Por Chris Hedges* – Voces del Mundo
Chris Hedges:
Cuando se escriba la historia del genocidio en Gaza, una de las defensoras más valientes y francas de la justicia y el cumplimiento del derecho internacional será Francesca Albanese, relatora especial sobre los derechos humanos en los territorios palestinos. Albanese, una jurista italiana, ocupa dicho cargo desde 2022. Su oficina tiene la tarea de supervisar e informar sobre las «violaciones de los derechos humanos» que Israel comete contra los palestinos en Cisjordania y Gaza.
Albanese, que recibe amenazas de muerte y soporta campañas de desprestigio bien orquestadas dirigidas por Israel y sus aliados, busca valientemente que aquellos que apoyan y sostienen el genocidio rindan cuentas. Critica duramente lo que ella denomina «la corrupción moral y política del mundo» ante el genocidio. Su oficina ha publicado informes detallados que documentan los crímenes de guerra cometidos por Israel en Gaza y Cisjordania, uno de los cuales, Genocide as Colonial Erasure (El genocidio como borrado colonial), he reimpreso como apéndice en mi último libro, A Genocide Foretold (Un genocidio anunciado). Actualmente está trabajando en un nuevo informe que revela qué bancos, fondos de pensiones, empresas tecnológicas y universidades están ayudando y colaborando con las violaciones del derecho internacional, los derechos humanos y los crímenes de guerra cometidos por Israel. Ha informado a organizaciones privadas de que son «penalmente responsables» por ayudar a Israel a llevar a cabo el «genocidio» en Gaza. Anunció que, si como se ha informado, el exministro de Asuntos Exteriores británico David Cameron amenazó con retirar la financiación y retirarse de la Corte Penal Internacional (CPI) si esta emitía órdenes de detención contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Yoav Gallant, Cameron y el ex primer ministro británico Rishi Sunak podrían ser acusados de un delito penal en virtud del Estatuto de Roma. El Estatuto de Roma tipifica como delito a quienes tratan de impedir que se juzguen los crímenes de guerra. Ha exigido que los altos funcionarios de la UE se enfrenten a cargos de complicidad o crímenes de guerra por su apoyo al genocidio, afirmando que sus acciones no pueden quedar impunes. Fue una defensora de la flotilla Madleen, que trató de romper el bloqueo de Gaza y entregar ayuda humanitaria, y escribió que el barco, interceptado por Israel, no sólo transportaba suministros, sino también un mensaje de humanidad.
Para hablar sobre el genocidio en Gaza y la falta de intervención o de cumplimiento del derecho internacional por parte de los gobiernos occidentales, me acompaña Francesca Albanese.
Veamos cuál es la situación en Gaza. Totalmente espantosa. No podemos edulcorarla, especialmente desde el 2 de marzo.
Francesca Albanese:
Sí, Chris. En primer lugar, gracias por invitarme. Es un placer.
Mira, la situación en Gaza se ha deteriorado tanto, es tan horrible, que ya no tengo palabras para describirla. Recuerdo que fue el año pasado cuando recibí los primeros informes sobre casos de inanición, principalmente en el norte de Gaza, que, por cierto, está completamente aislado, por lo que se escapa a nuestra comprensión lo que allí está sucediendo.
En cierto sentido, la miseria que vemos está en el sur de Gaza. El norte está completamente oculto. Pero cuando recibí los primeros informes sobre la hambruna, recuerdo que la gente de Gaza decía que nos estábamos convirtiendo en monstruos.
Y esto es algo que oigo cada vez más a la gente. El hambre es tan grande, está tan extendida, es tan profunda, que está convirtiendo a la gente en una especie de prehumanidad, y esto es lo que pasa con las personas que sufren esa brutalidad. Se ven obligados, se ven empujados a un espacio anterior a la civilización, y tenemos que pensar que esto es estratégico, que es intencionado por parte de Israel, por lo que constituye una mancha para todos nosotros.
¿Cómo podemos permitir que esto suceda? ¿Por qué los Estados europeos, por qué los Estados árabes aún no han enviado sus armadas para romper el bloqueo? Hay que hacerlo. Es una obligación, no es un acto de caridad. Deben romper el asedio. Y ya es demasiado tarde, ¿sabes? Esa es la situación en Gaza, de total devastación.
Chris Hedges:
Ese es el tipo de acción de la flotilla en la que iba Greta Thunberg, por supuesto que no iban a conseguir pasar, pero fue un acto de denuncia en cierto modo, un acto de conciencia, sin duda un acto de valentía. Tu voz ha sido una de las que se ha mantenido firme desde que comenzó el genocidio. Y, sin embargo, al mismo tiempo, creo que muchos de los que nos pronunciamos contra el genocidio tenemos que aceptar que no hemos podido salvar ni una sola vida y, aun así, debemos seguir hablando.
Francesca Albanese:
Sí, mira, a menudo me pregunto: ¿para qué sirve? Porque, de nuevo, me siento muy preocupada en cierto modo. No dejo de hablar de Gaza, de Cisjordania, de los palestinos. Porque creo que, como muchos, ahora mismo llevo una herida. Es algo que no hubiera querido nunca volver a ver.
También pertenezco a una generación que fue testigo del genocidio de Ruanda, que leyó sobre el genocidio de Ruanda. Tengo recuerdos vívidos del genocidio de Bosnia y Herzegovina, y ver cómo se producía el genocidio de los palestinos a cámara lenta, y ser la cronista de ese genocidio me ha herido de forma irreparable, pero no pasa nada.
Mi única forma de sanar es asegurarme de que la gente despierte y se dé cuenta de que esto lleva las huellas de todos nosotros. Y cuando digo eso, no lo uso de forma adverbial, es algo real. Porque cuando ves los beneficios que las empresas registradas en países occidentales y otros están obteniendo del genocidio de los palestinos, pierdes la esperanza en la humanidad para siempre.
Y es cierto que no hemos logrado salvar vidas, pero no lo sabemos. No lo sabemos, Chris, porque creo que, si se hubiera dejado vía libre a Israel, ya habría limpiado Gaza de palestinos, mientras que, de hecho, al denunciar lo que está haciendo Israel, estamos contribuyendo a que Palestina no desaparezca de los mapas.
Porque, en cierto modo, dentro de mí tengo la sensación de que el holocausto de los palestinos en Gaza continuará, continuará, realmente continuará, a menos que haya un embargo de armas y a menos que se rompa el bloqueo, es decir, el asedio, y eso no puede suceder sin medidas coercitivas. La única manera de proteger a Israel, de garantizar que Israel esté protegido, es deteniendo a Israel. Israel es pernicioso para los palestinos, para la región, es pernicioso para muchos de nosotros y es pernicioso para sí mismo y para sus ciudadanos.
Esto es algo que los israelíes deben comprender. Ninguno de los que trabajamos por los derechos humanos y la justicia tenemos nada… Personalmente, siento mucho dolor por los propios israelíes, porque creo que deben estar tan traumatizados que han perdido su humanidad. Y sólo se me ocurre una forma enorme de sanación tanto para los palestinos como para los israelíes.
Pero, de nuevo, no sé, seguramente que no hemos salvado vidas, pero hemos contribuido a mostrar la verdadera cara del apartheid de Israel.
Chris Hedges:
Cuando hablas de medidas coercitivas, yo cubrí la retirada de las fuerzas iraquíes del norte de Iraq cuando estaban llevando a cabo una campaña genocida contra los kurdos, y las fuerzas de la OTAN establecieron una zona de exclusión aérea. Las fuerzas iraquíes tuvieron que retirarse por lo que estaba sucediendo con los kurdos. No se puede comparar, en definitiva, con lo que está sucediéndole a los palestinos en Gaza. Pero en aquel momento estaba claro que sólo las medidas coercitivas salvarían a los kurdos. Y tú señalas acertadamente que eso es exactamente lo que nos ocurre ahora con los palestinos. Que, sin medidas coercitivas, y que tienen que ser impuestas desde fuera, la campaña de genocidio y probablemente de desplazamiento de Israel no se detendrá.
Francesca Albanese:
Por supuesto. Y lo que me sorprende es que cuando hablo con los Estados miembros, incluso con los más ilustrados, por así decirlo, a nivel mundial, me refiero a Occidente, a lo que yo llamo la minoría mundial, dada nuestra irrelevancia territorial en este mundo, pero incluso cuando hablas con Estados miembros que parecen tener una posición ilustrada y orientada a los derechos humanos sobre Palestina, cuando les hago mis recomendaciones, me dicen: «Oh, ¿pero realmente esperas que boicoteemos a Israel?».
Bueno, ustedes son un Estado, no les corresponde a ustedes boicotear. Pero tienen la obligación de no ayudar, de no asistir, de no comerciar con Israel, de no enviar armas, de no comprar armas, de no proporcionar tecnología militar, de no comprar tecnología militar. No les estoy pidiendo un acto de caridad. Es su obligación.
Y esta indiferencia que muestran los Estados miembros, incluso los que parecen más fieles a los principios, frente al incumplimiento del derecho internacional, porque esto es lo que hacen con gran indiferencia, es violar el derecho internacional de principio a fin.
Y lo único que se les ocurre es: «¿Creéis que realmente vamos a aislar a Israel?». Sí, sí, el hecho de que realmente les cueste aceptar la idea es una medida de lo lejos que estamos de la solución del problema.
Chris Hedges:
¿Qué opinas? Me refiero al hambre y a que más de medio millón de palestinos estén ahora al borde de la inanición. Y luego está todo el tema del agua. No hay agua potable. Y luego, por supuesto, los suministros médicos o la ayuda humanitaria o cualquier otra cosa, el 90% de los palestinos viven en tiendas de campaña o al aire libre. ¿A dónde nos lleva esto?
Están atrayendo a los palestinos hacia el sur como ratones a una trampa con esos centros de ayuda… y nadie cree que esos centros de ayuda o la cantidad de comida, la mísera cantidad de comida, no sean otra cosa más que un cebo para, en esencia, apiñar a los palestinos en recintos vigilados en el sur. Y, por supuesto, están disparando a docenas de palestinos al día en su desesperación por conseguir algo de comer.
¿Van a empujarlos hacia el Sinaí? ¿Tienes alguna idea de hacia dónde va a ir esto?
Francesca Albanese:
No tengo una idea precisa, salvo que sé que a Israel le parecería bien cualquier solución que saque ahora a los palestinos de la Franja de Gaza y luego de Cisjordania y probablemente de Israel. Estas son las tres etapas de la limpieza étnica planificada de la Palestina histórica, porque tu audiencia nunca debe olvidar que Israel es un Estado que se creó dentro de Palestina.
Estamos hablando de la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, de los pequeños pedazos de tierra que les quedan. E incluso allí, a los palestinos no se les permite disfrutar libremente del derecho a la autodeterminación, de existir como pueblo. Israel persigue esto. Israel no quiere a los palestinos en su camino. Esta es la verdadera victoria. Porque el 80% de la población apoya al Gobierno en el mantenimiento de este nivel de violencia hacia los palestinos, especialmente hacia los de Gaza, que se mueren de hambre mientras hablamos, a quienes no les queda en la vida nada más que su dignidad y unas pocas cosas y amores. La única victoria para este Gobierno, que representa a una gran parte de la sociedad israelí, es deshacerse de los palestinos.
Por supuesto, no importa si es en el Sinaí o en el Congo, están rogando a todos los países que acojan a los palestinos. Y el problema es que nadie puede hacerlo a menos que se vea obligado, a menos que los palestinos pidan y supliquen que los salven. Esto es muy cruel y es lo que está ocurriendo.
Pero los palestinos aún no lo han hecho. Eyal Weizman, de Forensic Architecture, tiene una visión muy interesante tras haber estudiado otros genocidios, como el genocidio alemán de los pueblos nama y herero en Namibia, y dice que Israel está siguiendo esa forma de confinar a la gente en un lugar donde no puedan sobrevivir por sí mismos.
Es como un campo de concentración. Es como depender completamente de una mano que te da, que te reparte algo, pero eso no es sostenible y todo lo demás está siendo destruido. Gaza no podrá volver a ser lo que era debido al daño medioambiental, a la contaminación, a todo lo que Gaza es hoy en día. Pero no importa. Si hay un lugar al que los palestinos de Gaza se trasladarán es a Israel.
Esta es la oportunidad de permitir que los palestinos regresen a su patria original. Y entiendo que esto es un gran shock, que es un gran shock para los israelíes, pero tarde o temprano se habrían enfrentado a esto. Viven como muchos otros, como otras sociedades colonizadoras. Lo siento, pero viven en tierras robadas.
Y no pueden, al igual que los estadounidenses que no son nativos americanos y los australianos que no son aborígenes, están viviendo en tierras robadas. Y la única redención que pueden tener en esta vida es arreglar, corregir los errores del pasado. Así que esto es lo que deberían hacer los israelíes con conciencia.
Chris Hedges:
Quiero hablar sobre el borrado. Israel no sólo está borrando físicamente Palestina, sino que ha atacado sus universidades, sus museos, sus centros culturales. Ha borrado físicamente o asesinado, mediante asesinatos selectivos, a su clase intelectual, a sus escritores, a sus poetas, a más de 200 periodistas, a sus médicos.
Quiero que hables de las intensas campañas que han montado contra ti el AIPAC y el lobby israelí, no sólo, creo, porque eres franca, sino porque tus informes dificultan que Israel borre lo que ha hecho y borre lo que está sucediendo, que es lo que todos los asesinos genocidas intentan hacer.
Francesca Albanese:
A menudo digo que los ataques contra mí son emblemáticos de varios aspectos de esta lucha. Por un lado, lo que me pasa no es único en el sentido de que ser acusada de ser pro-Hamas, proterrorista, antisemita, es la letanía de falsedades a la que se han tenido que enfrentar todos, desde el Papa hasta el secretario general, pasando por académicos, activistas, periodistas, cualquiera con un mínimo de decencia que se haya atrevido a denunciar la abominable realidad en Palestina.
Así que lo que me ha vuelto a pasar no es único. Lo que creo que es único es la implacabilidad de los ataques y cómo siguen creciendo porque yo no me rindo. Creo que es porque cuanto más me amenazan, más digo: «A ver cómo puedo hacer mejor mi trabajo», porque no se trata de… Yo los llamo perros ladradores.
Son realmente perros ladradores y no importan, su objetivo es distraerme y no lo conseguirán porque los conozco, los entiendo y porque digo a menudo que procedo de un lugar plagado de mafia. No sabes de cuántas cosas me he dado cuenta en los últimos meses, también sobre mí misma…
¿Por qué soy así? ¿Por qué no me dan miedo? ¿Por qué cada vez que enciendo mi coche tengo miedo? Por supuesto, hay veces en las que no abro la puerta pensando: «Dios mío, ¿quién habrá detrás?». Pero por eso vivo mi vida de una manera que está llena de significado. Amo a mi familia. Amo a mis hijos. Amo a mi marido. Amo a mis amigos. Amo a mis compañeros de trabajo, y eso es lo que valoro y aprecio cada día, y cada día, cuando consigo acostarme y dormir, no tengo remordimientos porque estoy haciendo lo que todo el mundo debería hacer.
Así que, por un lado, si yo fuera alguien de Gaza o de otros lugares de Palestina, pero incluso uno de los muchos israelíes con los que interactúo constantemente -y me siento desesperada, devastada por lo que se está haciendo en su nombre-; si yo fuera una de estas personas, me encantaría tener, me gustaría tener a alguien que los entendiera, que los escuchara y que atara cabos. Esto es lo que molesta enormemente a mis detractores. El hecho de que, por un lado, no logran callarme, sino todo lo contrario, cada intento de golpearme se convierte en una tormenta en su contra. No importa de dónde vengan, no importa quiénes sean, siempre se convierte en más apoyos hacia mí. Por eso, cuando la gente me pregunta: ¿Cómo te sientes al ser tan odiada? ¿Por quién?
¿Por ese grupo de secuaces y charlatanes que defienden el genocidio? ¿A quién le importa? ¿A quién le importa? Pero hay todo un mundo que está en crisis y, de alguna manera, tengo la posibilidad de ser escuchada, lo cual es un gran privilegio para mí. Y porque sé lo falaz que puede ser el ser humano, perdón, sí, la naturaleza humana, mi ancla sigue siendo el derecho internacional, interpretándolo lo mejor que puedo, porque es universal. Se aplica a todos nosotros. Es para todos nosotros. Así que no estoy aportando mis preceptos ni mi ideología. Estoy aportando algo que nos pertenece a todos. Y lo que molesta a los detractores es que utilizo la solidez de los hechos y la ley para decirles quiénes son, para ponerlos frente a un espejo, y no es que no les guste yo, sino que les desagrada la imagen que a través de mí obtienen de sí mismos como genocidas o partidarios de un genocidio.
Chris Hedges:
¿En qué medida ha cambiado esto a la comunidad internacional? Y me refiero, en particular, al Sur Global, que sufrió su propio Holocausto. Has mencionado a los herero y los namakwa, pero también están los armenios, los kenianos bajo el colonialismo británico, los indios, especialmente la hambruna de Bengala de 1943, en la que murieron tres millones de indios.
Y estos holocaustos no son reconocidos por sus perpetradores. Aimé Césaire, en su obra Discurso sobre el colonialismo, afirma que la razón por la que el holocausto perpetrado por los nazis contra los judíos tuvo tanta repercusión fue porque las tácticas empleadas, y estas son sus palabras, contra los culíes en la India, los negros en África y los argelinos por parte de los franceses en Argelia, simplemente se volvieron contra otros europeos blancos.
Y, por supuesto, ha sido el Sur Global, liderado por Sudáfrica, el que se ha levantado para intentar imponer el Estado de derecho a Israel en relación con el genocidio. Pero ¿está esto reconfigurando la comunidad global?
Francesca Albanese:
Creo que sí. Creo que sí. No tan rápido como requeriría poner fin del genocidio, pero sí. Veo diferentes tendencias. En primer lugar, como bien dices, hay un consenso en torno a ciertas cuestiones básicas. Nunca había oído a tanta gente hablar el lenguaje del derecho internacional.
En serio, como abogada, como abogada de los derechos humanos, si tuviera la oportunidad de no mirar el genocidio por un momento, sentiría que la misión de los derechos humanos está en cierto modo cumplida, porque la gente es consciente y lo es a través de una lente común que permite a muchos, realmente, desde África hasta Asia, pasando por las minorías globales y otros lugares, mirar a Palestina y reconocerlos.
Hay algunos puntos en común. La gente habla el lenguaje de los derechos humanos. Es fenomenal, ¿verdad? También hay otro aspecto del despertar, y es que nunca había oído a tanta gente conectar los puntos entre el pasado y el presente, y entre el pasado colonial y el presente.
No sé si estás de acuerdo conmigo, pero al menos yo percibo que hay una conciencia global de algo que durante mucho tiempo ha sido una prerrogativa, una prerrogativa dolorosa de la mayoría global, el Sur Global, es decir, la conciencia del dolor y las heridas del colonialismo.
Israel, como frontera colonial de asentamientos, una frontera colonial de colonos occidentales, está dando la oportunidad de comprender qué es el colonialismo de asentamientos y qué es lo que ha hecho. La tercera cosa es que el despertar está llegando al unir los puntos. Y tendremos oportunidad de hablar una vez que salga mi informe.
Pero sigo diciendo dos cosas mientras me preparo para revelar lo que he descubierto a través de los hallazgos de los últimos seis meses de investigación: que el genocidio en Gaza no ha cesado porque es lucrativo, es rentable para demasiadas personas. Es un negocio. Hay gente que ha explotado, quiero decir que hay entidades corporativas, incluso de Estados amigos de Palestina, que durante décadas han hecho negocios y han obtenido beneficios de la economía de la ocupación, porque Israel siempre ha explotado la tierra, los recursos palestinos y la vida palestina.
Pero quiero decir que los beneficios han continuado e incluso han aumentado a medida que la economía de la ocupación se ha transformado en una economía del genocidio. Y, de nuevo, la gente tiene que entender que, sencillamente, y lo digo con mucho dolor, y no pretendo faltar al respeto a los palestinos, que los han utilizado de conejillos de indias a su pesar como campo de entrenamiento ilimitado para probar tecnologías, probar armas, probar técnicas de vigilancia que ahora se están utilizando contra personas de todo el mundo, desde el Sur Global hasta el Norte Global.
Mira lo que está sucediendo en Estados Unidos o Alemania. Nos espían. Mira el uso de los drones y de la biometría. Todo esto ha afectado principalmente a los palestinos. Así que creo que existe un vínculo entre el capitalismo desenfrenado, descontrolado y sin límites, que ha sido un capitalismo racial colonial también para los palestinos, que es también perjudicial para todos nosotros.
Entonces, ¿cómo responder a esto? Veo un movimiento, veo una revolución gestándose, la llamo la revolución sandía y está ahí. Hay jóvenes, trabajadores, judíos antisionistas o judíos que no se reconocen como antisionistas, pero que no quieren tener nada que ver con los crímenes de Israel y no quieren que se les atribuya su responsabilidad.
Así que existe este movimiento y, a nivel de países, veo, por ejemplo, el Grupo de La Haya, que es una coalición formada principalmente por países del Sur Global, y no debería ser sólo así. Por eso he apoyado, he sostenido y he elogiado a estos países, y hago un llamamiento a otros Estados de Asia, África y, especialmente, Occidente, para que se unan al Grupo de La Haya, que dice: «Empecemos por dar algunos pasos modestos, algunos pasos mínimos para cumplir con el derecho internacional».
No a la impunidad, no al amparo de Israel y no a las armas para Israel. Es algo realmente básico, pero ahí es donde estamos. Pequeños pasos.
Chris Hedges:
¿Puedes hablar en este informe que se va a publicar de algunas de las empresas globales y de cómo se están beneficiando del genocidio?
Francesca Albanese:
No podré decirte mucho porque el informe todavía está bajo embargo. Pero decidí enumerar unas 50 entidades corporativas, desde fabricantes de armas hasta grandes empresas tecnológicas, pasando por empresas que suministran materiales de construcción o extraen materiales de construcción del territorio palestino ocupado, la industria turística, bienes y servicios, y la cadena de suministros.
Y estos son también los dos sectores principales del desplazamiento y de sustitución de los palestinos. Además, hay una red de facilitadores como aseguradoras, fondos de pensiones, fondos de inversión, bancos, universidades y organizaciones benéficas. Todo un ecosistema que sustenta esta ilegalidad.
Ya sabes, el sector privado tiende a escapar al escrutinio, son muy inteligentes. Y, de hecho, el sector privado ha sido históricamente uno de los impulsores del colonialismo de asentamientos. Durante el siglo XVII, por ejemplo, piensa en las Compañías de las Indias. Partían de los Países Bajos, de los puertos holandeses, para llegar y colonizar las Indias Occidentales o el sudeste asiático. Quiero decir, ¿por qué? ¿Por qué? ¿Por qué razón? Y esto ha sucedido.
Pero también hay casos en los que las empresas o entidades privadas no fueron los impulsores, sino los facilitadores que proporcionaron herramientas y fondos para las empresas coloniales que luego les reportaron beneficios. Y es por eso por lo que las grandes empresas y los intereses corporativos han ayudado a moldear la ley de forma que les ha permitido escapar al escrutinio.
No es nuevo que las empresas se hayan beneficiado de los genocidios, pero pensemos en lo que ocurrió durante el Holocausto. Los juicios a los industriales del Holocausto ayudaron a comprender cómo las empresas hicieron negocios con la tragedia de millones de judíos.
Y es impactante ver que algunas de las empresas que fueron consideradas responsables en los juicios a los industriales del Holocausto siguen participando en el genocidio de los palestinos. Y luego está la experiencia de Sudáfrica después de que la Comisión de la Verdad y la Reconciliación concluyera su trabajo. Algunas empresas fueron condenadas a pagar indemnizaciones. Así que ha habido momentos históricos que han impulsado una mayor regulación de esas empresas.
Por ejemplo, los principios rectores de la ONU que imponen la debida diligencia a las empresas son el resultado de la experiencia de Sudáfrica. Y, sin embargo, no es suficiente. Definitivamente no es suficiente, porque las empresas siguen operando en las zonas grises de la responsabilidad estatal.
Por ejemplo, envié una notificación a 48 empresas y la respuesta fue: Sí, pero no es culpa nuestra, es culpa de Israel. Sí, no les corresponde a ustedes decirnos lo que debemos hacer, sino a los Estados. No, lo siento. Hoy en día, la ocupación es ilegal. Israel ha sido advertido y está siendo investigado directa o indirectamente en al menos tres procedimientos por genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra. Y no se puede seguir actuando como siempre.
Y si lo haces, tendrás que enfrentarte a la justicia. Probablemente la tormenta que ayudaré a desatar contra ellos sea asegurarme de que la sociedad civil y los abogados de todos los países en los que están registrados estos negocios se mantengan activos, y también de que los consumidores sepan que pueden votar, que pueden intervenir. Deben saber, por ejemplo, que hay empresas turísticas que asesoran sobre propiedades en los asentamientos. Deberías ver, por ejemplo, cómo agentes inmobiliarios venden bonitos barrios de habla inglesa en el corazón de Judea y Samaria.
Eso es la normalización de la ocupación por parte de una camarilla, pero vas a ser castigado por ello. Quizá no en los tribunales, pero seguro que vas a perder muchos clientes cuando sepan lo que haces.
Chris Hedges:
Terminemos hablando de los organismos internacionales, la CPI, las Naciones Unidas. Sin duda, han dado un paso al frente y se han pronunciado en contra del genocidio, han intentado responsabilizar a Israel por el genocidio, pero no tienen ningún mecanismo de aplicación. ¿Cómo ves a estas organizaciones internacionales y el papel que han desempeñado en el genocidio?
Francesca Albanese:
Mira, no estoy totalmente de acuerdo con el argumento de que no hay mecanismos de aplicación. Hay mecanismos de aplicación, que son los Estados miembros. Los Estados miembros tienen la obligación de hacer cumplir la decisión de la CIJ. Incluso está el Consejo de Seguridad. El año pasado, el Consejo de Seguridad aprobó una resolución en la que ordenaba un alto el fuego en Gaza, que no se respetó. Hoy en día no se aplica nada de lo que se piensa, de lo que se concibe para poner límite a la impunidad de Israel.
Y, en cierto modo, sí, estoy de acuerdo con lo que decías antes. En cierto modo se ve a Israel como parte del colonialismo occidental. Se ve como parte de la confrontación occidental con el resto del mundo, lo cual es francamente vergonzoso. No deberíamos estar aquí, todavía aquí, con esta forma racial, esta óptica racial, esta forma racializada de mirarnos los unos a los otros.
Somos parte de la misma familia. Eso es lo que significa la humanidad. No importa el color de tu piel, no importa el Dios al que adoras o no, no importa. Es lo que nos hace humanos y si somos tan crueles entre todos los animales, entre todas las criaturas de este mundo, es porque realmente hemos erigido muchas barreras y tenemos que eliminarlas.
Ahora es la oportunidad. No sé si necesitamos otro genocidio, pero este genocidio está desencadenando algo más, Chris. ¿Ves la guerra en Irán? ¿La guerra contra Irán? Era totalmente predecible. Era totalmente predecible porque Israel lleva décadas sembrando guerras en la región. Primero fue Iraq, después han sido otros países, Libia y Siria también han quedado devastados. Es cierto que no se puede culpar a Israel de todo. Aunque Israel se ha beneficiado sin duda de la aniquilación de todos sus adversarios en la región. Y ahora Irán, bombardear Irán era el objetivo a largo plazo de varios gobiernos israelíes y finalmente lo han conseguido.
¿Qué ganan los israelíes con esto, en serio? ¿Con la muerte de vidas inocentes, ya sean iraníes o israelíes? Por eso digo que esto tiene que acabar. Y la posibilidad de aplicación está ahí, pero corresponde a los Estados miembros. Bueno, los Estados miembros siguen, ya sabes, dando largas al asunto y esperando que intervenga un deus ex machina, ya sea la Unión Europea en su conjunto o las Naciones Unidas en su conjunto. ¡No!
Empieza por los principales Estados miembros y por eso, una vez más, elogio tanto al Grupo de La Haya, porque no actúan como una organización regional o transregional, sino como una coalición de Estados con ideas afines y principios.
Chris Hedges:
Genial. Gracias, Francesca. Y quiero dar las gracias a Diego [Ramos], Víctor [Padilla], Sofía [Menemenlis], Thomas [Hedges] y Max [Jones], que han producido el programa. Pueden encontrarme en ChrisHedges.Substack.com.
*Chris Hedges es un escritor y periodista que ganó el Premio Pulitzer en 2002. Fue corresponsal en el extranjero durante quince años para The New York Times.
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