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El Militarismo por Luis Emilio Recabarren

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Ciudadanos, compañeros y compañeras:

Los obreros organizados hemos combatido siempre el militarismo, porque como fuerza armada estuvo siempre al servicio de los explotadores de nuestro trabajo, para oprimirnos y para golpearnos.

Pero debemos decirlo bién claro: no somos ni podemos ser enemigos de los hombres que visten de militares, porque casi todos estos hombres son de familias obreras y muchos de ellos están en los cuarteles sólo en cumplimiento de las leyes que han hecho los ricos para oprimirnos a los pobres.

Dicho bién claro esto, ahora que queremos decir porque somos contrarios al militarismo:

Primero: porque es una fuerza armada en poder de los ricos mandada por ellos, para proceder en contra de nosotros los pobres.

Segundo: porque los ricos de un país, cuando son víctimas de la competencia industrial de los ricos de otros país, entonces declaran la guerra matando millones de hombres, para quebrantar el poder industrial de sus vecinos.

Tercero: porque no habrá civilización mientras haya militarismo.

El militarismo será siempre una fuerza armada, destinada a oprimir y a matar, destinada a destrozar los pueblos lo mismo que a los hombres; destinada a producir mayores miserias para los pobres y mayores riquezas para los ricos.

En toda la historia que conocemos, esta ha sido siempre toda la misión del militarismo.

Mientras haya militarismo no habrá verdadera libertad.

Pues, los ricos y gobernantes toleran las libertades solamente donde no les molesta sus intereses.

Mientras haya militarismo, no habrá garantía para ningún derecho, pues, la historia nos enseña que los ricos y gobernantes anulan todos los derechos, cada vez que lo necesitan confiados en la fuerza armada que ellos mandan.

También no queremos que haya militarismo, porque el consume más de la mitad de la renta nacional, que debiera servir para abaratar la vida y para aumentar la educación del pueblo.

Pero la razón más moral que nos empuja a querer la desaparición del militarismo es:

Porque el hombre no ha nacido destinado a matar a sus hermanos, porque toda guerra es fraticida:

El hombre ha nacido para engrandecer la vida.

El hombre no puede haber nacido para matar.

El hombre no nació con armas.

Las armas las inventaron los bandidos. Y las armas las conservan los ricos gobernantes para mantener la esclavitud del pueblo.

Jamás ningún pueblo ha marchado a hacerle la guerra a otro pueblo.

Siempre fueron los gobernantes los que armaron unos pueblos contra otros.

Por eso, los comunistas que sabemos que nunca los pueblos se hacen la guerra, sino por obra de sus gobernantes; por eso nosotros queremos que la Humanidad sea una familia de hermanos y para que eso sea es preciso hacer desaparecer el militarismo.

Los pobres que nos quejamos de la explotación, debemos comprender que cuando se acabe el militarismo, los ricos no tendrán ninguna fuerza con que explotarnos y oprimirnos y entonces se acabará la miseria.

El día que se acabe el militarismo, el día que no haya fuerzas armadas, ese día no habrá, tampoco más hambrientos ni miserables.

Por último, volvemos a repetir que no podemos ser enemigos personales de ningún militar o marino, y que si queremos que se acaben las fuerzas armadas, es por todas las razones que ya hemos dicho y porque ello nos traerá la verdadera paz y la abundancia de todo lo que necesitamos para vivir.

Arriba, pues, trabajadores, a gritar por todas partes que el militarismo es la carga más pesada para el pueblo y que cuando desaparezca se acabará también el hambre y la miseria, y el bienestar y la libertad serán una realidad.

Luis Emilio Recabarren S.

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