por Rómulo Pardo Silva
La actual administración estadounidense en vista de la debilidad de su economía productiva y el déficit de la balanza de pagos cambia la forma globalismo neoliberal a proteccionismo contra el mundo.
Da un golpe no esperado a la confianza obsecuente de los negociantes mundiales en Wall Street, en particular a los de la Unión Europea y sus políticos.
Hasta ahora no se conocen efectos del giro más allá de bajas y alzas en las bolsas y declaraciones sobre aranceles seguidas de pausas para conversaciones… después de su alza a 125% de tarifas Estados Unidos exime a los teléfonos inteligentes y las computadoras de los nuevos aranceles porque muchos se fabrican en China.
Una novedad que parece importante es la ruptura actual entre los grandes empresarios de los dos lados del Atlántico.
Después de la segunda guerra mundial estaban unidos en una estrategia de hegemonía, lucro privilegiado, guerra híbrida a Rusia, China y países soberanos.
Quizás es posible que haya cambios económico-políticos mayores, la Unión Europea quiere una reunión con China, Estados Unidos busca un acuerdo con Rusia…
Pero no los necesarios para la sostenibilidad de la vida.
Los grandes propietarios tienen poder y operan tras ganancias con prácticas productivas que agotan recursos finitos y una masa consumista.
La historia actual pasa por las decisiones de oligarcas del norte y del sur.
Las medidas de la Casa Blanca afectan el subsistema de comercio no el modelo patronal destructor del medioambiente.