Acto en homenaje a Lumi Videla
Ahora al costado de la Embajada de Italia en el acto de memoria por Lumi Videla, dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR, torturada y asesinada por agentes del estado durante la dictadura cívico militar, y posteriormente arrojada al interior de la Embajada de Italia.
Palabras para Lumi Videla.
Si tuviésemos que recordar a Lumi Videla en un breve ejercicio de memoria, necesariamente tendríamos que hacerlo remontándonos a fines de los 60 y principios de los 70, cuando el país empezaba a vivir una época de promesas, pero también de amenazas.
En los sesenta siendo estudiante secundaria del liceo Darío Salas, su hermano Lautaro hace el siguiente retrato de ella: “En el liceo Darío Salas había una extensa actividad política de los jóvenes, teniendo 16 o 17 años egresa de la enseñanza media y ya en el año 66 la negra entra al MIR, ella por supuesto influyó, en mi propia decisión de ingresar al MIR, lo que ocurrió muy poco tiempo después”, “recuerda también que en esos tiempos junto a un primo que estudiaba en el mismo liceo, Lumi nos llevaba a las protestas de la época de la mano, en paralelo ya desde muy joven Lumi, se caracteriza por sus inquietudes intelectuales y por su liderazgo lo que le da un sitial muy pronto en su rol de militante y dirigente política”.
Conocimos a Lumi en aquellos intensos años del gobierno popular agitando formando y dirigiendo a los que llegábamos a la militancia, para nosotros jóvenes adolescentes su imagen, era la de una militante muy seria y compenetrada de su tarea, la que en aquel momento correspondía a la de encargada de la formación y educación política, se trataba de encauzar el crecimiento orgánico del MIR, y la influencia que desplegaba esta naciente organización entre jóvenes secundarios y universitarios, pobladores y campesinos, en esa tarea destacaban algunos intelectuales latinoamericanos que habían llegado al país como Ruy Mauro Marini, Lito Marín, Tomas Vasconi y otros.
Otros compañeros de la época la recuerdan siendo parte del trabajo territorial que el MIR desplegaba en la zona sur-oriente de Santiago en el cordón vicuña Mackenna el campamento nueva la Habana y en la estructura del MIR encargada de todo ese trabajo, el GPM-2.
Desde una perspectiva más humana es recordada por su amiga Mónica Kilmenman, como una persona de gran vitalidad, muy estudiosa y rigurosa en sus planteamientos, persuasiva, siempre tratando de llegar al fondo de las cosas, de allí su inquietud intelectual, las que canalizó posteriormente en sus estudios de filosofía y sociología, carrera inconclusa debido a sus responsabilidades ya como dirigente y miembro del comité central del MIR, a fines de los 60 y principios del 70.
Su amiga y compañera de partido María Emilia Marchi, compartió con ella en diferentes momentos, la recuerda como una amiga leal, comprometida y de gran liderazgo, también como una madre abnegada y cariñosa, siempre muy enamorada de su compañero de vida Sergio Pérez Molina, también dirigente del MIR, detenido-desaparecido hasta hoy, María Emilia, la recuerda también porque juntas compartieron el ser madres, los cumpleaños de sus hijos, Dago y Begoña de la misma edad, los paseos y excursiones a los alrededores de Santiago, sus visitas a la cárcel a visitar a su compañero Sergio, detenido en el marco de la represión al MIR, en los años que fue perseguido durante el gobierno de Frei Montalva. Los recuerdos de María Emilia también nos llevan a los duros años después del golpe de estado, en que Lumi había cambiado totalmente su aspecto, convirtiéndose en una elegante y atractiva mujer, para representar a un personaje muy distinto a la joven revolucionaria de los años anteriores.
El golpe de estado encuentra a Lumi, responsable de la estructura nacional de organización del MIR, Lautaro, su hermano recuerda que entre el 17 y el 20 de septiembre de 1974, Lumi lo visita en Valparaíso, donde el cumplía tareas de dirección en el comité regional de esa ciudad, recuerda que ella viajó a visitarlo para tener un respiro después de un año en la clandestinidad, en que había vivido duros momentos de riesgos y persecución por el acoso represivo que vivía el MIR, en su caso, muy expuesta por el cerco a la dirigencia encabezada por Miguel Enríquez. El último recuerdo que Lautaro hace de su hermana, es viéndola alejarse bajando la calle en dirección al plano, sin mirar atrás, será la última que la vea.
Al momento de caer en manos de la DINA, Lumi habitaba sola su casa de seguridad, su detención se produce a los pocos días de su llegada a Santiago cuando salía a cumplir con sus actividades. En esas circunstancias es reconocida en un paradero por agentes que vigilaban el sector, quien identifica a Lumi en ese lugar es Marcia Merino, la flaca Alejandra, quien para ese entonces colaboraba con la DINA. A los pocos días en la misma casa que había compartido con su compañero Sergio Pérez, este es detenido, cuando sin tener noticias de ella por varios días, llega hasta allí.
El asesinato de Lumi, es tal vez, uno de los actos más macabros cometidos por los agentes de la dictadura, es un plan siniestro que busca crear efectos políticos y psicológicos, pues cuenta con el apoyo mediático de la única prensa permitida en la época, la prensa mercurial, el crimen de Lumi se presentó como un ajuste de cuentas de “extremistas” en medio de una orgía al interior de la embajada de Italia, en aquel momento colmada de asilados. Este crimen, buscaba también crear un conflicto diplomático con Italia, país que se había comprometido desde el primer día después del golpe de estado a ayudar y proteger dando asilo a los perseguidos de la dictadura.
Hoy se sabe que los agentes involucrados en su asesinato tienen nombres y rostros ellos son: los coroneles Cristopher Willique y Francisco Ferrer Lima, el teniente Fernando Laureani, el capitán Miguel Krassnoff, y el coronel Marcelo Morén Brito. Unos como autores directos, otros como torturadores y otros como encubridores.
En sus funerales el año 2004, 30 años después de su asesinato, Nelson Gutiérrez, la recordaría con estas palabras. “Querida Lumi: Hoy ingresarás al Memorial. Allí podrás retomar antiguas y nuevas conversaciones con muchos que entraron ya en la historia, podrás seguir urdiendo nuevos sueños de emancipación y esperanza, explorando caminos y estrategias para retomar la tarea de dar forma a ese proyecto, a esa utopía inacabada de la humanidad; inventar el socialismo y el comunismo. En todos esos esfuerzos, encontrarás a viejos y nuevos compañeros, que siguen en el quehacer cotidiano abriendo senderos para que la vida continúe, para mostrar que hay otros mundos posibles, para retomar el deseo y la alegría de vivir de los 60, para reinstalar la pasión por la cooperación y la solidaridad, para recordar que aún está pendiente la construcción de la especie humana, como especie social”.
Werken Rojo 4 de noviembre de 2018
https://www.youtube.com/watch?v=By3cX1gad_I
Homenaje del Conjunto Acalanto, desde Montréal, Québec, a Lumi Videla