ganara las elecciones presidenciales. Un crimen que sigue produciendo rabia y consternación aunque hayan pasado 31 años desde entonces.

“Los EEUU contra John Lennon” tiene la virtud de completar la figura de un personaje público que durante décadas ha permanecido sesgada, al igual que la época en que vivió. Es una obra digna de figurar en nuestros “Favoritos” del género documental, altamente recomendable para todas aquellas personas que pensamos que la cultura es algo más que puro entretenimiento.

Oscar Martínez es licenciado en Historia Contemporánea, fotoperiodista y realizador de documentales, miembro fundador de la asociación cultural Roig y editor de la revista D’un roig encès.

Fuente:

www.sinpermiso.info, 18 de septiembre de 2011

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