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El Estado Policial de Winnie the Poo

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¿Tenemos un nuevo Gabriel Gonzalez Videla?

por PRENSAOPAL 29 marzo, 2023

La Ley Naín-Retamal, intenta otorgar una impunidad previa al accionar de cualquier carabinero. Con esto se reduce el control civil sobre las policías, y la reducción de control solo puede llevar a actos de corrupción, de abuso de poder, y de violaciones a DDHH mientras el gobierno deberá hacer la vista gorda.

Winnie de Poo es la historia de un osito de peluche creado por Alexander Milne en 1926, aunque se hizo mucho más popular gracias a la posterior versión de Disney. Poo vive en el Bosque de los 100 Acres, junto a sus amigos Conejo, Cangu, Tigger, Búho, etc. Poo es ingenuo y lento, pero también es muy amigable, pensativo y determinado, aunque él y sus amigos coinciden en que no tiene cerebro. Cuando en la última versión del Festival de Viña Fabrizio Copano comparó a Gabriel Boric con Winnie de Poo, sacó muchas carcajadas, quizás porque estaba diciendo una gran verdad.

Comparado con el resto de los presidentes que hemos tenido desde 1990, Boric parece una persona honesta y bien intencionada, pero su problema es que nunca asumió su rol de presidente a cabalidad. Personalmente considero que el sistema presidencial es muy funesto por varios motivos, pero si compites por ser el presidente de la República, debes asumir todo el poder con todo el rigor y fuerza que te confiere la Constitución y no tienes por qué andar justificando tus decisiones ante la prensa o ante la oposición fascista. Cuando Boric comenzó a explicar su decisión sobre los indultos mostró una inseguridad que no corresponde a su investidura. Sus antecesores indultaron a verdaderos criminales sin mostrar el menor ápice de duda: Lagos indultó a un involucrado en el crimen de Tucapel Jiménez, Frei indultó a un narcotraficante, Piñera indultó a violadores de DDHH… Pero Winnie de Poo empezó a justificarse ante la prensa, como si él mismo fuera el delincuente, y mostrando su escaso carácter y preparación para ser presidente. Cuando Gustavo Petro asumió la presidencia en Colombia, descabezó a las altas autoridades de las FFAA y Policías, porque era obvio que trabajarían a favor de la derecha Uribista en contra del primer gobierno de izquierda de Colombia. Cuando Boric asumió la presidencia, confirmó a todas las autoridades de las FFAA y Carabineros, mismas autoridades que están siendo investigadas por desfalcos millonarios y por violaciones a DDHH como el caso del General Yañez.

Yañez ha tenido la desfachatez de cuestionar al poder civil y de negarse a declarar ante la fiscal Chong por casos de violaciones a DDHH durante el Estallido. Este infeliz se escuda detrás de los carabineros muertos, y de esta forma criticar hoy a carabineros implica ser un “antichileno” y el gobierno de Winnie de Poo cae en ese mismo juego, aunque Amnistía Internacional ha condenado al gobierno por mantener en su cargo a este sujeto. Toda sociedad requiere de una fuerza policial para mantener el orden público y perseguir a la delincuencia, todo aquello bajo la supervisión del poder civil y respetando a la ciudadanía y los DDHH. Otra cosa muy diferente es la “doctrina Boric”, o sea, mantener a delincuentes entre las filas de carabineros, y darle chipe libre a cualquier sicópata oculto detrás de un uniforme, como fue el caso de Claudio Crespo, para torturar, cegar o asesinar, bajo el resguardo del gobierno. Es llamativo cómo un gobierno que se dice “progresista” en sólo un año logró militarizar a buena parte del país: con un Estado de Excepción en la “Macro Zona Sur” y la “Macro Zona Norte”. Ni el criminal de Piñera abusó tanto del Estado de Excepción. Sólo falta que Boric militarice a Santiago y Valparaíso, y no me extrañaría que suceda aquello y Winnie the Poo se apoye en los militares para seguir gobernando. Y mientras tanto, la derecha chilena trumpista hace festín ante los groseros errores del presidente, exigiéndole que pida disculpas incluso por la existencia del “Perro Mata-pacos”.

Daniel Soto, abogado, profesor y coronel en retiro de carabineros, ha estudiado en profundidad el asunto. Según él, no sirve aumentar la dotación de carabineros si éstos no tienen una preparación adecuada. Según Soto, el tema no pasa por otorgar más eximentes de responsabilidad, como plantea la oposición fascista. “No es necesario agregar nuevos eximentes de responsabilidad, existe la presunción de inocencia que recae tanto para civiles como para uniformados. También está la causal que se llama de cumplimiento del deber. El tema de carabineros pasa por delimitar con exactitud la proporcionalidad de la fuerza y saber cómo proceder ante ciertos operativos.”

La Ley Naín-Retamal, intenta otorgar una impunidad previa al accionar de cualquier carabinero. Con esto se reduce el control civil sobre las policías, y la reducción de control solo puede llevar a actos de corrupción, de abuso de poder, y de violaciones a DDHH mientras el gobierno deberá hacer la vista gorda. De esta forma, algún tipo de “gatillo fácil” va a actuar al margen de la ley, amparado por la famosa “ley Naín”. Aún recuerdo cuando Boric planteaba la necesidad de “refundar carabineros”, refundación que aún es muy necesaria. Hoy ese mismo sujeto señala que hay que darle más atribuciones a la institución que aún tiene a responsables de violaciones a DDHH en su interior.

Es indudable que ha aumentado la delincuencia y criminalidad, especialmente debido a crímenes más violentos que llegaron vía la gran ola migratoria. Esto genera un mayor grado de inseguridad en la población y la exigencia de “mano dura”, lo que ha servido para establecer el discurso de populismo penal por parte de la derecha. Así vemos a payasos como Carter o Gaspar Rivas que se yerguen como los Bukele criollos con el apoyo de los medios y los “periodistas de los matinales”. Y cuando estos payasos interpelan al gobierno, el torpe de Winnie recoge el guante y se rebaja de su estatus de primer mandatario y cae en el lodo de la banal discusión de estos sujetos.

La gran paradoja es que Boric fue votado para contener al fascismo representado por JAK. Hoy el presidente baila al ritmo que le impone el fascismo a través de los medios de comunicación y del Congreso. El problema es que lo hace sin dudarlo, incluso con cierta anuencia de su parte. De seguir así, este Gabriel terminará siendo recordado como Gabriel González Videla. El legado de Boric será el haber sido un presidente bienintencionado, pero sumamente torpe, y que le dio en bandeja el gobierno a una ultraderecha radicalizada y antidemocrática…¿SEGUIMOS?

Por Cristián Martínez Arriagada, Cientista Político

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