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EL 36 Y EL CINE. LA GUERRA QUE SE NO SE DEBIÓ DE PERDER

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Pepe Gutiérrez-Álvarez. Estado Español

La editorial Laertes que cuenta con un fondo editorial de décadas, y que publica tanto temas de cine como de la crisis española de los años treinta (y especialmente obras afines a la Fundació Andreu Nin) editó este estudio sobre el cine relacionado con el 36, la revolución y la contrarrevolución española, la República, el maquis, la batalla cultural… Un repaso sistemático en el que aquella guerra vista desde el cine en todas sus variantes…

Recordemos que después del 1789 de la Revolución Francesa, ningún otro evento de la historia moderna ha producido tanta bibliografía, al parecer ni tan siquiera el Octubre ruso aunque debe de andar a la par. No hay semana que no aparezca un libro nuevo, ahora quizás también un nuevo documental.

Estamos hablando de un momento excepcional en la historia nacional e internacional, del final de la excepción republicana, del prólogo y del epílogo de la II Guerra Mundial, de una derrota popular en la estela de Auschwitz… De un acontecimiento sobre el que se podía empezar escribiendo a la manera de Charles Dickens en su Historia de dos ciudades: “Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo.”

Mientras que en Europa el fascismo fue derrotado en 1945, en el Reino de las España el franquismo pudo sobrevivir sobre las cenizas de la derrota más devastadora jamás sufrida por el pueblo. Sus consecuencias fueron concluyentes: mientras que la República fue asesinada, perseguida, juzgada…

Las consecuencias del franquismo han permitido hablar del “Gulag español” (Helen Graham) o el “holocausto español” (Paul Preston). Sobre su sombra alargada se fraguó el “pacto del olvido”. Un pacto vivido sobre el miedo, la necesidad de comenzar de nuevo, pero también sobre una confluencia de exigencias complementarias. La derecha necesitaba reajustar su relato para una nueva forma de hegemonía; para el PSOE, ajeno a la resistencia, se trataba de apostar por el “pensamiento débil” de la “modernidad”. Tampoco había mayor interés para la jerarquía del PCE asediada por sus propias páginas estalinianas (POUM, maquis rebelde, disidencias varias castigadas).

En todo esto conviene no olvidar la restauración conservadora que confirió la máxima importancia a la “guerra cultural” con una victoria total sobre el estalinismo. Se trataba de entrar en una nueva fase, lejos de aquellos tiempos en los que el movimiento obrero y la agitación social que caracterizaban a la República resultaban inaceptables. Desde su propia lógica el cine ha tratado de la mayor parte de los pliegues del 36 en toda su extensión, siempre desde el ángulo de una aportación cinematográfica.

He tratado de hacer un libro manejable y ameno en el que los hechos y las películas sean los que marquean las pautas.

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