El Socialista Centroamericano No 248.-
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HONDURAS.- La lucha democrática de la UNAH en la encrucijada
En los últimos tres años los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) han librado una importante batalla por democratizar esa Alma Mater, y derrotar las consecuencias de la Cuarta Reforma impuesta por el Congreso Nacional y cuya despiadada ofensiva privatizadora es personificada por la rectora Julieta Castellanos.
Los estudiantes han librado esta lucha democrática casi en soledad, puesto que los otros sectores de la comunidad universitaria, como docentes y trabajadores, no logran liberarse todavía del yugo impuesto por Julieta Castellanos. Incluso, la lucha estudiantil ha sido un baño de juventud y frescor ante la oleada reaccionaria que parece haberse apropiado de Honduras, y que se manifiesta en la desintegración social y en reeleccionismo del actual presidente Juan Orlando Hernández.
Esta lucha, después de altos y bajos, flujos y reflujos, parece haber llegado a una encrucijada. La lucha prolongada tiene un efecto desgastante entre los estudiantes. Actualmente la lucha es sostenida a duras penas por la vanguardia estudiantil. Parte de la estrategia de la rectora Castellanos para derrotar al Movimiento Estudiantil Universitario (MEU) ha sido la intransigencia, y el alargamiento del conflicto que provoca enormes gastos a los padres de familia y perdida del precioso tiempo de clases para los estudiantes.
En su oportunidad, criticamos el uso excesivo del método de la toma de edificios por parte del MEU, debido a que provocaba que el peso de la lucha recayera solamente en un destacamento de vanguardia, ocasionando un alejamiento gradual y paulatino de la masa estudiantil. Una lucha democrática tan importante, como la que se libra en la UNAH, requiere de la participación y movilización masiva de la mayoría de los estudiantes, porque en realidad, en el fondo, se está enfrentando al statu quo creado por el sistema bipartidista expresado en las diferentes leyes aprobadas en los últimos por el Congreso Nacional en relación al futuro de la UNAH.
La última de estas leyes fue la que desvirtuó el proyecto presentado por el MEU, cambiándolo en su totalidad, la que ha creado un interregno para elegir autoridades provisionales, esperando la reelección de JOH para continuar posteriormente con la educación pública en la UNAH.
El fragor de la lucha puede provocar emociones y reacciones que no siempre ayudan a mantener la frialdad estratégica que se requiere para triunfar. La toma prolongada de edificios, sin la participación de la mayoría de los estudiantes, fue una repuesta dura al endurecimiento de Julieta Castellanos, que volvió a utilizar el método predilecto de criminalizar la protesta estudiantil, iniciando nuevos procesos penales contra dirigentes del MEU.
La situación en la UNAH se ha tornado cada vez más compleja. El Congreso Nacional, como lo advertimos en su oportunidad, dio una estocada por la espalda a los estudiantes, creando una situación completamente desfavorable. Lo más trágico ha sido el deterioro del apoyo de los padres de familia a la lucha estudiantil, así como el repliegue de la mayoría de estudiantes a sus casas, es decir, a la desmovilización y la inamovilidad.
Habiendo conseguido su objetivo de separar a la vanguardia del MEU del conjunto de la masa estudiantil, Julieta Castellanos no ha descansado en continuar golpeando. El reciente y absurdo proceso penal abierto contra más de 15 dirigentes del MEU, pretende tener rehenes para obligar a detener la lucha a quienes todavía resisten. Cuando la situación es adversa, los discursos incendiarios no bastan, se requiere de la discusión y reflexión sobre los hechos que han provocado la desmovilización de la mayoría de los estudiantes, y que Julieta Castellanos y su equipo neoliberal tome la delantera y se coloque en una mejor posición de fuerzas, que anteriormente no tenía.
El MEU ha jugado un rol muy importante en esta lucha, nuestras criticas pretenden corregir algunos de los errores cometidos. Se avecinan batallas importantes, que han quedado relegadas, contra la derogación de las Normas Académicas, las elecciones estudiantiles y la conquista de los espacios en las estructuras de gobierno de la UNAH. Todavía es tiempo de reflexionar, volver a las asambleas generales de las Asociaciones, corregir los errores cometidos, fijar bien el rumbo, retomar la brújula, recuperar fuerzas y confianza para enfrentar los desafíos que se avecinan.